Afirma que donde se necesitan cambios es en la estrategia de políticas de desarrollo del país

El Banco Central de la República Dominicana (BCRD)rechaza que sea necesario cambiar el modelo económico del país, como han sugerido últimamente economistas y políticos. Según el órgano rector de la política monetaria y cambiaria, donde se necesitan cambios es en la estrategia de políticas de desarrollo del país.

En un extenso análisis de su Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos, titulado “Modelo Económico Dominicano: ¿Cambio o Ajustes?”, el BCRD dice que “en las últimas semanas, distintos medios de comunicación han reseñado la opinión de economistas, analistas y distintas figuras vinculadas a los sectores político y empresarial refiriéndose a la necesidad de cambiar lo que ellos llaman “el modelo económico dominicano”.

Precisa que “un punto común en estas opiniones es que existe un convencimiento generalizado de que el cambio propuesto sería la “panacea” que permitiría resolver los grandes retos para lograr un crecimiento inclusivo de nuestra economía y alcanzar estados más altos de desarrollo”.

El análisis, colgado en la web del BCRD, en la sección Página Abierta, plantea que “una simple lectura de las distintas declaraciones reseñadas en la prensa deja en el lector la impresión de que no se tiene del todo claro en qué consiste un “modelo económico”. Por tanto, pensamos que un primer paso sería conceptualizar el término “modelo” e interpretarlo, tanto desde una perspectiva teórica como desde un punto de vista práctico, para luego poder emitir juicios con algún tipo de sustentación sobre la posibilidad de cambiarlo o no”.

Agrega que con el objetivo de presentar a la opinión pública una visión técnica sobre los planteamientos mencionados, desde el Banco Central “desarrollamos un análisis que explica nuestra interpretación del término “modelo”, su aplicación al caso dominicano y la conveniencia o no de modificarlo. Para completar este proceso y poder emitir una opinión sustentada sobre la propuesta de cambiar o no el modelo, se evalúa el impacto de la aplicación de ese “modelo” en distintos indicadores económicos y sociales a nivel nacional.

Modelo, sistema y estrategia

El análisis del BCRD explica que según la teoría económica moderna, el término “modelo” se refiere a una descripción simplificada de la realidad, generalmente basada en expresiones matemáticas que suelen ser comprobables empíricamente.

No obstante, en línea con la economía política tradicional, el término “modelo” describe la forma como se organiza el sistema económico según el grado de participación del Estado. En ese sentido, el “modelo” podría ser socialista o centralmente planificado, en cuyo caso el proceso productivo en todas sus etapas estaría a cargo del Estado, o capitalista (economía de mercado), donde la actividad productiva dependería en su mayor parte de la iniciativa privada. Cabe destacar que en la discusión pública frecuentemente se le llama neoliberalismo al capitalismo clásico donde la participación del Estado en la economía es mínima.

Explica que desde un punto de vista más teórico, el capitalismo extremo donde el rol del Estado se limita a prevenir cualquier intento de coartar el mercado se asocia a la Escuela Austríaca, mientras el socialismo o la economía centralmente planificada se vincula al pensamiento marxista.

Tercer modelo

Asimismo, el BCRD indica que existe una tercera acepción del concepto “modelo” de uso cotidiano y es aquella que identifica el término con el conjunto de políticas económicas que implementa un país en el contexto de un sistema económico dado, es decir, con su estrategia de desarrollo. “De la discusión que se ha dado recientemente en los medios de comunicación se infiere que el “modelo” que se propone cambiar es precisamente este conjunto de políticas que conforman la estrategia económica”, expresa.

Señala que en el caso de República Dominicana se puede afirmar que la economía opera dentro de un sistema económico mixto, es decir, un esquema con algún grado de participación privada y pública. En la práctica, el sistema económico dominicano favorece los mecanismos de mercado, con el rol del Estado limitado a temas regulatorios y a la gerencia de empresas en sectores estratégicos en alianza con el sector privado. Dado que casi todas las economías del mundo operan bajo un sistema mixto, reiteramos que lo que se quiere cambiar es el conjunto de políticas que conforman la estrategia de desarrollo y no el sistema económico.

