El canciller Andrés Navarro está en lo suyo. Ha asumido la defensa del país, a propósito del Plan de Regularización de Extranjeros, como una cruzada en la que no para mientes. Y no es para menos, porque estamos bajo el fuego cruzado de los que desde dentro y desde fuera fustigan la iniciativa gubernamental, echando un velo confusionista que pone a opinar sin saber a mucha más gente de lo que creemos. Responsable actitud la del titular del Ministerio de Relaciones Exteriores exponiendo la razón y la verdad dominicana en diferentes foros. El que tenga ojos para ver que vea. Y el que tenga oídos para oír que oiga. Así de simple.
Una cosa por otra
Los francotiradores de siempre no cesan en su afán de aprovechar cualquier cosa para lanzar dardos venenosos. A propósito de los accidentes trágicos y lamentables que se han producido recientemente en la Autopista Juan Pablo II, que comunica a Santo Domingo con Samaná y otras poblaciones, ya hay quienes están opinando sin conocimiento de causa y motivados por la pasión y quien sabe que otra(s) cosa(s) más. Además, reconocidos chantajistas, que suelen pescar en río revuelto en procura de beneficio$, sin pérdida de tiempo han metido la cuchara en el asunto planteando situaciones que realmente no vienen al caso ahora. Mientras tanto, el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) envió a la vía una comisionó de varios de sus más notables miembros y, de acuerdo con su informe, tienen la impresión de que los accidentes trágicos que se han producido allí han sido el resultado de error humano, reconociendo que es adecuada la señalización en esa autovía no obstante sugerir que sea ampliada la vigilancia preventiva de AMET para evitar otras tragedias. Es bueno que se sepa que muchos hijos de papi y mami utilizan esa carretera para competir en peligrosas carreras, lo que deberían enfrentar las autoridades con drasticidad antes que hacerse de la vista gorda. Así mismito…
