Las Ruinas de Santiago Viejo

La villa fundada por el comendador Nicolás de Ovando en 1495 durante su primer viaje, en la ribera norte del río Yaque del Norte, fue traslada en 1506 a orillas del río Jacagua, y en 1562, fue destruida por un terremoto. De ese segundo asentamiento&#82

La villa fundada por el comendador Nicolás de Ovando en 1495 durante su primer viaje, en la ribera norte del río Yaque del Norte, fue traslada en 1506 a orillas del río Jacagua, y en 1562, fue destruida por un terremoto. De ese segundo asentamiento queda en lo que se conoce como Las Ruinas de Jacagua, un camino empedrado, la planta de una construcción militar, muros y las escalinatas y paredes de lo que se supone fue la iglesia, reconstruida en el siglo XIX, y un pozo reformado en alberca.

De acuerdo al historiador Edwin Espinal, los terrenos donde se encuentran estos cimientos fueron adquiridos por el militar francés Alexandre Benoit. Con compras sucesivas, él y su familia adquirieron los terrenos adyacentes, llegando a completar 2,800 tareas, en las cuales los restos arqueológicos ocupan 40,000 metros cuadrados. La propiedad original se dividió entre seis herederos y hoy se halla dividida entre los numerosos descendientes de aquel francés que llegó al país en 1817.

La parte donde están las ruinas fueron heredadas por la señora Josefina Benoit, y hasta la fecha no hay ningún plan para la expropiación, aunque mucho se ha hablado de esto, pero siempre se queda en el olvido.

Abandonadas y rodeadas de maleza, se encuentran las ruinas de lo que fuera el segundo asentamiento de Santiago, ubicadas en el distrito municipal Jacagua.
Pese a los diversos planes que se han anunciado para rescatar las ruinas, el historiador Edwin Espinal explica que actualmente no existe ningún plan en concreto, y que los intentos por el rescate se han presentado sin ningún resultado durante más de cien años.

“Mediante Ley No.5225 del día nueve de mayo de 1913, se declaró de utilidad pública la adquisición por parte del Estado de estos terrenos, para la puesta en valor de sus ruinas y su declaratoria como Parque Nacional. Frustrada en aquellos años revolucionarios, una segunda manifestación de interés estatal, su declaratoria como Monumento Nacional mediante la Ley número 492 del 27 de octubre de 1969, no tuvo mayores repercusiones”, explica el historiador.

Asimismo relata que en 1983, mediante decreto número 1353 del 25 de agosto de ese año, se declaró de utilidad pública e interés social la adquisición de las parcelas donde se encuentran las ruinas para ser destinadas a la construcción de un parque zoológico y botánico, pero que este mandato del Poder Ejecutivo tampoco se concretizó.

En 1999 se hizo un nuevo intento para que el estado se apropiara de las ruinas, ya que de acuerdo a lo informado por el historiador, ese año mediante decreto número 34-99 se otorgó poder especial a Monseñor Roque Adames, presidente de la disuelta Comisión del Centro Histórico, Monumentos y Sitios de Santiago, para gestionar el traspaso y registro, a nombre del Estado, de los terrenos adquiridos para la construcción del complejo deportivo de La Barranquita, así como para permutar una parte de dichos terrenos a cambio de las tierras de Jacagua. “El objetivo de esta operación era el registro del derecho de propiedad a favor del Estado de las parcelas jacagueras como contrapartida nacional del proyecto de puesta en valor de las ruinas, a ejecutarse en virtud de un acuerdo firmado en 1995 con la Agencia Española de Cooperación Internacional”.

“La disolución de la Comisión en el año 2000 impidió dar cumplimiento a la medida presidencial e interrumpió el interés español en el proyecto”, explica Espinal.

Otro intento

Los trabajos para rescatar las ruinas se iniciaron nueva vez el 1 de febrero de 2008, mediante decreto número 44-08 del Poder Ejecutivo, que creó una comisión interinstitucional, presidida por la Secretaría de Estado de Cultura, que se encargaría de gestionar y coordinar los trabajos de rescate de las ruinas ovandinas, bajo el auspicio del Plan Estratégico de Santiago, según Espinal, hasta la fecha, nada se ha promovido en este sentido.

Atractivo turístico de las ruinas

Promover las ruinas de Jacagua como punto turístico sería un atractivo de primer orden dentro de los planes de promoción de Santiago como destino turístico, ya que de acuerdo al historiador Edwin Espinal esto se podría vincular con las ruinas de La Isabela en Puerto Plata y las de La Vega Vieja en La Vega, a modo de un circuito colonial en el Cibao.

“Para Santiago representaría la puesta en valor de su segundo lugar de asentamiento, un anhelo de las más recientes generaciones de la familia Benoit y de muchos santiagueros amantes del pasado y su patrimonio cultural”, precisa Espinal. Actualmente se puede visitar el lugar, pagando RD$50.00 por persona a la propietaria de los terrenos, la señora Josefina Benoit.

Poco interés en las ruinas

Josefina Benoit, propietaria de los terrenos donde están las ruinas, sirve de guía a quienes van a verlas, dando un recuento histórico de su fundación con mucha propiedad.

Benoit asegura que últimamente no va mucha gente a visitarlas, y que hay meses que no va nadie, y otros meses llegan seis o siete personas, pero no más de ahí, y que está interesada en que el gobierno adquiera los terrenos, ya que ella no puede mantener las ruinas, explicando que le deja el follaje de los árboles que han crecido a su alrededor, como una forma de protegerlas. “El gobierno tiene que comprar la propiedad tarde o temprano, porque yo no puedo mantenerla, me critican que la tengo abandonada, pero yo quisiera encontrarme con el dinero que he gastado limpiando las tierras, porque llueve y la maleza crece de una vez”, explica Benoit, quien dijo que aunque han anunciado muchos proyectos, el gobierno no le ha hecho ninguna propuesta de compra, y que sólo se acercan para hacer estudios de la propiedad.

En ese sentido dijo que diversos organismos hacen estudios, los cobran y no hacen nada, “por eso es que yo les he dicho a ellos que si quieren volver a hacer un estudio tienen que pagarme, para que se acabe el relajito de los estudios y a ver si llegamos a un final, porque yo creo que estas son las ruinas más retratadas”.

Dijo que quieren que ella mantenga la propiedad limpia, pero que ella no va a gastar más dinero en chapeo.

Propiedad
La propiedad original se dividió entre seis herederos y hoy se halla dividida entre sus numerosos descendientes”.

Trabajos
Los trabajos para rescatar las ruinas se iniciaron nueva vez, el primero de febrero de 2008, mediante decreto número 44-08.”

Rescate
Pese a los diversos planes que se han anunciado para rescatar las ruinas, el historiador Edwin Espinal explica que actualmente, no existe ningún plan”.

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