La alimentación escolar es herramienta de educación y de salud. Un niño sin adecuado estado nutricional no está en condiciones para rendimiento escolar.

Asimismo, la escuela es parte del ambiente que moldea los hábitos de alimentación de los niños y escolares, en conjunto con la familia y la comunidad.

En República Dominicana no ha sido definida más política de alimentación escolar que el Programa de Alimentación Escolar (PAE), mediante el cual el Gobierno sirve desayuno (desde 1997) y almuerzo (desde 2014 con la introducción de la Jornada Escolar Extendida) a los alumnos de las escuelas oficiales.

El PAE es un programa de asistencia social. Al presente somos un país diferente y debemos superar la etapa de considerar la alimentación escolar solo como instrumento contra la pobreza.

Política de alimentación escolar implica la intervención planificada del Estado en lo que los niños y adolescentes, sin discriminación de sistema educativo público o privado, comen durante el horario escolar, bajo el objetivo de orientar su adecuado desarrollo físico e intelectual y con la visión de fomentar una sociedad más sana, tal cual es su obligación constitucional.

Alcanzar ese objetivo requiere necesariamente normativas de regulación, por ejemplo de las cafeterías escolares, que tanto en escuelas públicas como privadas de nuestro país, funcionan como negocio independiente.

Precisa asimismo de un sistema de educación alimentaria y nutricional de propósito constructivista, que apoye la formación desde tempranas edades de hábitos alimentarios y estilos de vida saludables a largo plazo.

En el país se incrementan de manera preocupante las enfermedades crónicas no transmisibles: sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, cardiopatías, cánceres.

A nivel global el sobrepeso y la obesidad entre niños y adolescentes se han multiplicado por diez en los últimos cuarenta años. Habrá más niños con sobrepeso que con peso insuficiente para su talla y edad en 2022, de acuerdo a estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La alimentación escolar representa un pilar contra esas enfermedades, prevenibles, las cuales cargan los sistemas de salud, afectan la productividad y reducen la esperanza de vida en diez años.

Para definir nuestra certera política de alimentación escolar, la Constitución dominicana, que consagra la protección de los menores así como el derecho a la no discriminación, la salud, la educación y la alimentación de todos los dominicanos, es el recurso maestro.

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