Portales internacionales reportan fuerte discusión alrededor de la cuestión del aborto en Chile, El Salvador (donde se penaliza absolutamente) y en México (estado federal donde la legislación sobre ese punto varían de estado en estado). Aquí ya hemos visto los empantanamientos del nuevo Código Penal que ha generado el punto. Que una sociedad moderna esté en contradicción con el aborto cuando está comprometida la salud integral de la madre es considerado una expresión de atraso. Pero es que somos naciones culturalmente muy influenciadas por las iglesias. Aun en Chile, el país latinoamericano más desarrollado y con mayor ingreso per cápita, no se ha resuelto esta clase de controversia. Necesitamos más visión científica, amén de consolidarnos en materia de derechos femeninos.

Entre tantos rasgos atávicos nuestros que han permanecido invariables durante generaciones, a pesar de los avances de la sociedad, figura uno que por su naturaleza es fuente trastornadora de procesos institucionales y también un atraso para los propios individuos. Se trata de la arraigada cultura – asociada a nuestra generalizada indisciplina, por demás-, de dejar todo para última hora, aun cuando se disponga de los medios económicos para cumplir a tiempo. Y es más deplorable cuando la costumbre aplica a gestiones gratuitas, como la obtención de la nueva cédula de Identidad y Electoral. A cuatro meses de vencer el plazo dado por la Junta, 970 mil 390 ciudadanos no han renovado el documento. Inexcusable dejadez que podría impedir el voto a muchas personas.