Músico dominicano se destaca en el extranjero

Oriundo de Santiago de los Caballeros, Carlos Manuel Vargas es un pianista formado inicialmente en el Instituto de Cultura y Arte (ICA) de su ciudad natal, y que al momento de decidir qué carrera estudiar, no lo pensó dos veces: arregló sus maletas&#82

Oriundo de Santiago de los Caballeros, Carlos Manuel Vargas es un pianista formado inicialmente en el Instituto de Cultura y Arte (ICA) de su ciudad natal, y que al momento de decidir qué carrera estudiar, no lo pensó dos veces: arregló sus maletas en el 2005 y se fue a estudiar al Conservatorio de Boston, Estados Unidos, gracias a la beca Zitrin, que le permitió cursar su licenciatura y maestría.

Es allí donde conoce a los integrantes de Macondo Chamber Players, agrupación que reúne a artistas consolidados y jóvenes talentos de América Latina y del mundo para interpretar música de cámara, enseñar y fomentar su entendimiento internacional.

El pasado mes de febrero, nuestro país tuvo la oportunidad de apreciar su música en un concierto realizado en el Teatro Nacional auspiciado por el Despacho de la Primera Dama, donde tuvieron la oportunidad de demostrar que se sitúan a la vanguardia de una generación joven y apasionada por la música clásica.

A tan sólo tres años de que nuestro entrevistado, junto al violinista José Romero, concibieran esta idea, entiende que como grupo de cámara han ido obteniendo un sonido único y especial que los diferencia de otros con perfil similar, además de promover artistas promisorios de prestigio internacional. En ese orden, han colaborado con Andrej Power, actual concertino de la Royal Stockholm Phillarmonic Orchestra; Andrey Baranov, Ganador de la Queen Elisabeth International Competition; Jenny Lewinsohn, violista inglesa y la oboista Iria Porras, co-directora del Festival Internacional de Esmeraldas, Ecuador.

¿Su mayor reto? Confrontar la falta de apoyo al arte que existe en los países latinoamericanos, que es de donde provienen los integrantes principales de Macondo. “De todas maneras, estamos convencidos de nuestra misión y de la calidad de nuestro trabajo, por lo tanto es muy difícil que este reto nos detenga. Como dice el ex-presidente de Uruguay Pepe Mujica: ‘Derrotado es aquel que deja de luchar, y dejar de luchar es dejar de soñar’. Tan simple como eso”, nos cuenta Carlos.

Aunque en términos musicales el camino ha sido fácil, al tratarse de artistas con un alto nivel, en el sentido de crear un nombre y establecerse en el mundo de la música clásica, es algo en lo que trabajan, y sus logros hablan por sí solos. “No puedo decir que ha sido fácil hasta ahora, pero sí que la respuesta del público siempre ha sido positiva”, detalla el pianista de la agrupación, quien a su corta edad ha realizado conciertos en Europa, Estados Unidos y América del Sur, destacándose sus apariciones en salas prestigiosas como la Wiener Saal en Salzburgo y el teatro El Círculo, en Rosario, Argentina.

Proyectos en agenda. En el mes de diciembre debutan en Ankara, capital de Turquía, donde realizarán conciertos y clases magistrales en el Conservatorio Hacetteppe. Y en el mes de enero, en México, en el prestigioso festival “Promúsica”, que se celebra en la ciudad de San Miguel de Allende y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Además de nuestros compromisos profesionales agotaremos una agenda de visitas a fundaciones que tienen un impacto social en ambos países, con lo que buscamos promover el arte y colaborar con la hermosa labor que realizan dentro de sus respectivas sociedades”, detalla Vargas, y agrega que para 2016 también programan una colaboración con el legendario Paquito D’Rivera, así como su lanzamiento oficial en Estados Unidos y Asia.

Aportes a la sociedad. Más que nunca, en la actualidad, los artistas deben tener un rol activo dentro de la sociedad. “Un artista debe ser un ente que a través de su arte sea promotor de cambio, de educación y por qué no, de inspiración. Pienso que con la actividad artística y social que viene realizando Macondo Chamber Players hemos comenzado a ver los frutos”, expresa este joven dominicano, quien en la actualidad es también profesor de la Facultad de Piano de la universidad donde estudió.

Un ejemplo de este rol que se debe asumir es la creación del Festival Internacional de Esmeraldas por parte de la oboista Iria Porras y el cellista de Macondo, Francisco Vila, donde el conjunto contó con un papel protagónico en su primera edición. “Durante una semana, cerca de 30 jóvenes artistas de diferentes países latinoamericanos se dieron cita en la ciudad de Esmeraldas y la llenaron de música de muy alto nivel. Recuerdo como hoy cuando realizamos un flash mob en un centro comercial promocionando el Festival y sus conciertos.
Las caras de los padres y de los niños que nunca en su vida habían visto un instrumento de cuerdas y mucho menos un ensamble de este nivel me dejó claro que así es que comienzan los cambios, y que nuestra labor sí tiene un norte, siempre y cuando mantengamos nuestro compromiso con el arte y entendamos que tenemos el poder de usarlo para impactar positivamente las vidas de las personas que encontramos en nuestro camino”, recuerda el músico santiaguero, para quien el arte y sus diferentes formas es uno de los grandes legados de la humanidad.

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