Fabio de Jesús
Fabio de Jesús

Fabio de Jesús Meregildo Ogando, de 52 años, inició el consumo drogas a la edad de 18 años, influenciado por un amigo del colegio que un día le dio a probar marihuana. Al tiempo, pasó a usar cocaína y luego, al tocar fondo, terminó consumiendo crack, con cientos de problemas personales y una familia divida por su culpa.

El Fabio de hoy, que con orgullo exhibe su carta de reeducación que le otorgó Hogar Crea Dominicano, donde actualmente es asistente del director de esa organización, en el Ensanche La Fe, cuenta a elCaribe lo difícil que es la vida de un adicto a las drogas y al alcohol, y todo lo que una madre puede hacer para salvar a un hijo de ese mundo.

Heridas que casi le ocasionan la muerte, preso por robo, tener que dormir en un solar, casa o carro abandonado, sin bañarse, alejado de su familia y una madre en su búsqueda, son algunas de las cosas que pasó en 30 años de adicción, y que narra a este medio con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Casi pierde la vida

“En una ocasión, a unos capos que vendían droga se le perdió una droga cerca de donde yo estaba, y como yo la usaba, y yo era el vicioso, se me pegó a mí, y en realidad no fui yo. Entonces, me cayeron a machetazos, me cortaron por varios sitios del cuerpo, tengo puntos por aquí, por allí. Gracias a Dios no pasó más de ahí, ya que por suerte una vecina se metió a defenderme, sino me hubiesen matado, porque yo estaba indefenso totalmente y me cayeron como tres, y yo acorralado”, comenta.

En su narrativa recuerda que aquella vez que fue agredido, su madre le dijo, cuando se recuperó: “¿qué es lo que tú quieres?. Mira lo que vamos a hacer: enséñame cómo es que se usa la droga que nos vamos los dos para la calle”.

Fabio dice que esas palabras aún le “taladran” la mente. “Cuando tu mamá te dice así, la cosa es grande. La otra fue ‘nada más estoy esperando dónde tú estás tirado muerto para irte a buscar y enterrarte, yo tengo más hijos que necesitan de mí, si se perdió uno qué vamos a hacer’. Oiga, mi mamá tiró la toalla ahí, pero ella nunca me soltó”, relata.

Agrega que a ella nunca le importó salir a las tres o a las cuatro de la madrugada a buscarlo por diferentes puntos de drogas. Y ahí lo encontraba, frágil y vulnerable. “Mi madre me salía a buscar, y me encontraba. Mi mamá nunca me ha soltado, esa es una reina, esa es una verduga. Esa todo el tiempo me buscó. Ella salía a la calle a las tres, a las cuatro, y se metía en los puntos de droga a buscarme, en todos los sitios, ella no tenía miedo”, confiesa.

Tras años de lucha y de mendigar en las calles, es ingresado a los 24 años en Hogar Crea de Santiago, por recomendación de su madre. Desde ese momento y hasta ahora, ha formado parte de la institución. Describe que tiene casi tres años de recuperación total, donde el uso y consumo de drogas y alcohol están fuera de su vida. “He tenido recaídas, pero nunca he vuelto a la calle, nunca jamás, como se dice aquí en este mundo he tocado fondo de nuevo. Tuve que demostrarle con hechos a mi madre, porque se cansó de palabras bonitas. Yo dije que no, que no iba a seguir siendo parte de eso. Yo le prometí a mi madre que jamás volvería a la calle, y se lo he cumplido… gracias a Dios y a Crea”, dice. “Me ha costado mucho sacrificio, mucho esfuerzo”, añade.
Desde hace un mes y medio, Fabio es asistente de Enmanuel Ulloa Benítez, director de Hogar Crea La Fe, donde en la actualidad hay una matrícula de 22 internos de todas las edades. “Aquí hay de 19 años hasta 40, 50, 60, de todas las edades”, enfatiza.

Pide a los jóvenes buscar ayuda y orientación

Hoy es el Día Internacional de la Lucha Contra las Drogas, y el entrevistado, que aún goza de su madre viva, de la conformidad de sus hermanas y de dos hijos: uno de 25 años y una de 16, envía un mensaje a la juventud preocupado por el auge y la fuerza que ha tomado el uso de las drogas. Pide a los jóvenes que busquen ayuda y orientación. “Lo principal es la prevención, no es el tratamiento. Nosotros no quisiéramos que nadie pase por el tratamiento, pero si ya pasó, ahí se necesita, ahí es necesario; pero es mejor la prevención, el estudio, el conocimiento de cuáles son los factores que te inducen a caer en adicción: factor individual, familiar, comunal, la sociedad, las amistades. Entonces, ese es el mensaje para la juventud, que sepan elegir sus compañeros, que miren bien, que busquen orientación. Cuando yo caí en adicción yo no sabía nada de eso y quizás si lo hubiese sabido, a lo mejor no caigo”, señala. “Muchas personas que usted la ve por ahí, quizás usted la ha tratado y ni siquiera usted sabe que es un reeducado de Hogar Crea. Hay muchos que están allá afuera, funcionando en la calle, como personas normales, con su trabajo, con su mujer, con sus hijos, compartiendo con la gente, o con una empresa propia. Yo conozco muchos y todo esto es gracias Crea”, comenta.

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