Practica la disciplina positiva

A través del tiempo se ha vuelto una costumbre escuchar a los padres cuestionarse el porqué tienen que repetirles tantas veces las mismas cosas a los hijos, sin obtener los resultados esperados. Al repetirse esta situación, los padres van perdiendo&#82

A través del tiempo se ha vuelto una costumbre escuchar a los padres cuestionarse el porqué tienen que repetirles tantas veces las mismas cosas a los hijos, sin obtener los resultados esperados. Al repetirse esta situación, los padres van perdiendo autoridad y los hijos desarrollan un mecanismo de defensa que se denomina “el oído sordo”. El resultado de esto la mayoría de las veces es que los tutores pierden la paciencia y recurren a la violencia.

De acuerdo a las observaciones de Claudia Saucedo, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, México, muchos padres no saben cómo fomentar la disciplina con sus hijos y recurren a prácticas de llamarles la atención en público, compararlos y amenazarlos en lugar de corregir el problema. Y con esto, según la especialista, solo provoca daños en la autoestima de su hijo o hija.

Debido a las presiones sociales y a los efectos que provocan cómo los padres crían a sus hijos, el modo de disciplinarlos es un tema que se ha vuelto preocupante para muchos.

Justin Coulson, un psicólogo australiano experto en crianza, recomienda a los padres pensar dos veces antes de “levantarles la manos a sus hijos”. Coulson, asegura que este acto de reprimenda hace que el infante sea agresivo fuera de casa, suelen tener mayor sobreactuación, es decir, sus reacciones son más exageradas y su agresividad más desmedida y a tener menor desarrollo intelectual.

Con relación al tema, Lorraine Isa, psicóloga y terapeuta infantojuvenil, especialista en manejo de conducta, detalla que: “La violencia conduce a los padres a desarrollar una relación de constante irrespeto con sus hijos, deteriorando tanto la seguridad física como la integridad emocional de estos. Y a consecuencia de todos estos factores se producen repetidamente situaciones como lo son: discusiones, ofensas, intimidaciones, amenazas, castigos punitivos, entre otros; los cuales conducen a que el niño tenga problemas con su autoestima, comienzan a dudar del amor de sus padres y no desarrollan el auto control”.

Isa, explica que cuando los padres usan la violencia contra sus hijos, éstos desarrollan sentimientos como impotencia, tristeza, angustia, inseguridad, entre otros, y no entiende cómo es posible que sus propios padres, los cuales les proveen alimentos, vestimenta, techo, etc. sean capaces de hacerles daño, que es lo que para ellos están haciendo.

La profesional, quien tiene su consulta en el Centro Vida y Familia Ana Simó, afirma que si se utiliza la violencia como método de disciplina, se pueden obtener consecuencias que perdurarán como cicatrices para toda la vida, si éstas no se trabajan debidamente.

¿Qué hacer?

Existe un método de disciplina que fue denominado como “la disciplina positiva”, la cual tiene su base en las enseñanzas de Alfred Adler y Rudolph Dreikurs, que permite educar a los hijos sin necesidad de acudir a métodos autoritarios y violentos.

Una de las técnicas dentro de este método que ha demostrado su eficacia en familias con hijos aproximadamente de ocho a diez años de edad, Según Isa, es la llamada “Palabra y Acción”, la cual consiste en decir la orden una sola vez mirando al niño a los ojos para que el mensaje llegue completo, si éste no obedece, actuamos con amor enseñándole cómo se debe obedecer.

“Si Luis está jugando videojuegos y llega la hora de dormir, su padre se le acerca y le dice que debe apagarlo porque ha llegado la hora de irse a dormir, si Luis no obedece, el padre debe apagar el videojuego, y con mucho amor llevarlo a su respectiva habitación”, especifica la experta.

Otro ejemplo sería, si Ana está jugando en el jardín de la casa y ya es hora de hacer las tareas, la abuelita le dice que le quedan cinco minutos más de juegos, si Ana no obedece, la abuelita debe entrarla a la casa con mucho amor y sentarse a hacer las tareas con ella.

Es muy importante que los niños tengan conocimiento de qué les sucederá si no obedecen, de esta forma no mostrarán resistencia agresiva ante la acción del adulto. Con esta y otras estrategias de disciplina positiva, los padres, abuelos, tutores, etc., lograrán mantener un ambiente de amor con disciplina positiva en sus hogares.

Traza límites claros a tus hijos

Es importante entender que no se debe aplicar una castigo por cualquier cosa. La indisciplina comienza con la desobediencia, generalmente, cuando ellos se resisten a la autoridad. Cuando transgreden esos límites se inicia el proceso. Debemos asegurarnos que el niño entendió nuestro mandato, y si no, nos paramos, tomamos al niño y lo llevamos al baño.

De manera contraria a lo que podría pensarse, aquellos niños que son disciplinados de forma física, terminan necesitando una mayor necesidad de ser corregidos constantemente, desarrollando personalidades mucho más difíciles de tratar.

Dependiendo de la edad, a veces ellos transgreden los límites inconscientemente, por que necesitan algo. A veces están muy cansados, o tienen hambre o simplemente están faltos de cariño y atención. Como padres, debes asegurarte que esas necesidades estén cubiertas.

Ellos deben tener bien claro cuál fue su error. De acuerdo a su edad entenderán mejor y tendrán más consciencias sobre los hechos. Comienzas a disciplinar a tus hijos desde el primer año. Creánlo o no, ellos entienden muy bien cuando se les explica.

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