Waldo Ariel: “Mejorar las condiciones de mi clase ha sido el motivo de mi lucha”

Waldo Ariel Suero siempre quiso ser médico, lo que no imaginó nunca es que sería un abanderado de las luchas reivindicativas de sus colegas.

Waldo Ariel Suero siempre quiso ser médico, lo que no imaginó nunca es que sería un abanderado de las luchas reivindicativas de sus colegas. Aunque durante sus años de estudios en la UASD no se dejó seducir por las luchas estudiantiles, no ocurrió lo mismo en su tiempo de residente médico en el Hospital Robert Read Cabral. Es allí, donde incentivado por otros galenos, da inicio a su andar en la Asociación Médica Dominicana, que más tarde pasó a ser el Colegio Médico Dominicano, entidad que agrupa a los especialistas de la salud y de la cual ha sido presidente en cuatro oportunidades.

Reconoce que en su lucha por las reivindicaciones para su sector ha sido tildado de radical, pero justifica sus posiciones firmes, ya que, según explica, los gobiernos no dejan otra salida.

En el plano personal, el momento más amargo de su vida es la muerte de su madre, no solo porque no la estaba esperando, sino porque en ese momento había asumido una titánica lucha por lograr un aumento salarial para los galenos dominicanos, lo que no le permitió detenerse a pesar del dolor que sentía. En lo profesional, valora la solidaridad y dedicación de los médicos para con sus pacientes y asegura que cuando un profesional de la salud pierde estas condiciones se aparta del sentir humano, y con ello, abandona su condición de médico.

1. Barahonero
Mi nombre completo es Waldo Ariel Suero Muñoz, nací en Barahona. Mis padres, Waldo Ariel Suero Méndez y Luisa María Muñoz, fueron unos padres muy preocupados, responsables y amorosos. Mi padre está vivo, pero mi madre falleció hace 10 años. Éramos tres hermanos, dos hembras y yo. Mis padres eran unos padres muy preocupados por nuestra educación y porque no nos faltara nada. Fui un niño tranquilo, que se dedicaba a los estudios, pero como todo niño jugaba con los amiguitos, tuve una infancia bonita y tranquila.

2. En la escuela
Siempre pasaba todos los cursos y todas las materias. Estudiaba en el colegio Morgan en Barahona. Muy temprano, desde que yo estaba en el cuarto o quinto curso de primaria, supe que quería ser médico; además, en ese tiempo mi mamá me dijo que yo tenía que ser médico. Ella me dijo eso, y en ese tiempo yo pensaba que los médicos no se morían. Siempre me identifiqué con la Medicina. No concebí nunca otra profesión que no fuera la Medicina.

3. La UASD
Después vine a estudiar Medicina a la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Fui monitor de Anatomía Patológica. Lo más difícil en la formación de un médico es la dedicación. Hay que dedicarse por completo a estudiar, crear el hábito de estudio. Aunque eso para mí no fue tan complicado, porque yo tenía mi hábito de estudiar. Yo tenía eso como una meta y eso no me lo sacaba nadie. Yo quería estudiar para hacerme médico, eso no se negociaba. Me gradué joven, a los 24 años. Esto no me impidió tener amigos, uno siempre tiene sus amigos con los que comparte y conversa, tanto dentro como fuera de la universidad.

4. La Medicina
Yo veía la carrera de Medicina como caminar el mundo y escribirle al mundo entero, me parecía increíble poder terminar la esa carrera por lo larga que me parecía, a pesar de que superé todas mis materias. Me tocó una parte de las protestas de la UASD del año 1974. Eran los años del gobierno de Joaquín Balaguer, pero yo básicamente me dediqué a los estudios. No me metí en los grupos estudiantiles. Me mantuve al margen.

5. Especialidades
Estudié Pediatría en el hospital Robert Read Cabral y después estudié cardiología pediátrica e intensiva en Méjico. Estudie cardiología pediátrica, soy cardiólogo intensivista. Hice tres años de pediatría, dos de cardiología. Después, me fui a Méjico, al Instituto Ignacio Chávez, donde hice terapia intensiva en niños operados del corazón.

6. Vida familiar
Me casé cuando comencé a hacer la pasantía en un área apartada, en Cristóbal, en la Provincia Independencia. Ahí me casé con Iris Damarys Alcántara. Tenemos tres hijos, dos varones y una hembra. Uno de mis hijos es cardiólogo y médico internista, el otro está estudiando Medicina interna y la hembra termina este año, la Odontología en UNIBE. Todos inclinados al área de la salud. Tenemos más de 30 años de casados. La nuestra es una familia que se ha mantenido muy unida.

7. El dirigente gremial
Me inicié cuando yo era residente en el Hospital Robert Read Cabral, a través del doctor Dionisio Soldevila. En ese tiempo, yo veía como un gran líder al doctor Herasmo Vásquez. Nunca pensé en llegar a los niveles del doctor Herasmo Vásquez, y fíjate, he sido presidente cuatro veces. El doctor Soldevila, cuando era presidente, fue uno de los que influyó en mi integración a la lucha gremial. En ese entonces, comencé como vicepresidente del Distrito Nacional, en unas elecciones. Yo era residente de pediatría de tercer año, del Robert Read Cabral, y así comenzó mi carrera gremial. Ganamos las elecciones. José Miguel Ferrera fue el presidente del Distrito, yo vicepresidente, Díaz Alba fue tesorero y el doctor Lantigua, que es anestesiólogo, fue el secretario general, éramos cuatro miembros de la directiva en ese entonces.

