Grandes obras del período anterior están rezagadas

Monte Grande, Ciudad Juan Bosch, la ampliación de la Segunda Línea del Metro de Santo Domingo, el Teleférico de Santo Domingo y la remodelación, ampliación y reconstrucción de más de medio centenar de hospitales públicos constituyen un listado&#82

Monte Grande, Ciudad Juan Bosch, la ampliación de la Segunda Línea del Metro de Santo Domingo, el Teleférico de Santo Domingo y la remodelación, ampliación y reconstrucción de más de medio centenar de hospitales públicos constituyen un listado de grandes obras cuya construcción y terminación forman una interrogante.

Y la central termoeléctrica Punta Catalina, cuyo diseño planteaba desde el origen del proyecto que la terminación de la importante obra de infraestructura trascendería el primer período de gobierno del presidente Danilo Medina, plantea una mayor interrogante.

¿Habrían quedado inconclusas o abandonadas esas obras si el presidente Danilo Medina hubiera perdido la reelección?

La respuesta es difícil de obtenerla, aunque algunas de esas obras, por las contradicciones internas que han generado, se cree que culminarlas habría sido complicado.

El ejemplo más claro es el caso del proyecto Punta Catalina, la obra insigne del presidente Medina, porque se trata de una iniciativa que ha tenido una fuerte oposición, sobre la línea y debajo de la línea.

El listado de obras cuya terminación o ejecución quedaba en dudas sin la reelección de Medina abarca otras iniciativas, como las etapas pendientes de la Circunvalación de Santo Domingo, la ampliación del 9-1-1 y la Reconversión Agrícola de San Juan de la Maguana.

Las visitas sorpresas y los programas de créditos solidarios ejecutados por Banca Solidaria, por tratarse de iniciativas muy vinculadas a un estilo o modelo personal del mandatario gobernar, la duda de su permanencia en un gobierno distinto al de Medina aumenta.

La duda original
La primera duda la expresó el propio presidente Medina cuando el 17 de junio del 2015, en el discurso que pronunció para explicar las razones por las cuales aceptaba postularse para un segundo mandato, tras la modificación constitucional que lo permitía. “Cuatro años más que nos darían la oportunidad de ver los frutos de las iniciativas que ya hemos iniciado para llevar solución al problema eléctrico, de una vez por todas”.

“Podríamos tener ante nosotros cuatro años más que nos permitirían consolidar la transformación educativa que ya está en marcha, y asegurarnos de que sea irreversible”, fue otro de los argumentos del presidente Medina. Y tras citar otras nueve razones por las que necesitaba cuatro años más, expuso : “En definitiva, tendríamos cuatro años más para garantizar que nada ni nadie pueda dar marcha atrás a todo lo que conquistamos juntos”.

Esas expresiones del mandatario reflejaban temor o duda de que si no se reelegía, esas iniciativas, o una parte de ellas pudieran ser echadas a un lado.

El propio presidente no pudo concluir las grandes iniciativas, en los períodos originales anunciados. Las que estaban calendarizadas para el 2016 no pudieron ser completadas íntegramente. El factor dinero ha sido el punto común de los retrasos y posposiciones.
Ladillo azul

Del conjunto de proyectos ralentizados en su ejecución, el que más avance tiene es la termoeléctrica Punta Catalina, megaobra concebida como la respuesta del Gobierno para buscar el “principio del fin” del problema energético dominicano, que originalmente se planteó para ser terminada entre finales del 2016 y principio del 2017.

Pero problemas con el financiamiento internacional contratado para la obra, cuyo costo aproximado es de US$2,040 millones, fueron extendiendo el tiempo de ejecución.
Conflictos internos del financista original del proyecto, el BNDES de Brasil, obligaron al Gobierno a utilizar recursos del Presupuesto General por encima del monto estimado y a acudir a los mercados internacionales, a colocar bonos soberanos para concluir la obra.

Se estima que de no haber tenido Medina la firme decisión ejecutar esa obra, por la
férrea oposición entre generadores, indirectamente, y ambientalistas, directamente, Punta Catalina habría sucumbido. Todo parece indicar que el proyecto va y que será concluido a mediados del 2018.

En el tintero se ha quedado otro megaproyecto, a ser levantado también en la región Sur y que igualmente se concibió su financiamiento en el BNDES. Es Monte Grande, el llamado “Metro del Sur”, por su esperado impacto en el desarrollo de cuatro provincias del Suroeste del país, que es la región más empobrecida.

El presidente Medina dijo durante un acto el 14 de febrero del 2014, en el que dio el primer picazo para dejar iniciada la presa Monte Grande y sus obras conexas, que la obra no se detendría hasta el 30 de julio de 2016, cuando la entregaría directamente a la población. Ya hace un año que venció ese plazo, y la obra está en un limbo que según han dicho autoridades del INDRHI, el órgano ejecutor del proyecto, está en vía de despertar, con un financiamiento de US$250 millones prometido por el Banco Centroamericano de Integración. Si logra el financiamiento, el tiempo esperado para el comienzo de la obra sería de unos cuatro o cinco meses, y la terminación de la infraestructura duraría unos 28 meses.

