Santiago. “Te llevo donde Lucy” es prácticamente una sentencia, la más temida por quienes guardan prisión en el centro del nuevo modelo penitenciario Rafey Hombre. Al escucharla, el privado de libertad ya sabe que le espera tortura y aislamiento.

Paradójicamente, Lucy es el nombre que los antropólogos les dieron a los primeros restos humanos encontrados en África. En este caso, es un “tremendo garrote” con el que se tortura a los internos, algo que se creía abolido, o que no existía, sobre todo en el nuevo modelo penitenciario.

Se advierte que de continuar esta práctica, podría ocurrir lo mismo que en el centro penitenciario de San Pedro de Macorís, donde tres de cinco que se fugaron resultaron muertos a manos de sus cuidadores. Se podría repetir en este centro penitenciario y en otros en diferentes puntos del país, como reacción a la situación de maltratos, tortura y represión a que son sometidos.

La apreciación resulta del proceso de investigación sobre los hechos en San Pedro de Macorís, donde ha salido a relucir que la práctica de los maltratos persiste en los llamados centros del nuevo modelo penitenciario.

“Al parecer los presos estamos obligados a cumplir una segunda condena”, refirió la fuente que suministró la información y que dice no explicarse por qué se dan estos maltratos, si se supone que este modelo carcelario lo que busca es preparar a los internos para que sean mejores personas y que una vez cumplida su condena pueden reinsertarse a la sociedad.

Este tipo de denuncia sobre el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Hombre no es nueva, ya que en noviembre del pasado año, el procurador de la Corte de Apelación informó que investigaba los supuestos maltratos denunciados por varios internos.

En esa ocasión el magistrado Víctor González dijo a elCaribe que abrió una investigación, luego de que dos familias y sus abogados acudieran a su despacho para quejarse por los presuntos golpes propinados por los custodias en la celda denominada “La Plancha” a un pariente.

Esta denuncia obviamente fue rechazada por autoridades del penal, que rehusaron identificarse, aunque admitieron que había varios presos en la celda de reflexión.

Además de los controles dentro de los pabellones, la cárcel de Rafey tiene una pared perimetral muy alta, tiene dos torres de control, lo que hace difícil que un reo pueda escapar. En ese sentido, piensan que se exagera cuando para movilizarse de un lugar a otro, dentro del penal, los reclusos deben hacerlo esposados.

De acuerdo a la fuente, actualmente los servicios de psicólogos son limitados, no saben si es que se carece del personal necesario o es que estos solo van cuando se presenta algún problema. El pasado año los centros de Corrección y Rehabilitación Rafey Hombre y Rafey Mujeres contaban con 748 internos e internas.

Dicen que solo los llevan a un lugar de reflexión

Las autoridades del penal Rafey niegan que torturen a los internos y aseguran que con regularidad, Víctor González, procurador de la Corte de Apelación y el juez de ejecución de la Pena, Rubén Darío de la Cruz Uceta, realizan inspecciones. Sin embargo, admiten que en algunos casos, cuando los reos muestran mal comportamiento, estos son llevados a celdas de reflexión. Las autoridades han resaltado que en la actualidad a los internos se les permite cursar carreras universitarias y hacer diversos cursos de capacitación, y esto es un gran avance.

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