Un vasto compendio de remembranzas con las que se conocen las diferentes etapas de una laboriosa comunidad oriental es la obra Origen y Desarrollo de la Villa de Guaymate, Campos y Bateyes, del político y abogado romanense Freddy Félix Issac, con descripciones tragicómicas estampadas por el realismo mágico y maravilloso que distinguen la región caribeña.
Como hijo de Guaymate, segundo municipio de la provincia La Romana, Félix Isaac nos describe el sincretismo cultural y religioso del poblado, con la centenaria presencia norteamericana, por sus conocidas inversiones en la industria azucarera, la ganadería y el turismo. El autor no descuida los reconocimientos de rigor a figuras emblemáticas del municipio y la provincia, que van desde parientes, figuras magisteriales, artísticas, deportivas, políticas, militares, comerciales y empresariales, hasta intelectuales como Crisanta Moreta, Raquel Feliciano, Johnny Florimón Feliciano, Julio Tolentino, Alfonso Trinidad, el costumbrista Nelson Sánchez y Víctor Santana, fotógrafo del pueblo, a quien agradece el “permitirme en tu laboratorio realizar esa ardua labor de recopilar todas las fotos de nuestro terruño Guaymate”. Larga y accidentada es la historia de Guaymate, nombre que nace de un árbol cuya semilla era llamada Ojo de Buey o de Burro. Es lo que revela Félix Isaac. Desde la colonia, la Ocupación Haitiana, la Independencia, la Anexión a España, la Restauración, la Intervención de los Estados Unidos en 1916, la Dictadura Trujillista y la actual etapa democrática, los guaymateros han sobrevivido entre los límites que imponen el cañaveral y el hato ganadero, bajo el rugir de las locomotoras del ingenio, luchando por sus proyectos de superación. Las memorias de Federico Félix, padre del autor, y los historiadores del pueblo Guarionex Méndez (Cachuchita) y Eduardo Feliciano (Lilí), son honradas en el colofón de la obra, cuya publicación satisface una inquietud de comunicadores, investigadores y turistas, interesados en conocer detalles olvidados en la historia de las respectivas “patrias chicas” de la República Dominicana.
