“Manoguayabo es mi alma, mi vida, ahí nací yo. Mi pueblo me ha dado todo; lo primero es que me dio el privilegio de abrir los ojos allí”, así expresa Cheché Abreu sobre su amor por la tierra que lo vio nacer y desarrollarse personal y profesionalmente.

Para agradecer lo que considera un privilegio, José Abreu Vargas, nombre de pila del legendario cantante, a los 24 años de edad decidió hacer cursillos religiosos en la iglesia San Lázaro de la Santomé, con el único objetivo de ayudar a su pueblo, ubicado en Santo Domingo Oeste. “Empecé a desarrollar trabajos para proveer a mi pueblo de algunas cosas que le faltaban, como la ampliación de la escuela Conrado Mieses, la construcción de la biblioteca, del Club y del liceo. Para eso, pedíamos los recursos económicos, materiales y terrenos”, detalló durante una conversación con elCaribe.

Recuerda que llegó a motivar a otros chicos para que realizaran los cursillos y así lo ayudaran en las labores para el desarrollo de la comunidad.

Entre las personas que lo apoyaron rememora al subsecretario de Educación de entonces, José Ortiz de Wind, quien le regaló 1,500 block de construcción para la ampliación de la escuela, que solo llegaba al quinto curso, y la llevaron hasta el octavo; y a Miguel Guerra, que le facilitó algunos materiales.

Luego, junto a sus amigos, Cheché construyó el club de la localidad, el que después derribaron para que el Gobierno, a través de su gestión, levantara el Liceo de Las Américas, de Manoguayabo.

“A través de mi grupo, el Sexteto de Manoguayabo, hacíamos fiestas para recaudar fondos y reconstruir el club”, subraya Abreu, quien vivió por muchos años en la casa ubicada en la calle Pérez, número 24.

Además, con la ayuda del subsecretario de Agricultura de entonces, Ligio Tavárez, hicieron el parque Mirador del Sur. “Él era que le llevaba las cartas que nosotros hacíamos al presidente Joaquín Balaguer, y a través de él recibimos los recursos para esa obra”, rememora el veterano artista en la entrevista con este medio .

Los cursillistas , además, fueron los responsables de la primera cooperativa que se constituyó en el país en 1945, pero “hubo que cerrarla porque Trujillo se cogió con que las reuniones que hacíamos eran para derrocarlo, eso la llevó al fracaso; y como consecuencia, Trujillo cogió todas las tierras en Manoguayabo”.

En 1967 la reabrieron, y en su primera reunión recaudaron más de 60 pesos y con las fiestas que hicieron en diciembre consiguieron los fondos para levantar el local, el 10 de enero, donde se ubica en la actualidad la cooperativa, justo en la entrada de Manoguayabo. También, fue presidente y fundador de la primera cooperativa de Bayona. Otras de las obras que Abreu ayudó a levantar en Manoguayabo fue la Casa San Pablo, que se pudo lograr vendiendo boletos a 10 pesos.

Primera fiesta

El sonero criollo inició su carrera artística de manera formal el 25 de diciembre de 1963, con su grupo El Sexteto de Manoguayabo, cuando tocó su primera fiesta en la Gran Parada de Amable Chele, frente al cementerio de Manoguayabo, y para ese entonces cobró 60 pesos por la presentación. “El pueblo entero fue a vernos, tocamos todos los discos de ‘Los compadres’. Luego el grupo empezó a coger fama y las fiestas las tocábamos a mil pesos”, recordó. Uno de los lugares donde más fiestas hacían era en el Teatro Agua y Luz Angelita Trujillo, ubicado en el Malecón de Santo Domingo. Dijo que ahí lo llevó el merenguero Johnny Ventura.

Aprovechando esa pegada, como líder de la agrupación, creó una especie de “san” para que cada músico comprara su carro y semanalmente cada uno aportaba 400 pesos. En 16 semanas, todos se montaron. Esa misma dinámica la hicieron para adquirir sus casas. “Tocábamos mucho en el Teatro Agua y Luz, Johnny Ventura nos llevaba. Tuvimos la suerte de que el grupo fue bueno casi desde que arrancó; tenía 12 músicos, entre ellos, Diosnedy Núñez (Papirilo), padre de Diómedes, líder de El Grupo Mío”, y Germán Benítez (Papello), entre otros”.

Para ese entonces, la agrupación era la oficial de la marca Barceló, e hizo popular los Premios El Dorado. “Levanté su marca ‘El Añejo’, que estaba en el suelo, grabamos un anuncio con la canción ‘Chivo de la loma”, agregó Cheché.

“El hombre del sombrero”

La afición por los sombreros del intérprete de éxitos como “El merengué”, “Son mi gente”, “El caballón”, “Canto a Santo Domingo”, “Faisán”, entre otros, surgió en los años 70. “Quien me bautizó como “el hombre del sombrero” fue Yaqui Núñez. Un jueves íbamos para el Show del Mediodía y estaba lloviznando; cuando iba a subir a mi guagüita cogí un sombrero de los que tenía y Yaqui Núñez me dijo: Oye queridísimo, ese sombrero si te queda bien, eres el “hombre del sombrero’”, narró el cantante de 79 años, quien contó que a partir de ahí la gente empezó a regalarle sombreros.

En la actualidad Cheché Abreu tiene más de 70 sombreros.

“La Negra Pola”

El merenguero Pochy Familia, a quien Cheché Abreu puso a estudiar música, fue el autor del famoso merengue “La Negra Pola”, tema que luego fue adaptado por el también sonero para rendirle honor a una señora que vendía comida rápida en Samaná para el año 1965, cuando él formaba parte de la orquesta de la entonces Marina de Guerra, hoy Armada Dominicana, como sargento. “Al lado de la comandancia había una señora que tenía una fritura, se llamaba ‘Negra Pola’ y nos preguntó que si nos sabíamos un tema que se llama ‘María Antonia’, y nos pidió que lo tocáramos y que a cambio nos regalaría un pescado frito (…) Cuando nos íbamos, la señora me voceó y me pidió: cuando ustedes vayan a ‘La Voz Dominicana’ mándenle saludos a la Negra Pola, la fritura más popular de Samaná”, narró Cheché, quien en la actualidad es capitán pensionado de la Armada. En el año 1980, en su cuarto disco, ya en la agrupación, “Cheché Abreu y sus colosos”, adaptaron el icónico tema a ritmo de mangué “para dedicárselo a la señora”. “La Negra Pola se estrenó el 10 de diciembre de 1980” y le dio el récord de la orquesta que más baile tocó en un año, con 368, en 1981, y nominados cinco años consecutivos para los Premios Dorado.

Homenaje
Un grupo de cantantes jóvenes preparó una plataforma para reconocer la labor del legendario artista con varios temas. El reconocimiento fue denominado “Homenaje en vida a Cheché Abreu”. En este proyecto, idea de Alberto Plata, participan los merengueros Diómedes Núñez, Albert Hernández, Regina Candel, Roberto del Castillo, José Virgilio Peña Suazo, Johan Minaya e Ileana Reynoso, entre otros.

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