El Caribe en el siglo XXI.Algunas reflexiones, y 5

Trinidad y Tobago es un pequeño Estado que no cuenta con la capacidad económica, política y militar para influir por sí mismo el curso de los sucesos internacionales, por lo que debe continuar recurriendo a la cooperación diplomática con otros&#8230

Trinidad y Tobago es un pequeño Estado que no cuenta con la capacidad económica, política y militar para influir por sí mismo el curso de los sucesos internacionales, por lo que debe continuar recurriendo a la cooperación diplomática con otros Estados para la consecución de sus objetivos de política exterior. En este contexto, los países de la CARICOM constituyen el primer anillo de sus relaciones exteriores. “Trinidad & Tobado Visión 2020, Draft National Strategic Plan.

La República de Trinidad y Tobago es uno de los países más activos del Caribe insular. Está ubicada en la costa oriental de Venezuela. Su gobierno es parlamentario. Su territorio está formado por dos islas: Trinidad que es la más grande y por ende la más poblada y donde se concentra el poder. Y Tobago que es más pequeña y muy conocida por su actividad turística. Cuenta además con varias islas pequeñísimas.

A pesar de que formaba parte del territorio español, en febrero de 1797 Inglaterra comenzó a ocupar las islas. Y cinco años después se firmó el Tratado de Paz de Amiens, mediante el cual las islas de Trinidad y Tobago pasaron a formar parte del Reino Unido.

En el año de 1976 Trinidad y Tobago declaró su independencia de la corona británica para constituirse como país independiente, pero formando parte de la Mancomunidad de Naciones. Como sistema parlamentario, el Presidente es el jefe de Estado de Trinidad y Tobago, y el Primer Ministro que es el jefe de gobierno es nombrado por el Presidente, pero tomando en cuenta la mayoría parlamentaria. Este pequeño, pero influyente país caribeño ha sido esencial en la integración caribeña, especialmente en la CARICOM.

Continuando con la exposición del libro “El Caribe en el siglo XXI”, el cual hemos estado presentando a lo largo de varias semanas, hoy tomamos para finalizar el ciclo el trabajo de la profesora Maylin Cabrera Agudo, de la Universidad de La Habana, que lleva por título “Apuntes en torno a los intereses de Trinidad y Tobago en los marcos de la CARICOM”. Con la presentación de este ensayo finalizamos el ciclo, no porque se agotara el libro, sino porque no quiero cansar a los lectores.

En otras entregas presentamos los dilemas y problemas que tiene la CARICOM, no solo con respecto a la República Dominicana y la firme oposición de los miembros de dejarnos entrar, sino también de las dificultades internas de la organización por los diferentes intereses existentes que dificultan, sin duda alguna la integración de las islas:

La discusión al interior de la CARICOM respecto a la integración política ha aparecido estrechamente vinculada (y subordinada) a aquella de la integración económica subregional. Lo cierto es que aunque aparezca principalmente como “medio” mediante el cual avanzar esta última, la integración política implica, en cualquiera de sus variantes, procesos de institucionalización del ejercicio del poder. Ello explica, en gran medida, las reticencias, complejidades y contradicciones que ha acompañado a este debate en el área. En ese sentido,
desempeñan también un papel importante las percepciones divergentes entre los Estados con relación a los beneficios y perjuicios (y el balance entre estos), que puedan obtener como parte de este proceso.[1]

Señala la profesora que es necesario reconocer que Trinidad y Tobago ha sido uno de los países con mayor interés y liderazgo en los procesos de integración, especialmente con la CARICOM, a la que ha apostado todo su esfuerzo. Como ejemplo señaló la declaración en 2003 del entonces Primer Ministro Patrick Manning, que dijo en el marco de la “Consulta para profundizar el proceso de integración”: “Pongo formalmente sobre la mesa de discusión las intenciones de Trinidad y Tobago de entrar a discutir con cualquier país caribeño dispuesto a perseguir junto a nosotros el objetivo de una Integración Política Caribeña” [2]. De esta declaración han transcurrido exactamente 13 años y el proceso ha sido más lento de lo esperado.

Ahora bien, ¿por qué ese interés de Trinidad y Tobago? La respuesta está en los números. La profesora Cabrera señala que ese país representó el 78.1% del comercio intrarregional en los años comprendidos entre el 2001 y el 2006, y ya para el 2008 constituía el 80% de todas las exportaciones intrasubregionales. Las cifras siguen hablando solas. Por ejemplo, a nivel del turismo, a pesar de su tamaño, es una de las actividades más activas. Trinidad y Tobago recibe el 28% del turismo intrarregional, es decir, el mayor flujo de turistas de los mismos caribeños. La actividad turística es dinámica y creciente. El mercado norteamericano representa el 36% de los turistas que llegan a ese país. Estas cifras que se han presentado solo como ejemplos evidencian que Trinidad y Tobago es uno de los países que más beneficio ha recibido del proceso de integración, de ahí su fuerte activismo y su fuerte liderazgo:

Trinidad y Tobago ha articulado un grupo de propuestas y acciones que forman parte del proceso de construcción de su liderazgo en el área. Estas abarcan las dimensiones económicas, energéticas, sociales y políticas, lo que da un carácter integral a su proyección subregional…[3]

Concluye su ensayo señalando dos ideas centrales, veamos:

Trinidad y Tobago ha desempeñado históricamente un papel importante dentro de la CARICOM, a partir de sus propios intereses.

Su capacidad económica le ha permitido una mayor proyección a nivel regional.
Lo cierto es, y nadie puede negarlo, que el liderazgo de Trinidad y Tobago se ha forjado desde el año 1973 cuando se fundó la Comunidad del Caribe. Desde entonces su activismo ha sido significativo, tanto que se ha visto reflejado en el desarrollo de su economía. Quizás los demás países de la CARICOM en vez de criticarle su empuje deberían asumir un mayor dinamismo. Una cosa sí es cierta: la integración caribeña sigue siendo un mito, un sueño y una esperanza.

FUENTES CITADAS
[1]Maylin Cabrera Agudo, de la Universidad de La Habana, “Apuntes en torno a los intereses de Trinidad y Tobago en los marcos de la CARICOM”, en Milagros Martínez y Jacqueline Laguardia, El Caribe en el siglo XXI. Coyunturas, perspectivas y desafíos, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 2011, p. 262
[2] Ibídem, p. 263
[3] Ibídem, p. 269.

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