“Me renueva y me nutre el compartir mis conocimientos”

“Creo que he sido bendecida por la vida y el Padre”, nos dice de entrada Catana Pérez, destacada pianista, educadora y musicóloga dominicana, quien a lo largo de su trayectoria profesional y personal se ha destacado por ser una mujer íntegra,&#8230

“Creo que he sido bendecida por la vida y el Padre”, nos dice de entrada Catana Pérez, destacada pianista, educadora y musicóloga dominicana, quien a lo largo de su trayectoria profesional y personal se ha destacado por ser una mujer íntegra, capaz y, sobre todo, humana. “Estoy muy satisfecha con mi vida en general, con todo lo que he vivido. Soy muy agradecida, amo mucho, recibo lo que me llega de forma espontánea, natural y sincera”, comenta.

Y destaca que la familia y la amistad son el regalo más grande que la vida nos puede regalar, por lo que hay que apreciarlas sin medidas.

Así es su vida: sin poses, sin artificios. Valorando ante todo la calidad de las personas como seres humanos en igual condiciones. Siempre investigando, dando talleres, colaborando… Una vida muy rica, la de mujer feliz.

1. Infancia en Moca
Durante una época de mi niñez me separé de mis padres, quienes por un mejor futuro se trasladaron a Santo Domingo (cuando consiguieron trabajo vine con ellos). Mientras, pude disfrutar de mis cuatro abuelos en Moca; un privilegio que quizás muchos no tengan. Recuerdo con alegría que un 25 de diciembre, de Niño Jesús, me regalaron un pequeño piano color vino, con sonido real. Descubrir gracias a éste el maravilloso mundo de la música desató mi carrera musical. Otro aspecto relacionado a mis padres, que valoro y nunca olvidaré, fue mi formación; estuvieron a mi lado todo el tiempo. Desde pequeña los libros fueron parte de mi vida a través del juego, a modo de lecturas compartidas. No había trabajo donde no tuviera a papi o a mami ayudándome, sobre todo en la carrera musical, nunca hubo un “pero” o mala cara para llevarme a clases, pues vivíamos muy lejos y el transporte era difícil en aquella época.

2. Vida en matrimonio
Me casé en Roma con el hombre de mi vida, cuando me fui a estudiar allí. Estuve 40 años junto a él; una vida matrimonial intensa de la que me siento sumamente agradecida porque la viví a plenitud en todos los aspectos. Los matrimonios crecen juntos, pasan momentos difíciles, pero cuando hay realmente amor y ganas de estar juntos todo se supera de la mejor manera. Imagínate lo que fue para mí saber que estaba embarazada. Tenía cinco años de casada cuando supe la noticia; recuerdo hasta la ropa que llevaba puesta, me puse a llorar. En esa época uno no sabía el sexo del bebé, y nació Liusik, otro momento deslumbrante para mí. He sido bendecida con una hija amorosa y extraordinaria; hermosa por dentro y por fuera. A esto se une el nacimiento de mi nieto, Antonio Manuel, mi compañero de aventuras.

3. Reuniones familiares
Como familia, nosotros lo celebramos todo, pero especialmente las Nochebuenas. Éstas han tenido una connotación muy importante para cada uno de los miembros que la integran; es, a mí entender, la noche más importante del año para todos, un día sagrado. Incluso, hay menús establecidos que mi papá siempre espera, a lo que se suman las anécdotas. Somos una familia muy folclórica, disfrutamos mucho nuestra unión.

4. El adiós
Todos perdemos seres queridos, los apegos nos hacen sufrir mucho. Y particularmente, la muerte de mi mamá, y años después la de mi esposo, de cáncer ambos, fueron momentos terriblemente duros, que gracias a la fe, a la gratitud que sentía por cómo habíamos vivido, al apoyo de la familia, de los amigos y de todo el que me rodeaba, pude salir adelante y crecer a pesar de estas pérdidas.

5. Formación profesional
Durante mi paso por el Conservatorio Nacional de Música tuve la fortuna y el privilegio de contar con una pléyade de maestros formidables, no solamente de piano, sino de todas las materias que cursé. Recibí una formación fenomenal. Luego obtuve una beca para el famoso campamento de artes Interlochen, en Michigan, Estados Unidos. Durante ocho semanas me sumergí en una aventura que al día de hoy recuerdo con suma alegría. Formé parte de su prestigioso coro, donde conocí clásicos universales como Carmina Burana, el Réquiem de Mozart, música de Monteverdi… conocí en vivo al famosísimo pianista Van Cliburn. Se presentaban conciertos, óperas y obras de teatro todos los días. Fue maravilloso. Luego vino mi ingreso al Conservatorio de Santa Cecilia, en Roma, Italia. Una oportunidad memorable. Durante los tres años de estudios estuve bajo la tutela de dos profesores de primera. Me gradué con una nota final de 9/10. Por esta y otras razones, Roma es la ciudad eterna en mi corazón.

6. Música alrededor del mundo
Me han marcado los grandes teatros que he tenido la oportunidad de conocer, así como las grandes figuras que he escuchado en vivo, gracias a los viajes realizados. Ver en escena a pianistas como Arthur Rubinstein, Claudio Arrau y Maurizio Pollini; dirigir a Zubin Mehta, Daniel Baremboim y Claudio Abbado, y escuchar múltiples cantantes, entre ellos Ileana Cotrubas, José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti, es una experiencia que nunca podré olvidar, las llevo vivas en mi ser.

