Si pagar impuestos es una opción que agrada poco, convencer a un contribuyente de su deber fiscal es una tarea difícil. Por esa disyuntiva, educar en tema de impuestos es una iniciativa que se sale del horizonte de la pedagogía convencional.

En esa dirección cualquier esfuerzo que se realice para hacer entender a población de la necesidad de pagar su contribución, siempre será importante, y hasta insuficiente.

Una de las razones universales que se alega para tratar de justificar la omisión en el pago de gravámenes, es el destino que se le da a los recursos pagados en impuestos.

Convencer a las masas de que con su pago de impuestos se construyen carreteras, escuelas, hospitales, puentes y otras infraestructuras necesarias para catapultar el desarrollo económico y social del país, tal vez no sea un argumento tan convincente, pero debe ser el norte de cualquier iniciativa educativa. Por eso y para eso, es necesario que desde el Gobierno Central se ejecuten obras que la población asuma como prioritarias, para que haya una comprobación colectiva del buen uso de los recursos aportados por los impuestos.

Esa es la parte que el factor educación debe asumir, para que baje la percepción de que pagar impuestos no tiene resultados positivos. Es una tarea difícil, pero no imposible. Claro, siempre pagar tasas, contribuciones y gravámenes será una imposición. Lo que se persigue es que el cumplimiento sea voluntario, que no necesariamente signifique gustoso.

Todos esos factores importantizan el programa de educación tributaria en el que está inmersa la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), que este año ya impactado a más de 52,000 personas, en un plan que busca la expansión del esfuerzo de esa agencia por crear mayor conciencia en los ciudadanos sobre sus deberes formales.

En paralelo con ese plan, que desde el 2016 a la fecha registra un crecimiento de un 110%, se mantienen los contenidos tributarios impulsados desde el Estado en la nueva estructura curricular de la educación formal, en el nivel primario y secundario. Esa decisión es considerada por Impuestos Internos como un logro.
Universalizar la educación tributaria es una decisión que vale la pena, necesaria para crear conciencia desde los primeros niveles de la educación básica.

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