Hay que insistir sobre la histórica -asquerosa historia- intersección de la Duarte con París, tramo de la ciudad de Santo Domingo que constituye una terrible vergüenza de República Dominicana en pleno siglo XXI.

He escrito varios trabajos sobre tan fea realidad. De un arrabalizado lugar que no acaba de ser erradicado.

No era mi intención retornar con el tema, pero en conversación entre algunos amigos en una de las plazas de la capital, la motivación sobre el tema volvió a mi cabeza.

Bauticemos a la Duarte con París como “La vieja vergüenza nacional” que sigue siendo el dolor de cabeza de los alcaldes que han trabajado para el Distrito Nacional.

Promesa incumplida. Como el periodismo, y ratifico este criterio, es siempre para escribir y decir la verdad sin importar las consecuencias, le recuerdo al alcalde David Collado su promesa hasta ahora incumplida. Me refiero a lo que prometió a raíz de un reportaje que este periódico, bajo mi rúbrica, publicó el 17 de agosto de 2017 con el propósito de que las autoridades edilicias le pusieran la atención al caos urbano que marca a la Duarte con París.

Meses antes del reportaje, yo había escrito sobre la misma realidad, pero mi opinión se quedó en el aire, sin respuesta por parte del señor Collado.

Cuando se publicó el reportaje, sacó tiempo para responder. Lo hizo escribiéndole una carta al director de elCARIBE, Osvaldo Santana. Prometió resolver el grave problema.

Aquí algunas líneas de su misiva enviada a nuestro director Osvaldo Santana: “Tenga la seguridad de que nuestra gestión se siente identificada plenamente con la necesidad de atacar este problema de la arrabalización. y de que contrario a lo expresado en el citado reportaje el mismo es motivo de gran preocupación para nosotros. Sí tenemos planes para higienizar y organizar el caos de la Duarte con París. Al inicio de nuestra gestión le manifestamos al Presidente de la República la necesidad de intervenir de manera conjunta la Duarte con París, para lograr su rescate, dada la magnitud del problema y la dimensión social del mismo. Nos encontramos trabajando en la elaboración de propuestas concretas que solucionen efectivamente esta situación”.

A los políticos dominicanos hay que recordarles lo que afirman en sus peroratas y vagas promesas.

¡Pero deben saber que lo que dicen, sea o no en base a promesas incumplidas, queda escrito!

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