Gamal Michelén Stefan considera que la pintura está sujeta al medio físico, en la cual hay un soporte que hay que aprender a manejar con la pericia del tiempo: el pincel, pigmentos, lápiz o carboncillos. Sostuvo que los griegos consideraban el arte una técnica; en la arquitectura, la primera, a la cual llamaban “Artchi-tectum”. “El arquitecto es el primero de los técnicos, porque esta profesión es un arte único, útil”, consideró Michelén Stefan. Destacó que al final, el arte habita en un meridiano espiritual al arte per se, porque si los griegos tomaran un ánfora y la pintaran con escenas geométricas, no tendría ninguna utilidad utilitaria”. El presidente de ADCA agregó, que “como tengo la teoría de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, desde mi punto de vista cristiano, como Dios es un artista, nosotros hacemos arte, porque una de las obras más fantásticas es el Universo, y él pudo hacerlo en blanco y negro, pero lo hizo a color, entonces, creo que nosotros hacemos arte, porque tenemos ese impulso de Dios”.
Amante del arte, crítico, un doctorado en Humanidades… ¿qué más le apasiona?
Tengo muchas pasiones en la vida, pero básicamente es la Historia. No sé si soy nostálgico incorregido, pero me gusta indagar mucho en el pasado, ahora, por la historia del arte tengo una pasión especial, ya que estoy convencido de que la historia escrita, por muchas razones, está llena de falsedades, porque, por un lado, la escriben los que ganan, y por otro, porque en tiempo pasado se escribía en base a relatos orales y cuando la gente cuenta algo lo reedita.
¿Cómo se involucra en el arte?
Siempre tuve la galería de arte Guernica, además de que he tenido mucho acercamiento con artistas. Me gusta ver haciendo arte, y acabé en esto. La galería existe, pero ahora es un almacén, ya que trabajo cibernéticamente y me va mejor. Como crítico de arte, llevo más de 30 años, cuya formación la obtuve con el tiempo a base de mucha lectura y observando.
¿Cómo vislumbra el arte en RD?
Nuestros país estuvo a la vanguardia por algún tiempo, y que conste no es político lo que digo, porque vengo de una familia antitrujillista totalmente, pero Trujillo hizo aquí la primera Bienal en 1942, cuando las primeras bienales de París se hicieron en los años 56-57. Trujillo hizo edificios de Bellas Artes en cada lugar, en ese tiempo hubo una protección a las artes. Las ciudades europeas viven de la cultura y están diseñadas para eso. Nosotros, lamentablemente, adoptamos cualquier cultura rápida y creemos que el extranjero es superior. Aquí no tenemos esa política de apoyar nuestros valores en el campo del arte.
Entonces ¿cree necesario que haya una política estatal en apoyo al arte?
Te voy a poner un ejemplo. Cuba es un país con muchos problemas, pero allá hay un “Cubano File” en el arte. La gente está comprando arte cubano y lo paga muy alto. En Cuba hay una política estatal que se maneja, y la tiene, además México, Chile, Argentina, entre otros, pero nuestro país no la tiene. El ser dominicano en ese contexto es una desventaja. El artista dominicano Jaime Colson fue maestro de Mario Carreño, pero un cuadro de Carreño vale diez veces más que uno de Colson, porque este era dominicano. Existen países que son fantásticos para crear Marca País, pero nosotros no sabemos hacerlo. Mira, “La Bodeguita del Medio”, en Cuba y “El Mesón de Bari”, en Santo Domingo, definitivamente son la misma cosa, pero la “Bodeguita” la conoce todo el mundo y “El Mesón” no, porque nosotros no sabemos hacer marca. El Olive Garden, en Times Square, Nueva York, es como un símbolo para ellos, y nosotros destruimos nuestros símbolos, no sabemos aprovechar nuestra cultura. La casa de Lilí, en San Juan de la Maguana, fue demolida en 1999; también una de las casas de la Restauración en Santiago. Nosotros destruimos nuestra historia.
¿Cuál es su percepción en cuanto al mercado del arte?
No niego que ahora mismo en el mercado del arte hay una crisis de liquidez. La gente está buscando dinero, básicamente y perjudica al arte relativamente. El mercado cada día se devalúa más, pero el arte siempre toma valor. Los “Marchandart” como también se les llama, en el siglo XVIII, para vender arte había que estudiar hasta cuatro años, y estamos en el siglo XXI, y no hay nadie que exija un mínimo de formación para vender obras de arte. El vendedor tiene que saber lo que ofrece, una galería tiene una función social, de hecho, pedagógica, por eso debe haber formación mínima para vender arte, definitivamente.
Como crítico, ¿qué puede observar a través de una obra?
Creo mucho en el primer impacto de una obra, lo que llamaríamos su primera lectura. El papel del crítico ayuda a ver más, pero yo tengo mucho respeto, porque creo que todo ser humano fue creado con juicio visual. Yo leo crítica de gente preparada, con la que no estoy de acuerdo. Creo que el artista se hace él mismo. El crítico que no es infalible, hace crítica. Ahora, no hay sonido más estridente e insoportable al oído de un artista que un crítico ni hable de él, eso es terrible, que hablen aunque sea negativo. Al final es el público que acepta las cosas y curiosamente, a veces, hay obras de arte que el crítico juzga mediocre, pero al público le gusta y se vuelve exitosa. Hay éxitos por coyunturas, porque la vida no es justa. Por eso hay que insistir en la gente que tiene poder y a los gobiernos, que hay que aportar para la cultura. Por ejemplo, La Feria del Libro, debería ser “La Feria de la Lectura”, no del libro. Nuestro país necesita leer, mejorar sus conocimientos. La cultura eleva el nivel de conciencia de los pueblos, y la gente es mejor cuando aprende ese tipo de cosas.
Afirmación
Cuando destruyes el patrimonio arquitectónico, artístico, destruyes la memoria, pierdes la identidad y dejas de ser, porque, penosamente, somos poco nacionalistas”.
Solicitud
Yo quisiera que nuestro presidente o la gente con poder entendieran que, nunca fueron más grandes los países que cuando sus gobernantes apoyaron las artes y la ciencia”.
