La música clásica en el contexto dominicano

La música clásica no es un género fuerte en la sociedad dominicana. Sin embargo, desde la creación de las primeras entidades orientadas a esta corriente a principios de los 90, al día de hoy es palpable su evolución y desarrollo, aunque le falta&#82

La música clásica no es un género fuerte en la sociedad dominicana. Sin embargo, desde la creación de las primeras entidades orientadas a esta corriente a principios de los 90, al día de hoy es palpable su evolución y desarrollo, aunque le falta mucho camino por recorrer para atraer al gran público. Darwin Aquino, director de la Sinfónica Nacional Juvenil, y la maestra Catana Pérez de Cuello, exdirectora del Teatro Nacional Eduardo Brito, coinciden en que la clásica no es una música que está impregnada en nuestra tradición.
Según explicó la también musicóloga, esto se debe a que el pueblo no la conoce y no le interesa, además de tener el concepto de que es “música de muerto”.

“Antes, en Semana Santa, y cuando fallecía una persona ‘importante’, lo que se colocaba era música clásica y aunque esa costumbre ha pasado, la creencia subsiste. También hay un desconocimiento porque la gente no tiene cómo acercarse, y las personas, normalmente, muestran indiferencia hacia lo que no conocen”, dijo Catana Pérez en una entrevista con elCaribe. Entiende que su poca penetración en el pueblo se debe a un asunto de educación, porque los públicos no tienen dónde conocer sobre este género y, por lo tanto, no les interesa. “Mientras no haya una educación artística en la escuela, que les permita a los niños crecer sabiendo de la música clásica, cómo la van a conocer si sus padres la desconocen por igual. Lo clásico permanece en una élite intelectual, porque es la población que la conoce”, afirmó Catana.

De su lado, Darwin Aquino destacó que se suele comparar la popularidad de lo clásico con ritmos tropicales o urbanos y, a su entender, es algo “sin sentido”.

“La música clásica es tradición de otro continente. Nuestra isla es una combinación de la cultura europea y la africana, y esa fusión de culturas que se generó no tiene como principal expresión musical lo clásico”, manifestó el compositor y violinista.

Resaltó que es normal que haya más acceso a los ritmos populares por ser estos los que se consumen a diario. Además de que cada uno tiene su ámbito, su público y cumple con la función y espacio que le corresponde. “Pretender que la música clásica sea tan popular como el género urbano o cualquier otro es una locura”, agregó el ganador del renglón “Artista destacado en el extranjero” en los pasados Premios Soberano. Tanto Aquino como Pérez de Cuello resaltaron que es un “momento interesante” para la música clásica buscar manera de colaboración con otros géneros en relación estrecha y creativa, y utilizarlos en las obras buscando la manera de crear cosas llamativas como se ha hecho anteriormente. En ese sentido, citan los arreglos de “Caña Brava” y “Compadre Pedro Juan”, aunque la poca difusión se ha impuesto.

La también pianista considera que este es un aspecto que hay que trabajar desde todas las escuelas del país, no solo con la música, sino con todas las artes, con la implementación de la educación artística, la organización de conciertos didácticos y una programación de forma fija en todos los centros del país. “Hay que reforzar enormemente las escuelas especializadas tipo academias, escuelas elementales de música, conservatorio, entre otros, porque ahí ya están los estudiantes que se forman para esos fines. Deben de tener un apoyo enorme y, sobre todo, hacer una cartelera de difusión de la música clásica organizada con conciertos abiertos, donde se hagan repertorios con música clásica y mixta, de todo tipo y de buena calidad”, expresó la autora del libro “El universo de la música”.

Sobre las orquestas de música clásica existentes en el país, el también director orquestal, Darwin Aquino, entiende que han crecido en número y regiones.
“Ya se cuenta con decenas de orquestas en distintos puntos del país. Cuando digo orquesta me refiero también a bandas de viento, porque no en todos los sitios hay orquestas sinfónicas completas. Antes los interesados tenían que venir a Santo Domingo, a tocar en la Nacional Juvenil que era de las pocas opciones que había, casi la única, y ahora en su pueblo pueden acceder a bandas y orquestas de una manera más fácil”, resaltó.

Esfuerzos

En el país se realizan importantes esfuerzos por enraizar más este género musical. Entre las instituciones privadas se encuentra la Fundación Sinfonía, fundada en 1986 con el propósito de impulsar la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Dominicana, que actualmente dirige el maestro José Antonio Molina. En 2012 la Fundación Sinfonía creó la Joven Filarmónica de la República Dominicana, con el apoyo de YOA-Orquesta de las Américas y la Fundación Batuta de Colombia. La más importante actividad de Sinfonía es el Festival Musical de Santo Domingo, un evento bienal que reúne a artistas clásicos internacionales.

En la parte gubernamental, en los últimos tres años, desde el Ministerio de Cultura se han creado 15 nuevas Bandas de Música Juveniles y 28 nuevas Escuelas Libres. En el 2011 se creó la Orquesta Filarmónica del Cibao. En un capítulo importante también se destaca la Orquesta Sinfónica Juan Pablo Duarte (OSJPD), creada por el Conservatorio Nacional de Música hace 23 años.

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