Triste, conmovedor e insólito el caso del policía que fue asesinado frente a su casa y con su hijo de dos años en brazos, que resultó gravemente herido en la cabeza. Como no era al parecer otro caso de policía asesinado por delincuentes para apoderarse de su arma de reglamento, cosa ahora corriente, sino uno de sicariato, era obligado preguntarse cuál había sido el móvil de ese crimen. Ahora sabemos, para nuestra sorpresa, que el hombre había rechazado un soborno en ocasión de un decomiso de droga, por lo que fue reconocido en la Policía. Eso era lo que estaba detrás del caso. Qué pena que la honradez y rectitud le hayan costado la vida a ese humilde servidor. Descanse en paz.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas