El doctor Douglas Bournigal Hijo pródigo de Puerto Plata

Hemos perdido al amigo, al Doctor, al humanista, al Maestro para muchos, al paño de lágrimas y de sustos para muchos más, al médico que

Hemos perdido al amigo, al Doctor, al humanista, al Maestro para muchos, al paño de lágrimas y de sustos para muchos más, al médico que siempre aparecía en momentos de enfermedades, de crisis de salud, de resfriados, de alergias, pero; sobre todo, de ataques cardíacos o síntomas preocupantes. Siempre gentil, calmado, profesional, minucioso y atento al detalle, diagnosticaba y buscaba la mejor cura y solución para el mal que nos aquejaba.

Douglas Bournigal era amigo de sus amigos, el médico de confianza de muchos, sin prepotencias ni alharacas, pero si siempre muy detallista, observador y acucioso. Con sabiduría, inteligencia y paciencia, visitaba y confortaba a sus pacientes. Siempre dispuesto, siempre accesible, salvó la vida de muchos, y mejoró la calidad de vida de muchos más.

Siempre jovial, siempre alegre y emprendedor, era un enamorado de la aviación, le encantaba pilotear sus aeronaves. Disfrutar de la paz del sonido silente de la brisa al deslizar su planeador por las corrientes y observar la enorme belleza y grandeza de la naturaleza desde el aire. Y asimismo, soñar con nuevos negocios y oportunidades, y evaluar y discutir los mismos con presteza.

Adoró a su esposa y a sus hijos y nietos, a su familia. Fue un ejemplo de vocación médica, del ejercicio del juramento hipocrático, un ejemplo de solidaridad, dotado de gran calidez humana y respetuoso siempre de la calidad de vida y la dignidad de sus pacientes.

No existen palabras suficientemente elocuentes para expresar con precisión las cualidades y la gentileza de nuestro amigo, de nuestro médico, de nuestro hermano Douglas Bournigal.

Hemos perdido un gran hombre, un profesional que nos privilegiamos en tener y no encontramos consuelo ante su inesperada partida de este mundo.

Que Dios le conceda el descanso eterno, que su huella sea ejemplo para muchos y camino para los que quieran seguir el ejemplo del gran amigo, médico y familiar.

Que el Señor fortalezca a su familia y los ayude a sobreponerse de tan irreparable y triste pérdida, y que su paso por la vida no haya sido nunca en vano, porque muchos habrán aprendido el valor de lo que significa ser el gran amigo, el médico íntegro y de vocación, el familiar siempre presente y solidario que fue para todos nosotros.

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