La sencilla seguridad de Barcelona

En Barcelona, España, vive desde hace más de diez años la tercera de mis hijos, por lo que hemos ido, en ese tiempo, varias veces a esa ciudad; ella es realmente la capital de habla español europea. Madrid es la capital de España, pero Barcelona&#823

En Barcelona, España, vive desde hace más de diez años la tercera de mis hijos, por lo que hemos ido, en ese tiempo, varias veces a esa ciudad; ella es realmente la capital de habla español europea. Madrid es la capital de España, pero Barcelona tiene un atractivo cultural, intelectual y de producción que la hacen auto suficiente y atrayente.

Preserva su idioma catalán como de uso oficial en sus escuelas e instituciones de gobierno y culturales. Antoni Gaudí (1852-1926), el arquitecto catalán de mayor brillo español, dejó allí sus huellas. De Tortosa, una comunidad de la provincia de Tarragona, que junto a Barcelona y Girona forman la comunidad autonómica de Cataluña, viene la familia de Juan Bosch, lugar donde también vivió el Patricio Juan Pablo Duarte. Barcelona tiene 1.6 millones de habitantes (2014) y está situada hacia el mar Mediterráneo.

Barcelona invita a caminar por sus calles. Se trata de una ambientación natural en la que el peatón siente seguridad. Las aceras son cuidadosamente conservadas para servir al peatón; no hay desaguadero ni alcantarillas sin tapas; tampoco obstáculos ni basura que obstruyan el paso.

Las calles están iluminadas y rotuladas; en los cruces de calles el paso peatonal está semaforizado y los cambios de luces para el paso está situado justamente en un poste encima del punto desde donde sale el peatón, para obligar al conductor a ver cuando el peatón se mueve. Las zonas verdes y parques son cuidadas y una invitación a estar. Las personas al salir en bicicleta tienen en las calles su carril exclusivo.

En nuestras ciudades las aceras no sirven o están bloqueadas; “el peatón no es gente” porque en las señalizaciones no se cuida su paso; la iluminación es precaria o no hay; encontrar una calle se dificulta por falta de rotulación e igual sucede en carreteras. Esos detalles sencillos establecen una enorme diferencia que hablan del respeto al ciudadano.

Estar en las calles de Barcelona constituye un disfrute y sentirse ejerciendo derechos que el Estado protege. En nuestras ciudades es una contrariedad y siempre vamos preferir salir en vehículos para evitar un asalto o caer en un hoyo dejado abierto por el robo de su tapa o porque una institución o un vecino lo abrieron para cualquier necesidad de reparar o colocar una tubería. Son detalles del interés que muestran el Estado y sus instituciones por la debida convivencia social. Si no hay ningún interés el ciudadano termina defendiéndose como ley en la selva. La escala de violencia va subiendo y se sitúa en altas tasas, por los conflictos entre ciudadanos y delitos de la delincuencia. Los delitos por robos en las vías públicas, hogares, comercios y por bandas que se reproducen, crea grandes temores y siembra una percepción que va atemorizando a la población, afectando sus actividades productivas, comerciales, educativas y otras. Esto lo facilita la falta de presencia policial en patrullaje preventivo, o torpe y carente de eficiencia. Además, porque otras instituciones como el Ministerio Público muestran igual deficiencia.

Procede fortalecer las instituciones ejes para garantía del ejercicio de los derechos ciudadanos. Son múltiples las causas que originan la inseguridad, pero muchas son sencillas como aquellas en Barcelona, y otras tan complejas como la de modernizar y hacer eficiente a la Policía Nacional.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas