El lunes 8 de mayo, es decir hace 16 días, se reseñó en los principales medios de comunicación trascendentales opiniones del Secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Kelly, quien expresó: “Los Estados Unidos no hace casi nada por acabar con la demanda interna de drogas”. Sus juicios se externaron en una actividad internacional sobre lucha contra las drogas en el centro de estudios Atlantic Council en Washington.
Afirmó Kelly, además, que “el apetito por las drogas en los Estados Unidos desata violencia en los países donde se origina o por donde pasa”.
Lo dicho es la admisión, diríamos nosotros muy responsable, de una verdad de profundas implicaciones para enfrentar ese terrible flagelo.
Si bien es muy cierto y harto evidente la violencia que genera el consumo de drogas en los países donde se originan o por donde pasan, aunque parezca silente o no violento lo que sucede en los propios Estados Unidos con el consumo, no deja de ser para los mismos estadounidenses extraordinariamente dañino. ¿Cuántas vidas valiosas se destruyen sin el ruido de la terrible violencia con la que se expresa en otros países?
Sólo referir los casos más conocidos iniciando desde el más reciente. El brillante cantautor y músico Chris Cornell se suicidó el pasado miércoles 17 de mayo, 54 años de edad, entre cuyos factores desencadenantes estuvo el consumo de drogas. No olvidar el suicidio del gran actor Robin Williams, 63 años, con el mismo factor común; o la muerte de la bella y talentosa cantante Whitney Houston, 48 años, y hasta del ícono Elvis Presley, 42 años; o el gran pintor Jean Michel Basquiat, considerado el Van Gogh estadounidense, por sobredosis en el 1988 a los 28 años; precisamente una de sus obras se vendió hace 5 días por 120 millones de dólares.
Pero no hay dudas que otros menos famosos y una gran cantidad de no famosos han transformado penosamente sus vidas por las drogas afectando a la sociedad en sus esencias desde el entorno familiar.
Los Estados, comenzando por los propios Estados Unidos de América, han de asumir estrategias efectivas ¡ya! para enfrentar ese complejo problema humano que se origina generalmente en la etapa de la adolescencia y a veces en los centros educativos, y reducir drásticamente sus desgarradoras consecuencias.
John Kelly desde el importante puesto de Secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos ha tocado un punto- el consumo en los EEUU- sin cuya solución no se avanzaría mucho, como no se ha avanzado hasta ahora, en la compleja lucha contra las drogas en el mundo.