Monte Grande no es una obra ideada por el presidente Medina. Es la infraestructura más anunciada y bailoteada por todos los gobiernos de las últimas cuatro décadas, sin que ninguna hasta el momento se haya podido casar con la gloria de materializarla.

Unas 14 mil aulas escolares construidas entre la anterior y actual administración representan el punto más favorable de la política de construcciones del presidente Medina.

Pero en la otra cara de las inversiones sociales, en el ambicioso programa de reparación y reconstrucción de hospitales, sí ha habido mucho atraso. En febrero del 2014 el entonces ministro de Salud, Freddy Hidalgo, anunció que el Gobierno invertiría más de RD$3,000 millones en remozar y reordenar 56 hospitales localizados en todo el país. A tres años y medio de ese anuncio, apenas nueve de esos centros han sido terminados y los restantes 47 no han sido renovados.

En infraestructura vial, la Circunvalación de Santo Domingo, asimilada por la Administración Medina, no ha podido ser completada en todas sus etapas. Al menos la que lleva al municipio Boca Chica no ha concluido y está en un estado de indefinición.
También en obras viales y transporte está ralentizada la ampliación de la Segunda Línea del Metro de Santo Domingo, fase que conlleva una inversión de unos US$285 millones y va desde el Puente de la 17 hasta Megacentro. Aunque hace un año que el Presidente asistió a un acto protocolar de inauguración, la realidad es que a la obra le faltan detalles, incluyendo los vagones.

El teleférico Santo Domingo, que es una obra vinculada al Metro, porque enlazará servicios de transporte a sectores aledaños a las rutas del ferrocarril, tiene una ejecución continua, pero a baja velocidad. Se había anunciado que estaría listo a mediados del año pasado.

En el área de viviendas, el proyecto Ciudad Juan Bosch, concebido como un modelo de fideicomiso mixto, en el cual el Estado aporta los terrenos y los constructores privados ejecutan los demás elementos del proceso, tiene a la fecha una terminación cercana al 10% del alcance total. Son 25 mil viviendas para conformar el mayor asentamiento humano hecho en el país hasta la fecha. Algunos detalles de procedimiento y hasta cambios en disposiciones originales, han creado algunos retrasos en el proyecto, cuya réplica en Santiago fue iniciada este mes por el Gobierno.

El que sí fue hecho en su tiempo fue el proyecto habitacional de La Nueva Barquita, en el que unas 1,700 familias que habitaban en condiciones de peligro a orillas del río, ahora tienen un nuevo escenario y forma de vivir, al cual todavía la generalidad no se acostumbra. Las normas de convivencias, necesarias para los conglomerados masivos, crean resistencias en algunos residentes, según quejas publicadas en la prensa l

3,000,000
fue el monto de dinero que el Gobierno dijo en el 2014 que invertiría en el remozamiento de más de medio centenar de hospitales públicos localizados en todo el país.

12,700,000
millones de pesos será el costo del programa de reconversión agrícola del valle de San Juan de la Maguana, una iniciativa que marcha a velocidad controlada por el factor dinero.

El proyecto que no arrancó por falta de fondos

Un caso especial fue el proyecto para construir la carretera Cibao-Sur, que murió antes de nacer. Se entendía que por ser el presidente Medina nativo de San Juan de la Maguana, esa carretera, con un costo estimado originalmente en unos US$400 millones, sería la obra del presidente sanjuanero. El 6 de julio del 2014 el ministro de Obras Públicas, también sureño, dio la mala noticia para los que deseaban el proyecto. Declaró que sería prácticamente imposible para la administración construir la carretera Cibao-Sur, iniciativa que solo en papeles ya estaba generando controversias.

Las limitaciones de recursos obligaron al Gobierno a recoger o diferir la iniciativa, que había sido prometida por Medina en la campana electoral del 2012. Una obra vial de enlace, pero que no tiene el mismo alcance que la concebida para cruzar por la Cordillera Central, fue construida por el Gobierno, como una alternativa de comunicación terrestre entre el Norte y el Sur. Fue la carretera Piedra Blanca-Juan Adrián-Rancho Arriba, de 29 kilómetros. Esta vía acorta distancias entre las regiones Cibao y Sur, en un tiempo aproximado de una hora y media.

La reconversión agrícola, fría en inicio

La Reconversión Agrícola de San Juan de la Maguana, es un proyecto de reforma productiva en esa provincia concebida por el presidente Medina que implicará una inversión global de RD$12,700 millones, a ser realizada en 10 años y que contará con financiamiento del BID. El proyecto no ha evolucionado con la velocidad que se esperaba, tomando en cuenta el interés del mandatario., que ha dicho que el programa consiste en cambiar el proceso de producción agrícola tradicional de cultivos de arroz, habichuelas, maíz y cebolla, por vegetales, frutas tropicales y otros rubros de valor comercial, a través de invernaderos.

El proyecto incluye, también, la instalación de 10 plantas de conservación de productos. Una de las áreas de retraso se produjo en los primeros invernaderos del proyecto de reconversión, debían ser instalados dos meses después de que el Presidente hizo el anuncio, pero que en la práctica no sucedió con esa celeridad o prontitud. El modelo, a ser replicado en otras zonas, marcha todavía a paso moderado.

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