Dos factores sacarían al PLD del poder; una imposible división interna y una remota crisis económica. Ni una ni la otra está a la vista, por lo que se tiene el camino despejado para retener el poder.

En un informe del FMI se estima el crecimiento económico promedio para Latinoamérica en 1% del PIB en 2017 y 1.9% para 2018. En cambio, asegura que “dos de los países de mayor crecimiento son Panamá y República Dominicana” (Perspectivas de la Economía Mundial, abril 2017, actualizado julio).

Efectivamente, el crecimiento del país se estima en alrededor de un 5%; lo que significa que la macroeconomía va bien. Bosch nos decía “si la economía va mal, va mal la política”; a esto Leonel le agregó “y el partido gobernante, de derecha o de izquierda, sale del poder”.

Es obvio, que debe atenderse la baja presión tributaria (13% del PIB) la más baja de Latinoamérica, que promedia el 22%. El Estado no tiene recursos fiscales para mantener el presupuesto y se endeuda; si redujera gastos, frenaría la movilidad del mercado económico. Por eso se requiere mayor recaudación y para políticas de inclusión e igualdad de oportunidades.

A su vez, una división partidaria, que es el otro factor para perder el poder, luce hoy imposible. El camino está despejado y se aprecia poco porque el PLD no es comprendido. Ha habido un mandato implícito, desde arriba hasta abajo de la organización, a los dos líderes que encabezan, uno el Estado y el otro el Partido, para propiciar acercamientos, entendimientos y presentar respuestas a los desafíos.

Las encuestas posicionan a Danilo, Leonel y un poco más bajo a Margarita. Danilo tiene una prohibición constitucional, por lo que Leonel tiene el camino despejado.

No obstante, el PLD no retiene el poder sin Danilo. Aspirantes que no marcan en las encuestas, quisieran que si Danilo anuncia no ir, los señale. Pero Danilo sabe que tiene una situación parecida a la de Leonel en 2012, que tenía prohibición constitucional y apoyó a Danilo.

A su vez, a pesar de los temas ruidosos y desafíos, el Partido y el gobierno mantienen muy buen posicionamiento. Pero se debe levantar el declive que muestran las encuestas para consolidar ese posicionamiento. Eso significa que se debe mejorar la relación Partido-Gobierno.

Leonel tiene el camino despejado, pero el Partido no gana sin el apoyo de Danilo. Se hace necesario un acercamiento entre todos los compañeros, para asumir los desafíos. Dejarse provocar emocionalmente es no tener conciencia ni formación política.

En 1962, Juan Bosch se salió de abajo de la rueda de la patana, planteando el debate social entre los hijos de machepa contra tutumpotes; y no antitrujillistas contra trujillistas. Eso inclinó a los trujillistas a votar contra los antitrujillistas. En 1996 el PLD y Leonel recibieron los votos balagueristas, al votar estos contra el PRD y Peña Gómez.

Internamente se debe propiciar acercamientos para cohabitar y guiarse por las señales directas de los liderazgos principales. Se debe superar la percepción ruidosa de malos entendidos. La prensa quiere esos ruidos para hacer noticias (díganmelo a mí) y los adversarios saben que no ganan si no presentan al PLD dividido.

El camino está despejado, esas ramas descritas y otros estorbos deben retirarse. Empecemos por cada uno de nosotros.

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