7. El valor de la amistad
Tengo amigos de muchos años, pues valoro la amistad en grado sumo. Podemos pasar tiempo sin vernos, pero cuando nos encontramos es como si nos viéramos visto hace unas horas. Esos encuentros son para mí sumamente valiosos. También, a través de los años he ido conociendo nuevas personas. Para mí se convierte en un momento inolvidable cuando conecto rápidamente con ellas. Todo instante que compartimos juntos es memorable en mi vida.

8. Educadora nata
Dar clases, enseñar y compartir conocimientos es algo que me renueva, me nutre. Mis clases de apreciación musical las inicié en 1973. No tengo idea de cuántas personas han pasado por las incontables sesiones. Cada vez que inicia un nuevo curso es algo nuevo. Incluso, el repetir un módulo es un nuevo reto para mí. En mi vida no hay nada estático, rutinario; todo se transforma en una novedad. Quizás en algún momento pueda tener un dolor de cabeza, alguna preocupación, pero cuando digo “buenas noches”, al inicio de cada clase, lo olvido todo. Me siento totalmente realizada explicando y compartiendo. Por otro lado, en el Conservatorio fui profesora por un período de dos años; tuve alumnos muy buenos y muy brillantes como Michael Camilo. Luego, en el Maternal Montessori, enseñando a niños de tres a seis años; es una experiencia donde uno se vuelve niño. Es maravilloso y agotador al mismo tiempo, pues requiere mucha imaginación y fantasía el mantener a los niños en alerta y atentos. No creo en el mito de que a la gente no le gusta la música clásica y el buen arte. Sencillamente no la conocen. Y esto lo digo porque la experiencia que he tenido con todo tipo de clases sociales en mis cursos de apreciación, y luego con los niños, incluyendo algunos con necesidades especiales, me demuestran lo contrario.

9. Producción literaria
Las obras que he escrito son inolvidables. Una de ellas es Sinfonía de ideas en cuatro movimientos, que pertenece a la Colección Cultural del Banco Central de la República Dominicana. Se trata de una compilación de varios de los artículos que escribía en el Listín Diario; muchos lectores me lo habían pedido. También está El universo de la música, mi primera obra, de la cual me siento súper orgullosa. La inicié a modo de material de apoyo para los cursos que impartía, y como nadie me estaba esperando me tardé unos 12 años. Escribía muy a menudo, pero siempre extendía los tópicos a tratar. Por este ejemplar gané el Premio de Didáctica Manuel de Jesús Peña y Reynoso 1994, que otorgaba en aquel entonces la Secretaría de Educación. Otra obra de la que también me siento muy agradecida, porque me ayudó a descubrir mis raíces, es El merengue: música y baile en la República Dominicana, de la Colección Claro (Verizon, en aquella ocasión). El mismo consta de dos partes. Yo escribí la primera y el maestro Rafael Solano la segunda. Fueron dos años de ardua investigación. Por esta obra recibimos ambos el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes 2004.

10. Programa social
Dirijo, junto a Freddy Ginebra, el Programa Artístico Cultural de doña Cándida Montilla de Medina, Primera Dama de la República, que lleva por nombre Ángeles de la Cultura. ¿En qué consiste? Abrimos academias de arte en escuelas ubicadas en sectores en riesgo. En la actualidad, contamos con 107 profesionales en distintas disciplinas artísticas como maestros, quienes cada sábados se trasladan hasta allí a dar clases. Esto es mantener la fe en la vida y en la enseñanza, y creer en la capacidad e interés de los niños y jóvenes cuando se les brinda la oportunidad. No damos abasto. El éxito del programa ha sido el desarrollarlo paso a paso y el ser muy cuidadosos en la selección de cada uno de los profesores. Estamos en Santo Domingo en seis sectores, dos en Santiago, en Higüey y en San Juan de la Maguana. Es un trabajo edificante y vivificante. Para mí, parte de mi corazón.

Investigación sobre música de 1916-78

“Me encuentro inmersa en una investigación para el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, que busca documentar nuestra  música durante el período 1916-1978, desde la primera invasión de los EE.UU., incluyendo la dictadura trujillista, hasta el final de los 12 años de Balaguer. Un trabajo apasionante, pues la investigación es un campo infinito, nunca termina. Me siento muy agradecida de Luisa De Peña, directora de esta institución, por brindarme esta oportunidad junto a Arismendy Vásquez Guareño, con quien comparto esta importante tarea. Además, estoy dando los toques finales al nuevo curso de apreciación musical que estaré impartiendo en el Teatro Laura Bertrán del Centro Cultural Babeque, bajo el título “Versiones y Visiones de Grandes Creadores 4”, con el que propongo un viaje inolvidable junto a buena música y producciones artísticas. La cita está pautada para iniciar el 4 de octubre”

Programa
“Dirijo, junto a Freddy Ginebra, el Programa Artístico Cultural de doña Cándida Montilla de Medina, Primera Dama de la República, que lleva por nombre Ángeles de la Cultura”.

Privilegio
Durante mi paso por el Conservatorio Nacional de Música tuve el privilegio de contar con una pléyade de maestros formidables”.

Los viajes
Me han marcado los grandes teatros que he tenido la oportunidad de conocer, así como las grandes figuras que he escuchado en vivo”.

Educar
Dar clases, enseñar y compartir conocimientos es algo que me renueva, me nutre. Mis clases de apreciación musical las inicié en 1973”.

Aprendizaje
Otra obra de la que también me siento muy agradecida, porque me ayudó a descubrir mis raíces es El merengue: música y baile en RD.”

Un recuerdo
“Un 25 de diciembre, de Niño Jesús, me regalaron un pequeño piano color vino, con sonido real. Descubrir gracias a éste el maravilloso mundo de la música desató mi carrera musical”.

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