Las obras de Plutarco Andújar en Nader III

“Estética de la fascinación luminosa en la obra de Plutarco Andújar” es el título del ensayo que escribe el poeta y crítico de arte Abíl Peralta Agüero, que antes fuera publicado en el catálogo de la exposición “Homenaje al Maestro Plutarco

“Estética de la fascinación luminosa en la obra de Plutarco Andújar” es el título del ensayo que escribe el poeta y crítico de arte Abíl Peralta Agüero, que antes fuera publicado en el catálogo de la exposición “Homenaje al Maestro Plutarco Andújar”, presentada en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo en el 2001 y que forma parte del nuevo libro sobre el artista.
Muy certera y bien ubicada la cita de Octavio Paz que realiza Abíl para iniciar su discurso sobre el maestro Plutarco Andújar: “El arte no es un reflejo de la vida. Tampoco es solamente una profundización de la vida, una visión más pura y más limpia. Es algo más: limita el acontecer, extrae del fluir de la vida unos cuantos minutos palpitantes y los moviliza, sin matarlos”. Excelente, en síntesis, para referirnos a la producción plástica del afamado maestro Plutarco Andújar, quien ha partido de este mundo, pero su obra queda como memoria histórica de su trabajo artístico.

Peralta Agüero, en una mezcla de aspectos formales y concretos, así como de una poesía mágica que engarza con el modo de representación de Andújar, nos hace llegar las fuentes de las cuales se nutre este pintor para realizar su arte.

Refiere también el período de formación del maestro en la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Academia de San Fernando de Madrid, España. Establece, además, puntos de contactos del pintor con artistas europeos como el alemán David Friedrich, el inglés William Turner, el español Joaquín Sorolla y el francés Claude Monet.

Asimismo, Peralta Agüero refiere las habilidades del artista en cuanto al dominio de la teoría “cloisonnisme” y su gran trabajo como dibujista, advirtiendo que en sus obras: “la noche parece reclamar el misterio,… en su relación perceptual con el espectador, lo llaman hacia dentro, lo invitan a formar parte de unos sucesos de luz, que el artista, a partir de su pincelada ancha, suelta y de apariencia frágil, como dibujada y tibia, expone sobre la tela dentro de la categoría plástica de un discurso único y personal para el arte dominicano, no referido antes a ningún otro exponente del arte nacional”.

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