Comunicación asertiva, buena herramienta para tu desarrollo

Algunas personas tienen problemas para hacer valer sus derechos, su manera de pensar y lo que sienten; suelen reaccionar de forma poco apropiada, lo que les crea problemas en sus relaciones personales y laborales, así como estrés y otros malestares.&#82

Algunas personas tienen problemas para hacer valer sus derechos, su manera de pensar y lo que sienten; suelen reaccionar de forma poco apropiada, lo que les crea problemas en sus relaciones personales y laborales, así como estrés y otros malestares.

Existe lo que los expertos llaman “comunicación asertiva”, que implica responder sin agresividad, respetando a la otra persona, al mismo tiempo que te niegas a hacer algo que no deseas hacer o que consideras injusto. No levantas la voz, no muestras ira, y tratas de resolver el conflicto teniendo en cuenta los deseos de ambas partes, buscando compromisos y soluciones, en vez de pretender simplemente “salirte con la tuya”.

De acuerdo con Laura Virginia González Bichara, psicóloga clínica y terapeuta familiar, ser asertivo significa que te respetas a ti mismo y que estás dispuesto a expresarte, a no dejarte avasallar, pedir lo que te corresponde y hacer valer tus derechos. También significa que eres consciente de los derechos de los demás y los respetas. La comunicación asertiva no es ni demasiado agresiva ni demasiado pasiva. Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro, en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas.

Cuando la otra persona no entra en razones, solo quiere salirse con la suya, y no acepta una negativa; la persona asertiva simplemente interrumpe la conversación y se marcha, dejando claro que no está enfadada y que sigue disponible para el otro, pero no va a seguir esa conversación ni se va a dejar convencer para hacer algo que no desea hacer. Siempre con el “gracias” y “por favor” como palabras favoritas.

“La persona asertiva no recurre a la agresividad ni a comportamientos agresivo-pasivos, suele tener confianza en sí misma y una buena autoestima”, comenta la especialista.

González Bichara aclara que ser asertivo no se puede confundir con ser sumiso. Las personas sumisas pueden ceder, someterse y no hacer valer sus derechos. En este caso, es posible que luego se sientan dolidos, humillados, resentidos y débiles. No es raro que este tipo de personas, no asertivas, recurran a comportamientos agresivos-pasivos. Es decir, comportamientos con los que tratan de vengarse de un modo indirecto. Por ejemplo, aceptan hacer un favor a alguien pero luego lo “olvidan” o hacen “sin querer” algo que perjudica o molesta a la otra persona afirmando después no haberse dado cuenta. Esta es una forma inmadura de afrontar este problema y tiende a crear conflictos en las relaciones o destruirlas. En otros casos, reaccionan de manera agresiva, haciendo valer sus derechos con amenazas, insultos, gritos, desprecio hacia la otra persona, etc., no respetan los derechos de los demás ni tienen en cuenta sus opiniones o sentimientos. Algunas personas recurren generalmente a este modo de comportarse, mientras que en otros casos se trata de personas que tienden a ceder y someterse a los deseos o caprichos de los demás, hasta que no pueden más y entonces estallan con agresividad.

“Los problemas para ser asertivo aparecen a veces cuando temes que la otra persona reaccione mal ante tu negativa, como suele suceder en el ambiente laboral. Por ejemplo, se piensa que el jefe te podría cancelar de tu puesto, pensar mal de ti o enfadarse contigo. Pero lo cierto es que la mayoría de las personas respetan más a aquellos que son asertivos y saben decir no, que a las personas que son fáciles de dominar y que están siempre dispuestas a hacer todo lo que se les pida que hagan”, dice la experta, quien brinda consejos a través de su instagran: laura26virginia. Recuerda que la capacidad de ser asertivo se aprende. Este aprendizaje se produce de forma progresiva, dado que una persona no aprende de la noche a la mañana a comportarse de esta manera. Cualquier cambio conlleva esfuerzo, por lo que cada día es una oportunidad para conseguir mostrarte asertivo ante las diversas situaciones de tu vida.

El lenguaje corporal influye bastante

El cuerpo dice mucho más que tus palabras, comenta González Bichara, quien trabaja con cita previa a través del número 829-883 4420. Explica que si tus palabras dicen “no”, pero tu cuerpo muestra una actitud débil y poco convincente, la otra persona seguirá insistiendo hasta que cedas. Por tanto, “mantén una postura erguida, mira a los ojos directamente, muestra confianza y serenidad, habla con claridad, sin gritar, pero con un tono de voz algo elevado. Practica ante el espejo unas cuantas veces hasta que lo hagas con naturalidad. Si vas a convencer a alguien de que lo que dices es verdad te conviene tener un lenguaje corporal seguro”, agrega.

Los gestos son básicamente culturales. Las manos y, en un grado menor, la cabeza y los pies, pueden producir una amplia variedad de gestos que se usan bien para amplificar y apoyar la actividad verbal o bien para contradecirla tratando de ocultar los verdaderos sentimientos. Los gestos asertivos son movimientos desinhibidos. Sugieren franqueza, seguridad en uno mismo y espontaneidad por parte del que habla.

Cuidado
Si tratas un tema con amigos y te irritas, te dan ganas de gritar, llorar o tener cualquier reacción emocional exagerada, cálmate primero antes de hablar, piensa lo que vas a decir y cómo puedes decirlo de un modo asertivo.

Beneficio
Saber ser asertivo no solo te ayudará a sentirte mejor contigo mismo y mejorar tu autoestima, sino también a ganarte el respeto de los demás y rodearte de personas positivas.

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