La tiroides y el aumento de peso

Existen muchos factores por los cuales una persona puede aumentar o perder peso, y no siempre está relacionado a la comida y al sedentarismo. Por tal razón, es de vital importancia tomar cartas en el asunto y hacerse algunas preguntas para determinar&#8

Existen muchos factores por los cuales una persona puede aumentar o perder peso, y no siempre está relacionado a la comida y al sedentarismo. Por tal razón, es de vital importancia tomar cartas en el asunto y hacerse algunas preguntas para determinar si se trata de algo más profundo.

¿Gana peso que luego no puede perder sin importar lo que haga?, ¿tu apetito ha disminuido, mientras los números de tu báscula siguen en aumento?, ¿te siente fatigado o muy cansado?, ¿tu humor ha cambiado y ahora te siente deprimido?, ¿tu piel está más seca y tu cabello frágil y quebradizo? Estos son algunos de los síntomas que experimenta la persona que sufre de hipotiroidismo, un trastorno que afecta aproximadamente a 300 millones de personas en el mundo, según Dolores Mejía, Presidenta de la Sociedad Dominicana de Endocrinología y Nutrición, SODENN.

“Para determinar si se trata de hipotiroidismo es necesario realizar una prueba de laboratorio, que permitirá un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado si fuera el caso”, explica Mejía, quien define el hipotiroidismo como el trastorno más común de la tiroides, que se produce por su lenta actividad, lo cual no permite producir la hormona suficiente y, por tanto, frena el metabolismo.

“La glándula tiroides tiene forma de mariposa y está ubicada en la parte baja del cuello. Esta se encarga de producir hormonas que juegan un papel clave en la regulación de muchas de las funciones del cuerpo, sistematiza el metabolismo, y le permite al cuerpo utilizar sus reservas de energía de manera eficiente y asegurar que los músculos trabajen apropiadamente”, detalla la endocrinóloga.

Posibles causas

La causa más frecuente del hipotiroidismo a nivel mundial es la llamada Tiroiditis de Hashimoto, que afecta cada año a cuatro de cada mil mujeres y a uno de cada mil hombres.

Otras causas que generan esta deficiencia de la tiroides son: el hipotiroidismo congénito (1 de cada 3,000 nacidos vivos), generalmente porque no se forma la glándula tiroides durante el desarrollo fetal; extirpación quirúrgica de parte o la totalidad de la glándula tiroides; tratamientos de radiación, por ejemplo, el suministro de yodo radioactivo para el tratamiento del cáncer de tiroides y una dieta muy baja en yodo.

“El hipotiroidismo se da ocho a diez veces más frecuente en mujeres, con una media de edad de 60 años, aunque puede aparecer en cualquier sexo y edad. Se estima que alrededor del 5% de las mujeres embarazadas desarrollan hipotiroidismo. Estas mujeres tendrían un mayor riesgo de presentar abortos”, detalla Mejía.

Por otra parte, la experta indicó que las mujeres menopáusicas que sufren de síntomas como fatiga, depresión, periodos menstruales anormales y alteraciones del sueño pueden tener hipotiroidismo no diagnosticado.

“Este padecimiento hace que el corazón palpite más lento e irregular, y como consecuencia puede desarrollar bradicardia, que deja a órganos y tejidos sin suficiente oxígeno y nutrientes; hace que la presión arterial cambie y con el tiempo se desarrolle ateroesclerosis, lo cual aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular”, explica la endocrinóloga.

Estos problemas pueden disminuirse cuando se detecta la disfunción de la glándula tiroides. Para ello, se deben realizar pruebas de laboratorio, en particular la TSH (hormona estimulante de la tiroides), la cual determina si un paciente tiene hipotiroidismo o no. Una prueba de laboratorio y el tratamiento adecuado le permitirá mejorar su calidad de vida.

Mejía resalta que el tratamiento para contrarrestar los síntomas del hipotiroidismo es de por vida y debe continuar aunque los síntomas estén bajo control.

“En estos pacientes, las hormonas tiroideas que hacen falta se sustituyen por los fármacos orales. El fármaco de elección es la levotiroxina, una tiroxina sintética que funciona exactamente igual que las hormonas tiroideas naturales. En caso de un hipotiroidismo por deficiencia de yodo, se le indican suplementos que contengan este elemento”, concluye.

¿Cómo mantener una tiroides sana?

Todos los adultos necesitan yodo, pero sólo una diezmilésima de gramo al día. Los alimentos ingeridos normalmente aportan dicha cantidad, porque el yodo se encuentra ya en la tierra y es absorbido por las plantas. Una dieta equilibrada con alimentos no muy elaborados y que incluya frutas y hortalizas debería asegurar una cantidad suficiente de yodo para mantener una tiroides sana.
También hay yodo en la carne (especialmente, en el hígado), en los cereales enriquecidos, en los mariscos, en las algas y en el agua potable. La mayoría de las personas no necesitan preocuparse de un exceso de yodo en su dieta, ya que cualquier exceso se elimina por la orina. Algunos complejos vitamínicos pueden contener yodo, pero los suplementos exclusivos de yodo son difíciles de obtener y, realmente, rara vez se necesitan.

Dato
La tiroides trabaja conjuntamente con otras dos glándulas productoras de hormonas: la pitituaria y el hipotálamo. Esta acción tripartita tiene como objetivo la producción de la cantidad justa de energía que el organismo necesita en cada momento (baja durante el sueño, alta durante la vigilia, más alta aún durante la actividad física).

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