No a todos la vida les permite elegir sus batallas, o elegir sus campos de acción; para millones, la vida es como una trinchera, un medio de supervivencia, y aunque no es justa, Dios sí lo es. No hay tal cosa como justicia sin verdad absoluta, la justicia humanoide, entonces, nunca lo será, simplemente será parcial y conveniente. Me apego en definitiva y sin vacilaciones a Dios y su impopular dedocracia, que concede a quien soberanamente decide el prevalecer ante sus adversarios, basado en su propósito y perspectiva eterna.

Proverbios 21:31 dice: El caballo se alista para el día de la batalla, pero la victoria viene de Jehová. Con Dios no siempre se gana, pero nunca se pierde, por tanto, si el Señor no va contigo, mejor quédate.

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