El museo realizará en el país el “Octavo Congreso Internacional sobre Fósiles y Artrópodos en Ámbar”, del siete al 12 de Abril de 2019 El Museo Mundo de Ámbar es un espacio privado que nació como una iniciativa de su presidente y fundador Jorge Caridad. En sus salones se ofrece información histórica y científica sobre el origen del ámbar, una resina vegetal o fósil, que se encuentra en distintos puntos del país, en la que se incrustaron insectos y residuos vegetales de una era milenaria y que fueron fosilizados en el ámbar.

Existe una amplia variedad de tonos y colores de ámbar, pero el más transparente es el que se extrae en República Dominicana, en colores miel, amarillo y claro; además, existen en tonos rojos, verdes y azul, pero en menor cantidad.

Jorge Caridad explica que el árbol que tiene más vocación para producir ámbar es el algarrobo, al que también se le llama “Mierda en cajeta”. Empezó a formarse hace más de 23 millones de años, y “sucedió como una forma de defensa, debido a un calentamiento global tan fuerte, que provocó que en esos árboles se produjera más resina de lo habitual”.

En el ámbar se encuentra el “electrodominicus”, que es una termita que solamente se halla en el ecosistema de aquí. Otras especies son cucarachas, abejas, escarabajos, arácnidos, entre otros parásitos.

Caridad explica que la extracción de ámbar implica la participación de un personal capacitado y entrenado por un equipo de profesionales con conocimiento en excavación, con las mismas técnicas mineras.

Los principales yacimientos están en la región Este. Específicamente en Sabana de la Mar, Hato Mayor, Bayaguana y, en la Falla de Yanigua, que es donde se encuentra el mayor porcentaje de ámbar. Es además el que tiene mayor dureza. En la región Norte, también se extrae ámbar en Santiago y Puerto Plata.

Promoción del ámbar dentro y fuera del país

Características
De acuerdo a Caridad, el Museo del Ámbar es un ícono en la manera de promocionar el ámbar en el país y a nivel mundial. Deplora que no haya una política de Estado para sacarle el máximo provecho a su producción.

Pero como animador del museo, participa en congresos internacionales, con la finalidad de promover esa riqueza cultural y científica.

Indica que durante más de 20 años, cuando la Ciudad Colonial no era tan competitiva, se mantenía trabajando el ámbar, en la parte científica y en el negocio, “ya que la gente desconoce qué se esconde detrás de esta piedra, que es toda una historia del pasado geológico de la Isla Hispaniola”.

“Nosotros nos involucramos en ese descubrimiento de observación de los insectos y de la clasificación de familias de insectos, ya que eso nos pone en otro segmento con una visión más futurista, más científica, más avanzada”, añade.

Salas de exhibiciones
El museo funciona de ocho de la mañana a seis de la tarde, y en sus salas se pueden apreciar las piezas dominicanas, además de otras especies traídas de New Jersey, Lima, Australia, Japón, entre otros países. Para hablar sobre esta importante piedra dominicana, el museo cuenta con guías con dominio de diferentes idiomas y con amplios conocimientos sobre su excavación, origen, historia.

El museo muestra piezas en vitrinas, presenta diagramas, audiovisuales, microscopios y tiene una tecnología interactiva para que los visitantes puedan descubrir los misterios del ámbar.

Otro aspecto interesante del museo es la tienda en la que se exhibe el trabajo que realizan los artesanos en la creación de las piezas montadas en oro y plata. También, muestra las piedras en bruto, con su evaluación, así como literatura sobre el ámbar.

A la entrada del museo se muestra la “Sala de Amberos”, dedicada a las personas que tuvieron mayor incidencia en la producción y comercialización del ámbar dominicano. Aquí se presenta las “Siete Cañadas”, una zona de explotación, localizada en Hato Mayor, que tiene mucho potencial y es donde se explota el ámbar en mayor cantidad.

La “Sala de las hormigas” cuenta con una pieza única en el mundo: la “Termoglimes y caritate”, que está extinta, cuya proporción se encuentra en el Museo de la Ciencia en Barcelona y en cuya pieza se observan distintas familias de hormigas, como son las obreras, las larvas y la Reyna, un insecto en extinción, que todavía no se ha podido encontrar entre las especies de las hormigas. En la “Sala Dominicana” se muestran las diferentes tonalidades del ámbar: amarillo, rojo, verde, azul, negro, blanco, con una gama diversa de insectos incrustados. Otra de las salas es la “Pompilio Brawer”, que cuenta la historia de este geólogo que empezó con el estudio del ámbar dominicano. Aquí se exhiben algunas de sus piezas y de sus estudios, conjuntamente con el Museo de Historia Natural de Nueva York, que fueron donadas al museo por su familia.

En el museo se encuentra también el “Topal”, que es una resina mucho más joven, antes de llegar a ser ámbar, la cual se ha encontrado solamente en el área de Cotuí. Esta piedra tiene incrustaciones que son de la parte botánica y de insectos. Esta pieza exhibe, además, hojas, ramitas, flores, así como partículas de la corteza del árbol que la produce.

Apertura del museo
El museo fue fundado el cinco de septiembre de 1996 por Jorge Caridad. Su apertura se produjo al mismo tiempo de la celebración del 5to. Centenario de fundada la ciudad de Santo Domingo en 1496. Originalmente, este museo nació en Puerto Plata y luego fue instalado de forma permanente en la calle Arzobispo Meriño de la Zona Colonial, lo que facilita el acceso de un gran flujo de visitantes nacionales y extranjeros, quienes pueden apreciar importante información histórica y científica sobre el ámbar. Aquí se encuentran colecciones de diversas muestras de ámbar, piezas de color amarillo y miel que son bastante frecuentes y no tan raras como rojas, verdes y azul. La extracción del ámbar es manual, a pico y pala, y su proceso de excavación se muestra en imágenes en las salas del museo.

Aunque se han buscado otros mecanismos para extraerlo, el ámbar es muy frágil y se puede destruir con facilidad

 

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