Cuidado de la piel durante los días fríos

A pesar de que la piel cuenta con sus propios medios de autodefensa, los factores climatológicos adversos, como el frío y el viento, la pueden debilitar provocando graves trastornos e incluso su envejecimiento precoz.

A pesar de que la piel cuenta con sus propios medios de autodefensa, los factores climatológicos adversos, como el frío y el viento, la pueden debilitar provocando graves trastornos e incluso su envejecimiento precoz.“Los cambios bruscos de temperatura a los que es sometida la piel cuando hace frío durante varios días deterioran su capa hidrolipídica, dejándola desnuda frente a las agresiones externas; con ello se acentúa la pérdida de agua y aparece la deshidratación. Los síntomas que la acompañan son: sequedad, descamación, falta de brillo e incluso pequeñas heridas”, comenta la cirujana dermatóloga Lidia Josefina González.
Estos trastornos en la piel se cree que afectan más a las mujeres, y que la piel blanca es más sensible que la morena.

Según González Socías, en los días fríos hay que seguir protocolos específicos de limpieza e hidratación diarios para mantener la capa hidrolipídica en sus niveles óptimos, siendo la limpieza diaria el primer paso de belleza. Limpiar el rostro a diario contribuye a potenciar la efectividad de los productos que apliquemos después y a tener una piel más sana y cuidada. La finalidad de la limpieza es eliminar la suciedad provocada por la contaminación y el polvo, los microorganismos, así como los restos de cosméticos, las secreciones de la propia piel (el sudor, la secreción sebácea) y las células queratinizadas.
Se debe recurrir a la limpieza profesional cuando la piel muestra un aspecto mate, grisáceo, cuando tiene puntos negros o granitos. Generalmente las pieles mixtas o grasas requieren atenderse con más frecuencia que las secas.

La especialista dice que es recomendable no lavar la cara con mucha frecuencia porque el exceso de agua favorece la descamación de la piel. Todos los procesos de limpieza, incluso el agua, tienen el inconveniente de que eliminan parte del manto hidrolipídico protector. Conviene utilizar un tónico entre la limpieza y la aplicación de los productos de tratamiento, preferiblemente sin alcohol, pues este contribuye a resecar más la piel.

En pieles gruesas, grasas o resistentes los expertos aconsejan realizar una exfoliación suave con cierta frecuencia para retirar las células muertas que se depositan en la piel. Cuando hace frío, se produce la vasoconstricción, es decir, los capilares se contraen disminuyendo la irrigación, y como consecuencia, hay menos oxígeno y nutrientes para las células, se retarda el recambio y se acumulan las células muertas, dando un aspecto opaco y grisáceo a la piel.

Así, es importante aplicar mayor cantidad de crema hidratante y, si se tiene la piel muy seca, repetir la aplicación dos o tres veces al día. En casos de pieles especialmente secas es recomendable utilizar una crema nutritiva sobre la hidratante.

Como consecuencia del menor aporte de oxígeno y nutrientes a la piel se ralentizan los procesos de regeneración, por lo que debemos ayudar a nuestra piel a renovarse con cosméticos específicos. Hay que tener en cuenta que la piel se regenera sobre todo por la noche, por lo que es conveniente aplicar estos productos antes de acostarse.

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