Doctor Gilberto Morillo Soto

Es considerado como el primer psiquiatra dominicano con formación académica. Nació en San Pedro de Macorís el 6 de junio del 1918. Realizó sus estudios primarios y secundarios en la Academia Antillana en su ciudad natal y luego se trasladó a…

Es considerado como el primer psiquiatra dominicano con formación académica. Nació en San Pedro de Macorís el 6 de junio del 1918. Realizó sus estudios primarios y secundarios en la Academia Antillana en su ciudad natal y luego se trasladó a Santo Domingo. Ingresó a la Universidad de Santo Domingo y se graduó en el 1944 de doctor en Medicina tras presentar la tesis “Contribución al estudio epidemiológico de la Malaria”. Durante su carrera padeció una apendicitis aguda que casi le cuesta la vida, pero su fuerte constitución le permitió sobreponerse. Al momento de graduarse no le hizo reverencias al tirano, por lo que su título fue engavetado por un año, hasta el 1945. No tenía exequátur y no podía ejercer como médico, por lo que trabajó como laboratorista para sostenerse. Tuvo que hacer discursos con alusiones positivas al tirano, y consiguió trasladarse a Montevideo, República del Uruguay en donde estudia en el Hospital Pereyra Russell para niños mentalmente enfermos, y luego en el Hospital de Alienados Vilardebó.  Para poder salir del país aceptó una posición diplomática y fue nombrado en 1945 primer secretario de la legación dominicana en Uruguay. Durante su tiempo en Uruguay fue nombrado cónsul y representante del país en el Segundo Congreso Panamericano de Oftalmología. Su labor fue tan positiva en el extranjero que tras su regreso al país se le otorgó el exequátur y se le designó como ministro consejero de embajadas.  Fue el primer psiquiatra dominicano y desde el inicio su ejercicio profesional fue exitoso. En 1950 le nombran subsecretario de Estado de Salud. Ese mismo año realizó estudios de Administración y Planeamiento de hospitales, en Río de Janeiro, Brasil. Participó como uno de los fundadores de la primera asociación de psiquiatras dominicanos, y fue delegado a múltiples congresos internacionales en Centro y Suramérica, así como delegado del gobierno dominicano en las reuniones de la Oficina Panamericana de la Salud. En 1951, fue subsecretario de Estado de Trabajo y secretario de Salud Pública de forma interina. Asistió como representante del Gobierno Dominicano en la tercera Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo, y al Segundo Congreso de Ferrocarriles Interamericanos. Relata su gran amigo el Dr. Antonio Zaglul, que cuando no pudo soportar más el ambiente de los cargos públicos que debió aceptar, solicitó cargos diplomáticos, y así en el 1954 es nombrado embajador en Guatemala. De igual forma, en 1957 es nombrado embajador en Nicaragua. En ese país fundó un hospital para tratar pacientes alcohólicos y contribuyó con otros centros de salud mental. En la Era de Trujillo, las embajadas centroamericanas eran muy importantes, y eran designadas allí  personas capacitadas, como Simón Díaz o Manuel Guerrero que fueron ratificados junto al Dr. Morillo en el 1958.  Ejercía en esos países la Psiquiatría de forma totalmente gratuita, y ayudando a todos los que podía. En 1959 no resiste más la tiranía y renuncia a todo y se marcha a San Juan de Puerto Rico, en donde ejerció por unos años hasta que regresó al país tras la muerte de Trujillo. Fue designado en 1962 médico psiquiatra del Hospital Psiquiátrico Padre Billini del que sería director hasta su fallecimiento, ya que relata el Dr. Zaglul que permaneció en el cargo “debido a su gran capacidad como director y su gran sentido humano de la profesión…”. En 1968 fue designado embajador disponible de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña le ofrece la cátedra de psiquiatría que no llegó a ocupar ya que falleció en el 1973. Una vida de servicio y desprendimiento que brindó grandes servicios al país, como médico y como funcionario. 

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