Continuando con la crónica de la semana pasada, incluimos aquí la última parte de la reseña publicada por el periódico de la noche “Madrid”, sobre las hazañas del “prócer dominicano” Félix Benítez Rexach y de su millonaria esposa Moineu.

Estas pretensiones de Benítez Rexach duraron hasta el 30 de mayo de 1961. Tan pronto el Consejo de Estado se instaló en el Ejecutivo en enero de 1962, se iniciaron las acciones en la justicia contra el controvertido personaje. Se dieron a conocer una relación de las obras contratadas por Trujillo con el ingeniero “borinqueño”, que según estimados de la época sumaban más de 49 millones de pesos. Detalles de la demanda incoada por el Estado dominicano y resultado de todo esto, serán dados a conocer en páginas siguientes. El Consejo, además, canceló la nacionalidad dominicana de Benítez.

Mientras tanto, seguimos con la florista.

El periódico dominicano La Nación publicó el 10 de agosto de 1962 una reseña de un diario ecuatoriano de un reportero de un diario francés, que había compartido con los Rexach. Este reportero contó que un día Benítez le preguntó a su esposa Mome Moineu si le gustaban los zafiros, pregunta que hizo a bordo de un DC-3 de su propiedad, con capacidad para 20 pasajeros, capaz de cruzar el Atlántico, y con capacidad de vuelo de 14 horas de autonomía, con dos pilotos todo el año. Habló también de su pequeño aeródromo Beechkraft, y señalaba que Rexach tenía un flota de más de catorce vehículos…

Esa misma reseña indicaba que la esposa de Benítez tenía castillos en Francia, y que gastaba millones en joyas y ropa.

Revisando los documentos de la demanda, incoada por el Consejo de Estado contra Benítez, aparecen detalles de los bienes embargados, tales como el dique seco instalado en el Ozama, el vapor Macorís, una draga y todos los bienes de su residencia en la calle César Nicolás Penson, pero no indica si se incautaron joyas, detalle éste que no figuró en ninguna de las múltiples reseñas consultadas. ¿Qué pasó con las joyas de la señora Benítez, o Mome Moineu? ¿Al decirse que se habían incautado de todos los bienes de la casa se incluían las joyas? No encontramos referencias. Por cierto, que en 1963, la prensa de Puerto Rico indicaba que el gobierno de Estados Unidos reclamaba más de quince millones de dólares en impuestos a la esposa del ingeniero Félix Benítez Rexach, pero la señora Lucienne D’Hotele manifestó a una Corte Federal que no era real esa deuda, y que ella no debía pagarla, de existir, porque ella no era norteamericana, sino francesa. Entonces, el nombre real de la señora Benítez es otra de las extravagancias que vivió esta pareja: ¿Isabel Fruit Talbot, Mome Moineu, Lucienne D’Hotele?

Aquí seguimos con el artículo del diario madrileño:

“De florista a millonaria

“El millonario Benítez afirma que su esposa es el “quid de Francia”. La hoy una de las mujeres más ricas del mundo, poco puede guardar de su vida íntima, pues toda Francia, tan amante del folletón, conoce, por ejemplo, que “Mome Moineau” gastó en este viaje cien mil francos en fotografías para la Prensa, y que va llena de brillantes. Lleva diamantes en las orejas, en los brazos, en el cuello y hasta en las piernas, de las cuales los expertos aseguran no le van en zaga a las de Mistinguett. Gusta de los vestidos más exóticos; para ver torear a Domingo Ortega se presentó en la plaza vestida con uniforme de almirante del “Moineau IV”, lleno de oropeles y galones.

“La Mome Moineau” se llama Isabel Fruit Talbot, nacida en París, de padres belgas. Fue florista por las calles parisienses y, luego cantante en los cabarets de Montmartre. El seudónimo lo debe a su rivalidad con otra artista: Edith Piaf. Cada una cantante en una calle. De esta rivalidad, nacieron “Mome Piaf” y “Mome Moineau”. Isabel tuvo más suerte que Edith, y fue contratada para actuar en una sala de fiestas neoyorquina. Y aquí comienza su novela azul.

“Un día, al salir del hotel donde se hospedaba en Nueva York, abrió la portezuela de un taxi y ordenó al conductor que la llevase a recorrer los alrededores de la ciudad. El taxista cumplió celoso su orden, y al final de la carrera, en vez de presentar factura, la invitó a cenar en sus habitaciones del Waldorf Astoria. La francesa se había equivocado y habíase introducido de polizón en el lujoso Packard del multimillonario Felix Benítez. A partir ese día, hubo nuevos paseos en “taxi”, flores de las caras, cenas y escapadas a los “night clubs”. El “flirt” terminó como todas las novelas rosas: La cenicienta y el Príncipe del Packard se casaron. Su amor era sincero y profundo, porque después de diecisiete años de matrimonio, la felicidad sigue imperando en su hogar.

“Alegría española en el “Moineau IV”

“Los esposos millonarios dieron una fiesta en su yate –poseen tres más también llamados “Moineau” — en honor de Domingo Ortega y de los diestros Aparicio y Pimentel, a los que fueron invitados, por el expresivo deseo del prócer dominicano, algunos miembros de la popular “Peña del 5”, integrada por aficionados taurinos. Don Félix Benítez sólo puso una condición a sus invitados: “Con tal que sean españoles…”

“Y su lujoso yate, regalo personal del generalísimo Trujillo, Presidente de la República de Santo Domingo, vivió una noche española en la bahía casablanquesa.

“El Moineau IV” está considerado como el mayor yate de recreo del mundo. Está valorado en 660 millones de pesetas, y su gasto diario en puerto es de 20.000 pesetas y de 40.000 en alta mar. Su tripulación la integran tres oficiales y cincuenta marineros. Tiene 30 camarotes con baño, teléfonos y sistema de refrigeración. Tres salas de fiesta, piscina, comedor, salones de recreo y servicio como los de cualquier hotel de clase especial. En una palabra, un auténtico palacio flotante, que nada tiene que envidiar a las más lujosas naves.

“Los diestros españoles, especialmente el maestro Ortega, constituyeron el centro de atracción de los acaudalados huéspedes de Félix Benítez que le acompañan en su crucero. Y entre copa y copa, preguntas sobre toros y alguna nota de humor, resonaron hasta el amanecer las melodías españolas entremezcladas con los aires típicos dominicanos.

“–El próximo año– declaró el multimillonario Benítez a los periodistas— habrá toros en Santo Domingo. Voy a construir una plaza de toros en Ciudad Trujillo, que inaugurará el Presidente de la República, Don Rafael —se refiere al generalísimo Trujillo— es un gran amigo de España, un país que ha dado tan soberbia lección al mundo entero. El Generalísimo Franco es considerado en América como uno de los políticos más grandes de nuestro tiempo. Sepan ustedes que el generalísimo Trujillo es un ferviente admirador del Caudillo español.

“Cuando estas líneas vean la luz, los esposos multimillonarios y sus ricos invitados, después de una escala en Tenerife, habrán puesto proa a su país. En la mente de don Félix Benítez, la idea de un coso en Ciudad Trujillo. Y lo habrá, porque nuestra fiesta nacional, para tener ambiente, precisa afición, y el toreo de Domingo Ortega la despertó en “Mome Moineau”, que, al parecer, tiene ascendencia en el manejo de los millones de su marido. —RAMIRO SANTAMARIA QUESADA”

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