Con un peluche en brazos y 16 años, acompañada de su mamá, llega a mi consulta, hace años, con una mirada distorsionada y mucho miedo. Al empezar a hablar, tratando yo de encontrar respuesta a esta conducta, le pregunto: “¿Por qué andas con esto?” A lo que responde: “No sé” – “¿Siempre lo has tenido?”, y con un movimiento de cabeza me responde que no. Insisto en hacerle preguntas, a las cuales tampoco respondió, hasta que la madre, sollozando, narra lo acontecido a su hija: “El día de Año Nuevo, junto con su hermano, abordaron un carro público para visitar a la abuela, en el cual iban tres hombres, los cuales más adelante bajaron al hermano, se la llevaron, cometiendo con ella los más aberrantes actos sexuales”. Luego de escuchar esto, me acerco a la niña y le pregunto si se quiere quedar sola conmigo y que puede confiar en mí, por lo que invito a los padres a dejarnos solas. Las cosas contadas por ella fueron escalofriantes, tuve que contenerme para no ponerme a llorar junto con ella.

Este es un caso de violación sexual, que me costó tratar durante largo tiempo, para poderla ayudar a superar dicho trauma, apoyada, claro está, por toda su familia. Lo más interesante en las situaciones de este tipo es que la gran mayoría de estos eventos no son ejecutados por extraños, sino por personas cercanas y de confianza, e incluso familiares que no sabemos que tienen este problema. Por tanto, enseñar a los niños desde corta edad a cuidar su cuerpo, a no dejarse tocar por extraños, ni de forma indebida por cercanos, acostumbrarles a que les expresen a sus padres cualquier acto de seducción, que en casos de niños pequeños lo hacen hasta con dulces y juguetes, convirtiendo esto en parte del proceso de crianza, sin que con esto se genere un estado de miedo en ellos, es de suma importancia.

Este es uno de los temas que se hace más difícil tratar, pero que vemos con mayor frecuencia en nuestra sociedad. Por lo cual, es responsabilidad de todos enfrentarlo, ya que a veces hasta un vecino, que haya observado cosas raras hacia cualquier niño, puede cuidar, informándolo a sus padres, o dependiendo la situación, si es dentro del hogar, a las autoridades correspondientes, ya que trae las peores consecuencias y trastornos conductuales y psiquiátricos.

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