Insuficiencia cardíaca, un mal que afecta a muchas personas

La Organización Mundial de la Salud sostiene que la insuficiencia cardíaca es una enfermedad debilitante y potencialmente mortal, que afecta a más de 26 millones de personas en todo el mundo. Debido a esta afección el corazón no puede bombear…

La Organización Mundial de la Salud sostiene que la insuficiencia cardíaca es una enfermedad debilitante y potencialmente mortal, que afecta a más de 26 millones de personas en todo el mundo. Debido a esta afección el corazón no puede bombear suficiente sangre al organismo. Esto, en la mayoría de los casos, se debe a que el músculo del corazón responsable de la acción de bombeo se debilita con el paso del tiempo o se vuelve demasiado rígido.

La entidad médica sostiene que la insuficiencia cardíaca es una enfermedad común, costosa, incapacitante y potencialmente mortal. En los países desarrollados, alrededor del 2% de los adultos padecen esta enfermedad, pero aumenta en los mayores de 65 años de 6 a un 10%, y es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años.

De acuerdo con Josué Pichardo, médico cardiólogo internista y encargado del área VIP de la Asociación del Instituto Dominicano de Cardiología (AIDC), los principales síntomas de la insuficiencia cardíaca son los derivados de una disminución del aporte de oxígeno a los tejidos, debido a un descenso del gasto cardíaco y los derivados de los mecanismos compensadores, que tienden a aumentar las presiones intravasculares y provocar síntomas de congestión.

Dice que el síntoma universal de este padecimiento es la disnea o sensación de falta de aire, que se pone de manifiesto durante el ejercicio físico o, en casos más graves, en reposo (disnea de reposo), o aparecer bruscamente por la noche (disnea paroxística nocturna). Otros síntomas muy comunes de la insuficiencia cardíaca son los edemas (hinchazón exagerada en tobillos y la sensación de hinchazón abdominal). Más obvios son falta de energía, sensación de cansancio, dificultad para dormir por la noche debido a problemas respiratorios, pérdida de apetito, tos con flemas o mocos “espumosos”, aumento del deseo de orinar por la noche, confusión y memoria deteriorada.

Pichardo dijo que, de no prestársele la debida atención a esta enfermedad poco a poco la situación se irá agravando y la insuficiencia puede repercutir en otros órganos vitales como los riñones y aumento progresivo del tamaño del corazón. La insuficiencia cardíaca puede afectar la calidad de vida del paciente y limitar sus actividades cotidianas debido a la fatiga y los problemas para respirar. La enfermedad no cursa de manera lineal, es decir, que hay períodos en los que el paciente permanece estable y otros en los que aparecen descompensaciones que hacen necesaria la hospitalización.

Factores de riesgo

Algunas personas son más proclives que otras a desarrollar una insuficiencia cardíaca. Nadie puede predecir con seguridad quién la desarrollará, pero hay factores de riesgo conocidos. Ser consciente de ello y visitar a un médico para recibir un tratamiento a tiempo es la mejor opción para tratar la insuficiencia cardíaca. Los factores de riesgo de la insuficiencia cardíaca incluyen: tensión arterial alta (hipertensión), ataque cardíaco (infarto de miocardio), tener válvulas coronarias anormales, corazón dilatado (cardiomiopatía), antecedentes familiares de enfermedad cardíaca y padecer diabetes.

Tratamiento

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca ha sufrido una verdadera revolución durante los últimos años. Actualmente se disponen de fármacos cada vez más eficaces y que, empleados correctamente, han demostrado ser muy efectivos en el tratamiento de los síntomas.

Sin embargo, el primer paso en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca es el de identificar su causa, que en muchas ocasiones puede ser reversible (por ejemplo, la sustitución o reparación quirúrgica de válvulas cardíacas deterioradas).

En algunas ocasiones, los pacientes pueden beneficiarse de otros procedimientos como la realización de una angioplastia coronaria o la implantación de un marcapasos cardíaco especial (terapias de resincronización cardíaca o marcapasos biventricular).

Finalmente, en los casos más graves y después de haber intentado otros tratamientos convencionales, es necesario realizar un trasplante cardíaco.

Actualmente se está investigando el implante de miocitos (células cardíacas contráctiles) o la infusión de factores de crecimiento como métodos de tratamiento experimental en pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria.

Un estilo de vida saludable

La inactividad física es perjudicial para los pacientes con insuficiencia cardíaca, ya que puede favorecer la progresión de la enfermedad. El ejercicio físico realizado de forma regular y progresiva tiene muchos efectos beneficiosos ya que disminuye los síntomas, mejora la calidad de vida y la capacidad de esfuerzo, reduce las hospitalizaciones y prolonga la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca. Ejercicios aconsejables son la natación, la gimnasia suave y la bicicleta, siempre que se eviten los sobreesfuerzos.

El ejercicio siempre debe adaptarse a las circunstancias del paciente y deben evitarse los deportes bruscos y violentos. El ejercicio realizado correctamente no daña el corazón, sino todo lo contrario, lo entrena y lo mantiene fuerte. Hay que evitar los ejercicios contra resistencias fuertes, como las pesas de varios kilogramos, pues pueden ser perjudiciales para el corazón.

Saber
Los síntomas de la insuficiencia cardíaca también pueden empezar de manera repentina después de un ataque cardíaco u otro problema del corazón.

Dato
La inactividad física es perjudicial para los pacientes con insuficiencia cardíaca, ya que puede favorecer la progresión de la enfermedad.

Importante
Cualquier enfermedad que dañe el corazón puede debilitarlo de tal forma que le impida realizar correctamente su función de bombeo de sangre.

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