El toque humano siempre será una parte importante de la transformación digital. Es lo que impulsa las relaciones auténticas con los clientes, los entornos de trabajo colaborativos y los cambios sostenibles a largo plazo.

Ya no es fuera de lo común encontrarse constantemente en las noticias con que determinada gran cadena de tiendas se declara en bancarrota o vaya a cerrar. Es una señal de estos tiempos o como la define el empresario tecnológico Arturo López Valerio, el “apocalipsis del retail”.

En efecto, el cambio en las tendencias del e-commerce (comercio electrónico) a escala global ya están presentando un patrón que, de no estudiarse ni analizarse correctamente, puede provocar que a las distintas cadenas de retail (empresas especializadas en la comercialización) “se les abra el pecho”.

Hay distintos factores que lo explican. Uno de estos es que la gente está siendo cada vez más selectiva, diciendo “dame un motivo, dime por qué yo tengo que gastar mi gasolina en moverme a tu establecimiento”, sobre todo cuando una gran cantidad de personal que ha sido retirado y, de requerirse una información, no está disponible para darla.

Este trabajo, de alguna forma u otra, puede ser sustituido con las nuevas tecnologías. La incidencia de las nuevas tecnologías amplían su impacto en la sociedad a través del tiempo, principalmente en la forma como los seres humanos interactúan entre sí, pero también en otros hábitos y costumbres como la compra de bienes, productos y servicios.

Sin embargo, para 2020 se estima que apenas el quince por ciento de las transacciones de retail a nivel global será vía e-commerce.

Dentro de tal ámbito, López Valerio resalta como esencial el crecimiento del internet de las cosas, tendencia que ayuda a que distintos dispositivos ínter-operen de manera continua conectados a internet. “Cuando llegamos a una tienda podremos encontrar con diferentes sensores que no solamente recopilan información de los pasos y patrones del consumidor dentro del establecimiento, sino que van comunicando de un dispositivo a otro, si está pasando un cliente o si una mercancía se movió”, entre otros aspectos, dice López Valerio.

Añade, los seres humanos somos individuos que socializamos, entonces, aunque estemos atrapados en pantallas electrónicas y ahorramos tiempo y dinero a través de relaciones digitales, nos hace falta la interacción.

En ese sentido, los propietarios de tiendas tradicionales, si están mirando tecnologías para implantar dentro de su espacio deben tomar en cuenta tres factores para la transición que permitan ganar la atención e interés del nuevo consumidor.

Para López Valerio, lo primero es que un lugar inteligente debe tener la logística como demanda, esto es que el inventario se vaya ajustando a los comportamientos de consumidor, estudiados a través de las data recogida sobre comportamientos.

Lo segundo es una inteligencia de negocio de tráfico, la cual se obtendrá colocando un sistema de inteligencia de negocio que debe ser conectada con el mismo. Empero, tener solo tecnología, no es la solución definitiva, puesto que no debe perderse el toque humano. “Por más tecnología que le metamos a las cosas, todavía el entrenamiento es necesario, más ahora que nunca”, señala el empresario tecnológico.

En tal sentido, hay que capacitar al personal y construir una base de recursos y capital humano que sea tan excelente como la tecnología que compra.

Arturo López Valerio, empresario tecnológico.

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