8. Cuatro oportunidades
Fui presidente del gremio entre 1998-99, cuando aún era Asociación Médica Dominicana. Después, fui el primer presidente cuando se llamó Colegio Médico Dominicano. La segunda vez fue en 2003- 2005. Yo fui el primer presidente del CMD, es decir, que el primer certificado emitido por la Comisión Electoral, que dice: Presidente del Colegio Médico Dominicano, Waldo Ariel Suero fue en ese año; antes de eso, el certificado decía Asociación Médica. Volví a ser presidente en los años 2007-2009 y ahora 2015-2017. Estas cuatro oportunidades han servido para mejorar el sector médico. Mejorar mi clase ha sido el motivo de mi lucha. Entre mis mayores satisfacciones puedo mencionar los aumentos de sueldo. A mí se me tilda de radical, pero es que hay que serlo, porque los gobiernos así lo determinan, no es que uno sea radical. Los pacientes y sus familiares no entienden la lucha. Jamás la población va a aceptar una huelga. Algunos están de acuerdo con las demandas de los médicos y así lo manifiestan, pero no están de acuerdo con la paralización. Son cosas muy diferentes. Cuando paralizas el sistema de salud, la población se expresa en contra, pero también le reclaman al gobierno que resuelva. Hemos sido perseguidos, mucho, activamente. Me han apresado dos veces. Yo soy el único presidente del Colegio Médico que ha caído preso dos veces en toda la historia, me han esposado, durante el Gobierno de Leonel Fernández y siendo Bautista Rojas Gómez ministro de Salud. Eso fue en 2007. En ese período, ocupábamos las instituciones estatales y nos sacaban a las cuatro de la mañana a patadas y trompadas, esposados y nos apresaban, pero todo eso ha valido la pena. Si hay que repetirlo lo repito. Me siento orgulloso. Esa es una nueva modalidad de lucha, no paralizábamos los hospitales, ocupábamos las instituciones públicas.

9. Situaciones difíciles
Lo peor que me pasó en esas tres pasadas presidencias, es que en la segunda presidencia ocurrió la muerte de mi madre. Eso es lo más difícil que me ha pasado en la vida. Estaba enferma, pero era aún muy joven. Tenía 60 y pico de años. Eso es lo más terrible que me ha sucedido. Yo era presidente del Colegio Médico Dominicano y estaba librando una lucha por aumento salarial; mi mamá se enfermó y murió, y yo seguí adelante con la lucha. Mis colegas no saben el esfuerzo tan grande que yo tuve que hacer para llevar esa muerte en mis hombros. Nosotros no estábamos esperando su muerte, quizás por eso fue tan difícil. Otro momento difícil es cuando mi hija me llamaba a las tres y a las cuatro de la mañana, cuando yo estaba ocupando las instituciones estatales, que nos apagaban la luz, nos cerraban el agua, nos tiraban gases lacrimógenos, nos hacían mucho ruido para que no pudiéramos descansar en la noche. Nos torturaban. Cuando mi hija me llamaba, con esos lugares rodeados de militares, y me preguntaba que dónde yo estaba, yo le decía que estaba haciendo una diligencia, y ella me preguntaba que si no había problemas; y yo, viendo a los policías y militares que venían para encima de mí, le contestaba que todo estaba bien.

10. La muerte de un paciente
Gracias a Dios, hace muchos años que no le tengo que decir a una persona que su familiar murió. No recuerdo la última vez que tuve que decirle a un familiar que un paciente nuestro murió. Pero recuerdo siempre a un paciente con una meningococcemia,eso fue en el 2004. Ese niño llegó con ese cuadro y se murió en 12 horas.

Una gran inversión de tiempo

La lucha gremial le quita mucho tiempo al médico. Cada vez que vengo a presidir el Colegio Médico pierdo muchos pacientes. Además de que aquí no me pagan ni un centavo. Económicamente, aquí vengo a perder. Esta nueva gestión me supone muchos retos. Aquí hay que hacer muchas cosas; entre ellas, mejorar la salud del pueblo, contribuir con la disminución de la mortalidad materno- infantil, luchar por evitar las muertes por dengue. Tenemos que mejorar las condiciones de los hospitales. Favorecemos el cinco por ciento para la salud y esperamos que cuando se consiga sea bien empleado. Creo que esta es mi última gestión en el CMD. En mis planes está hacer labor social y aspiro a tener una vejez digna. Soy el único que ha salido electo con un porcentaje tan elevado, incluyendo la Presidencia de la República, el único en ganar cuatro veces en el CMD. Me siento satisfecho y con un gran compromiso y responsabilidad con mi clase, por el respaldo que ellos me han dado. Un respaldo que acepto con humildad.  De un médico, valoro la dedicación al paciente y su solidaridad. Un médico pierde el sentido humano cuando deja de ser solidario y dedicado a sus pacientes. En sentido general, el médico es muy solidario, tanto con su clase, como con los pacientes.   

Comprometido
“Me siento satisfecho y con un gran compromiso y responsabilidad con mi clase, por el respaldo que ellos me han dado”.

Solidaridad
“En sentido general, el médico es muy solidario. Un médico pierde el sentido humano cuando deja de ser solidario y dedicado a sus pacientes”.

Pionero
“Yo fui el primer presidente del CMD. El primer certificado emitido por la Comisión Electoral, que dice: Presidente del Colegio Médico Dominicano, fue para mí”.

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