Cambios necesarios

Si hay algo importante en momentos donde el día pareciere que ya no tiene 24 horas, sino menos, y que las personas también expresan que el mismo no les da para llevar a cabo sus faenas, es tratar de poner orden al tiempo, especialmente ahora que…

Cambios necesarios

Si hay algo importante en momentos donde el día pareciere que ya no tiene 24 horas, sino menos, y que las personas también expresan que…

Si hay algo importante en momentos donde el día pareciere que ya no tiene 24 horas, sino menos, y que las personas también expresan que el mismo no les da para llevar a cabo sus faenas, es tratar de poner orden al tiempo, especialmente ahora que se inicia el año escolar. Salir en las mañanas es iniciar el día con la primera dosis de tensión, ocasionada por la cantidad de vehículos, los cuales salen a la misma vez, y generalmente tarde. Por lo que es buena ocasión para empezar en los hogares a establecer una serie de medidas que ayuden a evitar la angustia que genera diariamente llevar sus hijos a la escuela.
En primer lugar, hay que considerar, independientemente de si son pequeños o adolescentes, la hora en que la noche anterior todos en casa se preparan, no solo para acostarse, sino tratando de dejar listo todo aquello necesario para la faena del día siguiente. En el caso de los adolescentes, suelen acostarse tarde, razón por la cual en la mañana están con sueño y cansados, lo que les hace más difícil, no solo levantarse, sino que les rinda el tiempo para estar preparados a la hora de salir. A esto aparentemente no se le da la importancia necesaria, pero es una de las mayores fuentes de estrés con que se vive en nuestra sociedad. Un ejemplo de orden es Rachel, quien solo tiene 6 años, con la cual tengo la oportunidad de compartir en la ciudad de Tampa, ya que es mi sobrina. Hay que llevarla a clases temprano, debido a la distancia que trabajan los padres. Sin embargo, noto que nadie corre, ya que la primera que se levanta al sonar el reloj es ella, ya con todo preparado previamente la noche anterior, y todos salen a tiempo. Estas son de las cosas con las cuales colaboramos para una mejor salud física y mental, no solo de la familia, sino de todos aquellos que de igual forma salen a las calles de forma apresurada, queriendo llegar al mismo tiempo, donde nadie puede ceder el paso, con lo que se provocan grandes taponamientos en calles y avenidas. Empezar el año escolar corrigiendo lo que es habitual en nuestra sociedad, de salir tarde y querer llegar a tiempo, sería un buen aporte para que esas llamadas “horas pico”, no se conviertan en un caos y a la vez un foco de estrés y amenaza para la salud emocional de los individuos.

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Si hay algo importante en momentos donde el día pareciere que ya no tiene 24 horas, sino menos, y que las personas también expresan que el mismo no les da para llevar a cabo sus faenas, es tratar de poner orden al tiempo, especialmente ahora que se inicia el año escolar. Salir en las mañanas es iniciar el día con la primera dosis de tensión, ocasionada por la cantidad de vehículos, los cuales salen a la misma vez, y tarde; por lo que es buena ocasión para empezar en los hogares a establecer una serie de medidas que ayuden a evitar la angustia que genera diariamente llevar sus hijos a la escuela.

En primer lugar, hay que considerar, independientemente de si son pequeños o adolescentes, la hora en que la noche anterior todos en casa se preparan, no solo para acostarse, sino tratando de dejar listo todo aquello necesario para la faena del día siguiente. En el caso de los adolescentes, suelen acostarse tarde, razón por la cual en la mañana están con sueño y cansados, lo que les hace más difícil, no solo levantarse, sino que les rinda el tiempo para estar preparados a la hora de salir. A esto aparentemente no se le da la importancia necesaria, pero es una de las mayores fuentes de estrés con lo que se vive en nuestra sociedad.

Un ejemplo de orden es Rachel, una niña de ocho años, con la cual tengo la oportunidad de compartir en la ciudad de Tampa, ya que es mi sobrina. Hay que llevarla a clases temprano, debido a la distancia donde trabajan los padres. Sin embargo, noto que nadie corre,  ya que la primera es ella, quien, al sonar su reloj, se levanta y, ya con todo preparado previamente la noche anterior, salen a tiempo. Estas son de las cosas con las cuales colaboramos para una mejor salud física y mental, no solo de la familia, sino de todos aquellos que de igual forma salen a las calles de forma apresurada, queriendo llegar al mismo tiempo, donde nadie puede ceder el paso, con lo que se provocan grandes estancamientos en calles y avenidas.

Empezar el año escolar corrigiendo lo que es habitual en nuestra sociedad, el salir tarde y querer llegar a tiempo, sería un buen aporte para que esas llamadas “horas pico”, no se conviertan en un caos y a la vez en un foco de estrés y amenaza para la salud emocional de los individuos.

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