Tony Banderoy: el peluquero que lleva el corte a domicilio

Con la estrechez de tiempo que tienen las personas, no siempre les resulta fácil darse un corte de pelo en el momento que desean. A veces pasan -incluso- semanas esperando un hueco para hacerlo. Tony Banderoy ha decidido contribuir a resolver eso, por&#8

Con la estrechez de tiempo que tienen las personas, no siempre les resulta fácil darse un corte de pelo en el momento que desean. A veces pasan -incluso- semanas esperando un hueco para hacerlo. Tony Banderoy ha decidido contribuir a resolver eso, por lo menos en la capital dominicana. Banderoy está dispuesto a llegar a su casa o su lugar de trabajo y allí aplicarle el estilo de pelo que usted le solicite. Lo que ofrece este barbero es un servicio a domicilio, algo no siempre visto en el país. Lo que suele darse a veces es que un cliente que tiene confianza y mucho tiempo con un peluquero, un día le pide que vaya a su casa a recortarlo, porque está indispuesto. Pero Tony Banderoy está abierto al público en general. “Empecé a recortar en 1991 en Villa Juana, en un momento en que yo me desempeñaba como policía, pero el sueldo no me alcanzaba. No me daba para mantener mi familia y tomé eso de recortar como un hobbie. Lo hacía cuando estaba libre en la Policía y no tenía servicio. Yo ganaba 830 pesos para ese tiempo en la institución. La realidad es que ese dinero no me daba para cubrir los gastos familiares. La Policía la dejé también porque comencé a estudiar y el tiempo no me lo permitía”, le dice el estilista a un equipo de prensa de elCaribe que acudió a conocer su actividad. El lugar donde estudiaba era el Infotep.

Tony Banderoy se encuentra en la peluquería New Era Barber Shop, de la Esquina Caliente, Herrera. El negocio es propiedad de Ismael Núñez y en él labora también el hermano de este último, Frank Núñez. “Me inventé eso de recortar en mi tiempo libre en una peluquería. Luego decidí mudarme de Villa Juana a la zona de Herrera y es aquí cuando me ubico en un negocio llamado Montesinos”, rememora. “No importa dónde estés, te llegamos”, dice la tarjeta de presentación que Tony entrega a sus clientes. “Esta actividad me ha dado resultado; de aquí he levantado mi familia”, cuenta con orgullo. Tony tiene siete hijos. Asegura que el arte de la peluquería ha cambiado bastante con el paso de los años. “Podría decirte que el cambio ha sido más o menos del 45%, porque antes la gente no veía esto como un arte. Se veía como cualquier cosa que se hacía en la vida. Ahora no. Ahora la gente le da importancia a ésto. El oficio es más respetado. Esto es un empleo y más que un oficio es un arte”, plantea.

Recuerda que en los primeros años de la década de los 90 la tijera era la principal herramienta de trabajo en las peluquerías, contrario a los tiempos actuales, cuando el “abejón” es la base para todo.

La gente tiene que estar recortándose siempre o tumbándose cabellos, como se dice popularmente, sin embargo, en el oficio de la peluquería hay tiempos de bajas, como consecuencia de la situación económica de las personas. De acuerdo con la experiencia que tiene Tony, las mejores “zafras” se dan en los días navideños. “Hay ocasiones en las que nos vamos hasta a las 12:00 de la noche”, sostiene de otro lado Ismael Núñez, mientras se dialoga, en su establecimiento ubicado en un segundo piso. El hermano de Ismael (Frank) a veces aprovecha espacios libres de la peluquería para usar una guitarra que tiene y entonar canciones.

“La peluquería es una actividad que te ayuda a planificarte. Llega un momento en el que tú aprendes a controlarte y a decidir en qué gastar y en qué no… qué es importante y qué no. Uno no sabe cómo vendrá el día de mañana y por eso hay que ahorrar”, plantea Tony Banderoy. Recuerda que el oficio de barbero tuvo una gran baja en el año 2000. “En ese momento solté la peluquería por un tiempo… por situaciones. Para ese tiempo me puse a soltar viajes con mi hermano en un camión que él tenía. De esa forma me buscaba los ingresos, pero eso es peligroso, porque implica hacer vida nocturna en la calle y la cosa está peligrosa. Eso de salir en un camión no está fácil”, advierte.

En La Caliente, de Herrera, la peluquería New Era Barber Shop no es la única que existe. Sin embargo, tanto Tony como Frank e Ismael Núñez aseguran que a los clientes se les trata distinto, incluyendo el hecho de que nadie puede llegar al local “fuera de tono” ni con desorden, porque eso afecta a los demás clientes que llegan. “Nosotros nos cuidamos de eso. Queremos que si un cliente viene se vaya satisfecho”, dicen.

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