Abuelos y abuelas, cada vez más jóvenes

Décadas atrás, la edad promedio de los abuelos rondaba los 60 años de edad y más. Hoy cada vez vemos abuelos más jóvenes que rondan los 40 y tantos.

Décadas atrás, la edad promedio de los abuelos rondaba los 60 años de edad y más. Hoy cada vez vemos abuelos más jóvenes que rondan los 40 y tantos. Este panorama tiene sus pro y contra. Los abuelos jóvenes tienen más energía, aunque menos tiempo disponible para sus nietos porque tienen sus agendas tan ocupadas como las de sus propios hijos, en contraposición a nuestros abuelos que su única ocupación era atender el hogar.

En épocas anteriores se contaba, de hecho, con los abuelos para cuidar de los nietos. Se daba por sentado. Hoy, casi contradictorio, cuando la mujer está retardando la maternidad porque prioriza su rol de profesional, se están registrando maternidades jóvenes creando abuelos jóvenes también.

“El principal beneficio, tanto para los abuelos como para los nietos, es que gozan, generalmente, de un buen estado de salud y aún tienen mucha energía. Los niños suelen ser muy dinámicos, les gusta ser el centro de atención y se mueven mucho y con rapidez. Cuando los abuelos son muy mayores, es muy cansón para ellos seguir el ritmo de los nietos y los desgastan mucho, sobre todo, cuando pasan diariamente muchas horas juntos”, así lo explica Beatriz Abad ([email protected]) doctora en Psicología Clínica y de la Personalidad, al ser consultada sobre el tema.

¿Cómo ve el manejo de estos abuelos con sus nietos en comparación con los de nuestra época?
Quizás la diferencia no se deba tanto al hecho de que ahora muchos abuelos sean más jóvenes, sino a que en los últimos años el rol de abuelo ha cambiado. Tiempo atrás, el papel de los abuelos era proporcionar los cuidados más básicos: higiene, alimentación, supervisión, etcétera y transmitir los valores y la historia familiar. Actualmente, estas funciones se siguen conservando, pero además se han añadido otras. Ahora también son educadores, consejeros, amigos…

¿Qué es mejor para los nietos, que sus abuelos tengan 40 o 60?
Mientras que los niños son pequeños, no ven diferencia en que sus abuelos sean más jóvenes o más mayores, los quieren incondicionalmente y se sienten amados de esa misma manera. Cuando crecen, sí empiezan a notarse las diferencias. A los abuelos cada vez se les asignan más responsabilidades y cuantos más mayores, son más difíciles. Hay abuelos que pasan con sus nietos diariamente el tiempo equivalente a una jornada completa de trabajo. A veces, los jóvenes perdemos de vista el hecho de que las políticas modernas se están esforzando mucho por implementar sistemas de jubilación eficientes que les permitan a las personas retirarse del mundo laboral con una pensión que les facilite una calidad de vida digna sin necesidad de tener que seguir prestando servicios, porque sencillamente ni el cuerpo ni la mente responden igual con 65 o 70 años que con 40 o 50.

Los abuelos jóvenes aún se mantienen activos profesionalmente casi tanto como sus hijos, ¿es bueno?
Es muy bueno para los abuelos, aunque tal vez no tanto para los hijos y los nietos. Es estupendo para los abuelos porque mantenerse activos fomenta un estilo de envejecimiento más saludable, tanto físico como mental. La parte negativa, es que no disponen de tanto tiempo para compartir con sus nietos, lo que por otra parte dificulta o demora la creación de lazos afectivos sólidos cuando el tiempo compartido es muy poco.

Psicológicamente ser abuelo o abuela ¿ podría afectar a la relación de pareja de esos abuelos?
Generalmente no. Los niños suelen ser un nuevo aliciente en la pareja porque irradian alegría, amor y muchas emociones positivas. En ocasiones, los nietos incluso, pueden ser un nexo de unión más fuerte que el que se tiene con los hijos, porque proporcionan mucho amor, pero menos temores y diferencias de opinión.

¿Qué opinión le merece el hecho de que algunos progenitores se confunden al dar por sentado que a los abuelos les toca educar a sus nietos?
Cada vez se les exige más a los abuelos y a veces, las personas confunden la buena voluntad con la obligación. Los abuelos por naturaleza suelen ser complacientes. Les gusta ayudar porque les permite seguir sintiéndose necesarios y útiles en la sociedad. Sin embargo, esta buena disposición para servir, complacer y consentir, algunas personas las confunden con una obligación y no debe ser así. Los padres son los responsables de sus hijos y a ellos les corresponde educarlos independientemente de que los abuelos puedan colaborar o no.

¿Dónde se da más esta tendencia de abuelos jóvenes, en países desarrollados o subdesarrollados?
En verdad se ve más en los países menos desarrollados, aunque es un factor que está muy ligado a la educación. En términos generales, en los países desarrollados se suele aplazar la maternidad hasta edades bastante avanzadas porque a las personas, y en general más a las mujeres, se les hace difícil compaginar la maternidad con el desarrollo profesional. También se relaciona con algunos valores heredados de la propia cultura. En los países en vías de desarrollo aún está muy extendida la creencia de que las mujeres deben ser madres desde edades relativamente tempranas por diferentes razones, por ejemplo, por cuestiones relacionadas con la salud o porque se considera que las madres más jóvenes tienen más energía para dedicar a sus hijos.

Es paradójico que ahora que las parejas posponen el asunto de la maternidad, haya más abuelos jóvenes que antes. ¿Cómo se explica?
Esto se explica, igual en los países desarrollados que en los países en vías de desarrollo, por la calidad de los sistemas educativos. Cuando un sistema educativo no contempla la importancia real de factores tan fundamentales para la sociedad como son la educación sexual, la prevención de la drogodependencia y del abuso de alcohol o la necesidad de transmitir una educación rica en valores humanos de calidad, el resultado que nos encontramos es una sociedad enferma, desestructurada y falta de principios. Tanto desde las familias como desde las instituciones, debemos revisar si la educación que nuestros hijos están recibiendo es lo suficientemente completa como para dar respuesta a las situaciones que se van presentando a lo largo de la vida.l

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