No queda más que renunciar

En este país no existe la cultura de renunciar a los cargos que se desempeñan en el Estado o al frente de una institución. Pero hay momentos en que al hombre no le queda otra opción que no sea acogerse a ello. El ministro de Cultura, José Antonio&#82

En este país no existe la cultura de renunciar a los cargos que se desempeñan en el Estado o al frente de una institución. Pero hay momentos en que al hombre no le queda otra opción que no sea acogerse a ello. El ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, parece que debería trillar ese camino ahora. No le queda alternativa, a menos que quiera forzar al Gobierno a destituirlo, pues todos los mensajes enviados por el Ejecutivo dan cuenta del enorme disgusto y molestia que ha causado a la administración, que busca reelegirse, el premio que su ministerio otorgó al escritor peruano Mario Vargas Llosa. Ni modo, no queda de otra. Que salga por la puerta grande.

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