Marcha Verde y la cabeza de Danilo

El pasado domingo, decenas de miles de personas que apoyan la Marcha Verde asistieron a la concentración nacional de este movimiento, realizado en calles céntricas de la capital, hasta culminar en el Centro de los Héroes.

El pasado domingo, decenas de miles de personas que apoyan la Marcha Verde asistieron a la concentración nacional de este movimiento, realizado en calles céntricas de la capital, hasta culminar en el Centro de los Héroes.Desde ese día, los análisis de los hacedores de opinión pública nacional giran en torno a ese acontecimiento. Unos, entienden que la Marcha Verde tiene todas las condiciones para convertirse en una fuerza política, y que incluso puede ser una opción de poder con miras a los comicios del 2020.

Otra vertiente distinta a este vaticinio asegura que este movimiento no tiene todavía las características para incidir directamente en el ámbito político, y de hecho sus principales promotores todavía dicen que ese no es su fin primordial.

Esto último quedó en entredicho tras las declaraciones de una destacada activista de la Marcha Verde, quien con sus palabras deja clara la verdadera intención de que el movimiento sí pretende incursionar en la política partidaria.

Una y otra consideración en torno al futuro de esta iniciativa (originalmente social o cívica) caen en el campo especulativo, dado que Marcha Verde no ha hecho público ningún documento que avale o rechace estas afirmaciones.

Lo cierto es que este movimiento ha logrado calar en la simpatía de diversos sectores, y sobre todo de aquellos que claman por un nuevo orden político, social y democrático en República Dominicana.

Y las demandas que han servido de consigna al movimiento, de reclamo al fin de la impunidad y castigo para los corruptos, siguen apuntando a la figura del presidente Danilo Medina y del gobierno que representa. Eso quedó demostrado en el manifiesto leído el pasado domingo.

¿Qué significa esto? Está claro que el blanco de ataque es Danilo Medina, lo que en la lógica del accionar político implica una reacción que, postergada más allá de lo que la prudencia aconseja, podría degenerar en resultados no deseados para la parte embestida. Y mucho más tratándose de un movimiento que cobra fuerza cada día y cuyos activistas saben perfectamente lo que quieren y cómo lo quieren.

Danilo Medina ha dado muestras irrebatibles de sapiencia y madurez política. Conoce al dedillo los intríngulis del poder, y por eso sabe razonar y proceder conforme las circunstancias. Estas cualidades son la mejor garantía de que el presidente actuará según indique el momento que vive la nación dominicana.

Confío en que el pueblo sabrá esperar paciente respuestas a cada una de sus legítimas inquietudes, que deberán ser conformes al orden constitucional y en armonía con la memoria histórica de nuestra amada República.

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