Lo que se publica en las redes sociales, los comentarios, la frecuencia con que se utilizan y otros aspectos pueden revelar una baja autoestima de las personas

Todo ser humano necesita relacionarse con otros y precisa el reconocimiento de los demás; y esos factores, entre otros, han sido determinantes para el auge que han tenido las redes sociales.

Las redes sociales conforman el conjunto de individuos que están, o no, relacionados por algún criterio de amistad, profesional o parentesco, que se mantienen conectados y pueden compartir contenido.

Generalmente, la información que publicamos en las redes sociales tiende a proyectarnos de una manera perfecta, en lugares ideales, en fin, una vida de ensueño. Todo esto tiene un fuerte impacto que, siendo mal manejado, puede conducirnos a desearnos así, vernos así, vivir así y podemos llegar a crear una perspectiva negativa de nosotros mismos.

Según el criterio de algunos psicólogos, generalmente el perfil de las personas que promueven todas sus actividades en las redes sociales, al punto de crear una dependencia de esa usanza, suele tener como característica principal falta de madurez e inestabilidad emocional, una vida carente de afectos y están demandando la atención que no reciben en su hogar.

En las redes, no siempre publicamos lo que verdaderamente somos, sino lo que consideramos que otros aceptarán de nosotros. No mostramos la verdadera cara, formamos un perfil. De hecho, ese perfil es lo que nos definirá ante los demás.

“Creamos un falso aprecio de nosotros mismos, llegando a necesitar que los demás nos aprueben. Debemos preguntarnos: ¿quiénes son esas personas? ¿Las conocemos? ¿Merecen nuestra admiración y respeto? ¿Por qué su opinión se torna tan necesaria para nosotros? En muchas ocasiones, se desconocen los seguidores en las redes sociales, pero eso poco importa, nos enfocamos en los denominados “likes” o “me gusta”, porque eso, pensamos, nos importantiza”, así lo entiende la psicóloga Jessica Valdez, coordinadora de Bienestar Estudiantil de la Comunidad Educativa Conexus, preocupada sobre cómo incide el mal uso de las redes sociales en la autoestima de muchos, particularmente preadolescentes y adolescentes, quienes están en proceso de madurez.

La dependencia de las redes sociales y ese afán de publicarlo todo puede llegar a afectar la autoestima, principalmente de los adolescentes. Y al hablar de autoestima, Jessica asegura que lo más importante es saber que tenemos que aprender a evaluarla y valorarla.

“Cuando hacemos cosas que nos hacen daño o nos exponemos a situaciones que lastiman, no estamos ayudando ni valorando nuestra autoestima. Si, por el contrario, nos cuidamos, cuidamos nuestros vínculos y formas de relacionarnos, tenemos como resultado una autoestima y amor propio, valorados”, abunda.

La profesional no ve nada malo cuando se comparte información dando cuenta de nuestros actos y momentos , le preocupa “cuando se convierte en una necesidad, porque significa que existe un vacío en la persona, una necesidad de sentirse amado y valorado porque no se ama a sí mismo, o porque no lo está sintiendo o recibiendo de su entorno más cercano. Se pone mayor interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo”.

El selfi (tomarse una foto de uno mismo)

Considera válido el hecho de tomarnos una foto de nosotros mismos y publicarla, porque nos gusta cómo nos vemos, nos hace sentir orgullosos de nuestra apariencia y deseamos compartirla, ya que entiende es el reconocimiento que sanamente busca todo ser humano.

“El problema es cuando la necesidad de ese selfi es otra… cuando la publico para que alguien específico me vea, para enviar mensaje indirecto, cuando la publico con tantos filtros que no me parezco a mí; también la cantidad de selfis al día y el tiempo entre uno y otro. Además, todo el tiempo que se invierte en buscar el ángulo perfecto, que pudo ser invertido en algo más productivo como compartir con los que están en el lugar, vivir el momento o hacer asignaturas pendientes en el hogar, centro de estudio o de trabajo” indica.

Publicamos lo que es admirable, queremos vender que no existe nada malo. En ocasiones, deseamos que los demás sientan que nuestra vida es mejor que la de otros, que no necesitamos lo que tienen los demás, cuando en realidad lo anhelamos.

“La forma de usar las redes es un reflejo de cómo me siento conmigo mismo y qué quiero proyectar.

En ocasiones se dan detalles de la vida privada que nadie ha pedido ni interesan, pero es otro reflejo de no tener estabilidad emocional. En el día a día, lo que nos duele e importa lo reservamos para muestra verdadera y auténtica red de apoyo, que nos acepta tal y como somos y esos no son los seguidores o “followers”. Los “likes” no pueden determinar nuestra dicha ni cómo nos sentimos.

No debemos regalar nuestra intimidad. Ser celosos de nuestros espacios, de los momentos que compartimos con nuestros seres queridos”, señala.

Ahora bien, dice, “si te puedes desconectar de las redes sociales 24 horas, si puedes vivir una situación o experiencia satisfactoria sin necesidad de contarlo en las redes, si cuando públicas no es para presumir, dañar o mandar un mensaje de doble fondo, entonces el uso que se les está dando a las redes sociales se puede considerar saludable. Comportamientos saludables conducen a una buena autoestima y viceversa”, subraya la psicóloga.

“Generalmente el perfil de las personas que se hacen dependientes al uso de las redes suele tener como característica principal falta de madurez, que suele ir acompañada de cierta inestabilidad emocional y búsqueda constante de atención; otras veces puede ser falta de confianza en sí mismo, miedo a quedarse solo y sentimientos de abandono y ansiedad, otros tienen una alta necesidad de alimentar su ego de forma desmedida”, sostiene.

Las redes sociales tienen un atractivo especialmente para los jóvenes, porque implica respuesta rápida, recompensas inmediatas y la interactividad.

Jessica Valdez.

“El uso de las redes sociales es positivo siempre que no se dejen de lado el resto de las actividades propias de una vida normal (estudiar, trabajar, salir con amigos y/o pareja, practicar algún hobby, relacionarse con la familia). Es necesario encontrar satisfacción en esas áreas; de lo contrario, la insatisfacción hace que se recurra al mundo virtual en un intento de buscar una compensación de lo que no tienen en el mundo real”, enfatiza la psicóloga.

Tips saludables

Es importante hacer un uso razonable de las redes sociales:

  • Limitar el tiempo de uso, definir las horas y tiempo que se dedicará.
    • Proteger la intimidad, no exponer datos ni fotografías comprometedoras.
    • Fomentar las relaciones con otras personas, cara a cara.
    • Potenciar la lectura, el cine, actividades culturales, práctica de algún deporte.
    • Estimular la comunicación y el diálogo con la pareja y la familia.
    • Se trata de integrar las redes sociales con las relaciones sociales del día a día, del mundo real.

Cuidado
Para muchos, tener un gran número de seguidores o amigos en las redes sociales, muchos likes en sus publicaciones o buenos comentarios, estos son aspectos que influyen en la percepción que tienen de sí mismos y en su alta o baja autoestima.

Importante
En la actualidad, muchas personas se sienten más solas que nunca, a pesar de que tenemos muchos medios a nuestro alcance para mejorar la comunicación, como el whatsapp, el correo electrónico o las redes sociales. Sin embargo, tomar un café, pasear o hablar en persona con un amigo no se deben cambiar por un “me gusta”.

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