Manny Pacquiao, lo reafirmó, es un ¡gigante de los ensogados! Es un boxeador fuera de grupo. Un titán de las 16 cuerdas. Es, sobre todo, un inmortal del boxeo mundial.
Este pequeño púgil de las Filipinas, con una estatura de cinco pies y seis pulgadas, volvió a enseñar sus excelentes cualidades y que, por consiguiente, tendrá que ocupar un espacio “muy especial” en la selecta lista de los más capacitados boxeadores de la historia.
La madrugada del domingo 15 de julio, como lo precisé en esta columna, Pacquiao derrotó -sin mayores dificultades- al bravo peleador argentino Lucas Matthysse a quien, de paso, le arrebató el título welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
El combate, montado en Malasia, resultó cómodo para Pacquiao.
Con el nuevo cinturón logrado ante Matthysse, ya suma diez coronas mundiales en ocho categorías diferentes. Antes de su combate algunos periodistas “expertos”, habían puesto en duda un buen desempeño de Pacquiao. Joe Cortez, un exárbitro (con más de 150 peleas mundiales trabajadas), se atrevió a dar como “claro favorito” a Matthysse. ¡Un atrevimiento!
Cortez, tras la contundente victoria, ahora proclama que “Manny Pacquiao debe ya colgar los guantes”. ¡Otra catástrofe lingüística!
Refrescar memorias
Aquí, para refrescar memorias, les dejo con algunas líneas que figuran en la crónica que escribí para elCaribe -y lo hice con gran entusiasmo profesional- del contundente triunfo de Pacquiao sobre el frustrado peleador argentino:
Matthysse, quien sufrió su quinta derrota, nunca se vio en positivo durante el pleito que fue transmitido -en directo para América Latina y la región del Caribe- por el canal SPACE.
El peleador de las Filipinas, al salir airoso -como lo prometió- mejoró su expediente profesional en 60 victorias con siete fracasos, dos empates y 39 nocauts.
Con esta soberbia demostración calló las bocas a los escépticos (que llegaron a proclamar que “el viejo Pacquiao ya está acabado”).
Todavía falta más de Pacquiao. ¡Su historia sigue!
