Los productos que se demandan, pero que la RD no puede suplir

El mercado local y el internacional demandan cada vez más productos comestibles. República Dominicana tiene potencial para producirlos, tomando en cuenta su clima y la calidad de sus tierras. Pero sencillamente esos rubros no se cultivan en cantidades comerciales en el país.

Son rubros agrícolas con gran aceptación tanto local como en el exterior, pero que no están en cantidades comerciales

El mercado local y el internacional demandan cada vez más productos comestibles. República Dominicana tiene potencial para producirlos, tomando en cuenta su clima y la calidad de sus tierras. Pero sencillamente esos rubros no se cultivan en cantidades comerciales en el país.

La lista es amplia. Están, por ejemplo, el lulo, la pitahaya, maíz, tamarindo, rulo, la manzana de oro, la batata, el coco y la yautía. El segmento de consumidores de ellos es importante. “Se necesita ponerle mayor atención a políticas públicas. Se ha estado avanzando, pero falta más”, aseguran productores consultados por elCaribe y autoridades ligadas a la investigación agropecuaria y forestal. “Necesitamos tener un plan de productos exóticos de alta rentabilidad”, plantea uno de esos conocedores del tema.

En el caso de la pitahaya, el 18 de febrero de este año 2018 el Gobierno anunció que está dispuesto a financiar la producción de esa fruta en Vicente Noble, Barahona, con una inversión que -en una primera etapa- llegaría a los 15 millones 300 mil pesos. El proyecto apunta a que se fomente el cultivo de 500 tareas de pitahaya. En el país otros cultivadores pequeños –de manera dispersa- se han interesado en sembrar pitahaya. No se trata de cantidades con las que el país pueda aún comprometerse a suplir grandes pedidos a compradores del extranjero.

Consultado por este diario, el director del Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Coniaf), Juan Manuel Chávez, reconoce que es necesario hacer una mejor planificación y programación, incluso, tomando en cuenta el cambio climático. “Hay cultivos aquí que son increíblemente demandantes de agua y entonces nosotros podemos decir que si existen cultivos como la pitahaya que demandan un cuarto de agua respecto a otra cosa, entonces vamos a producir pitahaya y con lo que se genera por vía de ella, podemos ir comprando ese producto que estamos dejando de sembrar. Podemos sustituir en la agricultura un cultivo mucho menos demandante. Esa programación tiene que hacerla el Estado, e inmediatamente considerar qué tipo de incentivo vamos a poner sobre la mesa para que los productores se motiven (…). Riego por goteo, transferencia de la tecnología, lo que sea”, dice Chávez. La pitahaya o fruta del dragón tiene grandes propiedades y un gran mercado. En los países desarrollados tiene un precio bastante atractivo para el productor, a razón de cinco dólares la libra. La fruta tiene una importante versatilidad y se puede exportar tanto de forma fresca, como en masa o en pulpa y la pulpa se puede congelar. De hecho, cuando está congelada no tiene ninguna traba para ser exportada.
La pitahaya es una fruta exótica que proviene de un tipo de cactus.

El lulo se está cultivando en lomas de Jarabacoa en cantidades pequeñas. Es una fruta con altas cantidades de vitamina C, ideal para elaboración de jugos. Es como si fuese un cítrico. Se puede transformar y vender como jugo. Es una planta típica de los Andes, en donde crece de forma espontánea. También se le conoce como naranjilla, coconilla, uva de monte, obando o nuquí.

La manzana de oro es originaria de las islas de Polinesia, desde donde fue introducida a los países del trópico. En el país crece –principalmente- de manera silvestre y se aprovecha para el consumo como fruta fresca, ya sea verde o madura, pero bien podría emplearse en la preparación de jugos, licores, dulces, jaleas, ensaladas y salsas para acompañar carnes y pescados.
Algunos productores asociados la cultivan en la provincia Monte Plata. El tamarindo, que no es exótico, sino natural de aquí, tiene mucha salida en el mercado, pero tampoco se cultiva en grandes cantidades aquí como pretender generar grandes divisas con él.

El coco es otro de los productos que tiene una amplia ventana comercial a nivel del mundo y en el que República Dominicana debiera poner más el foco. En países como China se usa todo lo que contiene la fruta. Partes de él se usan para hacer muebles, para hacer cuartos fríos y sustratos para invernaderos. Se comercializan siete u ocho productos en tiendas, extraídos de alguna parte del coco, ya sea de la planta o de la fruta per se.

El coco es uno de los rubros con mayor potencial. Haití, por ejemplo, lo demanda bastante. En el caso de la batata, aunque es un producto que históricamente se ha cultivado en República Dominicana, no se ha hecho en cantidades tan grandes como para conseguir amplio mercado. El interés por ella está resurgiendo, especialmente por variedades amarillas. La limitante que tiene la batata en el país es que la afecta mucho el piogán. Se han hecho investigaciones con importantes resultados, que tiene el Coniaf y el Idiaf.

Hasta hace varios años (eso pudiera haber cambiado) en este país estaba presente el gorgojo de la batata, una plaga tipificada como cuarentenaria, según el Diagnóstico, perspectivas y recomendaciones para facilitar las exportaciones de batata fresca a Estados Unidos bajo el DR-Cafta. De acuerdo con sugerencias de expertos como Chávez, se requiere hacer reproducciones masivas de controladores biológicos para poder expandirse con la batata. Las variedades que usa y consume EE.UU. en grandes cantidades República Dominicana puede conseguirlas, siempre que tome las precauciones que se requieren, incluyendo inoculación y control biológico.

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