Una alimentación equilibrada, hidratación, exfoliación, limpieza profunda y dormir las horas adecuadas son algunas de las medidas que se deben seguir para conseguir una piel saludable.

Lucir y mantener una piel tersa dependerá, fundamentalmente, de hábitos de vida saludables. De lo contrario, con el paso del tiempo el proceso de la renovación celular se irá volviendo cada vez más lento, haciendo que la piel vaya perdiendo su elasticidad y firmeza natural. Aunque es imposible detener por completo la flacidez, existen medidas que puedes poner en práctica para que tu piel luzca en perfectas condiciones, entre las que se encuentran:

1. Hidratación
Una adecuada hidratación ayuda a humedecer los tejidos del cuerpo y a preservar la elasticidad, suavidad y color de la piel. Es importante destacar que hidratar la piel por fuera no da resultado si previamente no la mantenemos bien hidratada desde el interior. Es por ello, que los dermatólogos recomiendan beber abundante agua durante todo el día, concretamente un mínimo de ocho vasos diarios.

Asimismo, una crema humectante aporta la cantidad de agua que necesita la célula para sus funciones metabólicas. Las cremas hidratantes actúan en las capas profundas de la piel y pueden ser simples o complejas. Las simples son a base de lanolina y aceites vegetales, y las compuestas contienen sustancias activas, como vitaminas, sales y minerales. Se aconseja usar las hidratantes simples a partir de los 20 años y las complejas a partir de los 30.

2. Limpieza profunda
La higiene facial consigue eliminar las células muertas que se encuentran en la capa más superficial de la piel. Los especialistas aconsejan desmaquillar y lavar la cara con agua tibia y jabón, como el mejor tratamiento de belleza que puedas regalarle a tu cutis, sin tener que recurrir a ‘liftings’ (un procedimiento de cirugía plástica ) ni inyecciones de colágeno.

3. Exfoliación
Es vital complementar la limpieza, hidratación y protección del rostro con una exfoliación semanal. La exfoliación asegura una regeneración efectiva al permitir que la piel quede más permeable y lista para absorber los nutrientes y principios activos de los productos humectantes y de rejuvenecimiento. Asimismo, estimula la oxigenación celular.

4. Tonificación
Este es un paso que la mayoría pasamos por alto, pero que resulta fundamental para nuestra piel. Ayuda a cerrar los poros, eliminar los restos de jabón y preparar la piel para la hidratación posterior. Un producto natural muy fácil de adquirir es el agua de rosas (conocida también por sus propiedades tonificantes). Con la piel bien limpia aplícala sobre tu rostro y cuello y déjala actuar toda la noche. Su uso mejorará la apariencia de tu piel.

5. Lava tus utensilios de maquillaje
Los cepillos, brochas y esponjas de maquillaje sucios son focos de bacterias y suciedad. Cuando frotas tu cara con estos sin lavar terminas por obstruir los poros y promueves la aparición de granitos y puntos negros. Lava tus utensilios al menos una vez a la semana con un poco de champú y agua tibia para que queden como nuevos, así como tu piel.

6. Realizar ejercicios
El ejercicio aumenta la temperatura del cuerpo, haciendo que los poros se dilaten, y el sudor ayuda a eliminar la suciedad y los aceites que quedan en el rostro. Además, la actividad física estimula la circulación de la sangre, para aumentar así la cantidad de oxígeno que corre por la piel. Esto ayuda a que la piel obtenga más brillo y retiene los efectos de los productos para el cuidado de la piel.

7. Alimentación
Lo que comes puede estar causando que tu piel se vea más opaca, grasosa, con acné o manchas, en definitiva, menos saludable. Algunos alimentos tienen la capacidad de modificar favorablemente las imperfecciones que puedan aparecer. Si cambias tu dieta y empiezas a comer más sano, seguro que lo notarás en tu piel en breve.

8. Dormir las horas adecuadas
Aunque te parezca un poco exagerado, podríamos decir que dormir bien es el secreto de la juventud eterna, no solamente ayuda a prevenir o retrasar la aparición de las arrugas, sino que es una función fisiológica mediante la cual el cuerpo repara todas las células del cuerpo. Mientras dormimos, nuestro organismo lleva a cabo importantes funciones regenerativas, lo cual nos ayuda a tener el pelo, la piel y las uñas más saludables. Tanto es así, que las uñas crecen más rápido y se evitan enfermedades. Si además tomas mucha agua y vitaminas, tu piel te lo va a agradecer.

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