Los cambios no siempre son sinónimo de evolución, desarrollo, crecimiento.
Cuando estos no obedecen a esos fines, no siempre son muy buenos.
A través de la vida ha quedado evidenciado que estamos sometidos y, a su vez, nos sometemos a constantes y diversos cambios.
A lo largo del tiempo las personas experimentan cambios físicos, que las van llevando por las diferentes etapas por las cuales debe pasar un ser humano desde su nacimiento hasta alcanzar la madurez.
Ese proceso es de desarrollo, crecimiento, que no sólo es palpable en el aspecto físico, sino que es demostrable en lo espiritual e intelectual. El individuo no puede luchar con la naturaleza. No puede resistirse a crecer.
Del mismo modo el ser humano va experimentado cambios internos. El tiempo va forjando su carácter y con él su conducta. En este trayecto van cambiando sus gustos, aficiones y sus hábitos. Todo obedece a los patrones relativos a la existencia que nada puede alterar.
Pero existen otros cambios, aquellos con los que afectamos a los demás o con los cuales los demás nos afectan y hasta lastiman.
Son esos cambios de actitud, esa sorpresiva forma de convertirse en otra persona totalmente distinta a la que hemos tratado apenas horas antes.
Son esos cambios los que nos desconsuelan, nos hieren, lastiman y que aún cuando no querramos nos obligan a cambiar de actitud.
Son esas reacciones desconcertantes las que nos dicen más que mil palabras, las que nos indican que el otro ha tomado otro camino y piensa recorrerlo en otra compañía.
Es entonces, cuando aun sin quererlo, debemos comportarnos como la otra persona espera y aunque de lo que se trata es de respetar la decisión de esa otra persona, esta será la primera que sentirá que has cambiado, pues difícilmente reconozca que fue él quien realizó cambios en las reglas de un juego que parecían claras y aunque a veces no muy justas, fueron aceptadas durante muchos años.
En mi caso, tengo una sola lectura para los cambios de actitud. Para mí tienen una única razón.
Pero bueno, al fin y al cabo esa es una opinión muy personal…