El análisis del Banco Central dedica una mención especial a la “Estrategia de Desarrollo Dominicana: De la sustitución de importaciones a las políticas de mercado y apertura económica
Dice que a través de su historia económica, RD ha implementado distintas estrategias de desarrollo. Desde la década del cincuenta, el conjunto de políticas públicas tenía por objetivo fomentar la industrialización y alcanzar el desarrollo. Esta estrategia, aplicada en casi todos los países de América Latina durante esos años, fue conocida como la Industrialización por Sustitución de Importaciones. La idea de que la industrialización debería ser el principal motor del crecimiento económico fue promovida por Kaldor (1961). En América Latina, el principal soporte teórico para la Industrialización por Sustitución de Importaciones provino de los planteamientos estructuralistas de Raúl Prebisch y los economistas de la CEPAL.

El documento explica que como resultado de la aplicación de este conjunto de políticas, particularmente a partir de la aprobación de la Ley 299 de Protección Industrial en el año 1968, el sector industrial pasó a formar una cuarta parte de la economía dominicana, mientras que las exportaciones se concentraron en cuatro grandes rubros: azúcar, café, cacao y tabaco. La Estrategia de Sustitución de Importaciones comenzó a mostrar señales de agotamiento a finales de la década de los ochenta, lo que da cabida a una discusión sobre un cambio de rumbo.

Expone que “posteriormente, una combinación de choques interno y externo que no pudieron ser acomodados bajo el esquema de sustitución de importaciones llevó a la economía dominicana a una recesión en 1990, a la vez que la inflación alcanzó niveles históricos. El choque doméstico provino de una política fiscal altamente deficitaria financiada con emisión monetaria lo que provocó una espiral inflacionaria. A nivel externo, la economía fue afectada por el impacto que tuvo el conflicto bélico en el Golfo Pérsico sobre los precios del petróleo.

Resalta que en medio de esta situación económica difícil, RD decidió adoptar una estrategia de desarrollo que prioriza el mercado y la apertura comercial. Esta estrategia incluyó la liberalización de varios mercados cuyos precios estaban regulados, como el mercado cambiario y el mercado financiero.

El BCRD puntualiza que “es precisamente este conjunto de políticas que, en el uso cotidiano se le conoce por “modelo económico dominicano”, el que algunos sectores económicos y políticos han pretendido cambiar sin ofrecer una sustentación que justifique esta modificación y sin proponer alternativas viables. Agrega que el conjunto de políticas implementadas a partir de la década del noventa se fundamentó en tres pilares, en el primero de los cuales, se logró una diversificación económica particularmente en el sector servicios que creó las condiciones para que RD pudiera adaptarse rápidamente a los choques internacionales. “El turismo se convirtió en el principal generador de divisas del país y se posicionó entre los primeros cuatro países de América Latina con mayores ingresos en el sector”, indica.

Promoción de las zonas francas y de la inversión

El análisis del BCRD cita que en segundo lugar, la nueva estrategia promovió el desarrollo de las zonas francas, impulsando las exportaciones y alcanzando importantes ganancias de productividad. El tercer pilar, la apertura económica, estimuló la inversión extranjera, incrementó la inversión en capital humano y estableció vínculos importantes con los migrantes a través de las remesas, recursos que permitieron a sectores de bajos ingresos financiar sus actividades de consumo e inversión. La estrategia implementada transformó la economía dominicana logrando ganancias importantes en crecimiento y generación de empleo, a la vez que se mantuvo la inflación dentro de límites razonables. En resumen, la estrategia pro-mercado con apertura comercial permitió alcanzar y mantener la estabilidad macroeconómica, la cual desde la implementación de las nuevas políticas solo estuvo en juego durante la crisis financiera de 2003-2004. Veamos a continuación con mayor detalle cuales han sido los principales resultados de la implementación de la actual estrategia. También analiza las políticas de mercado y liberalización comercial, destacando los principales resultados. Cita que en el sector real, la tasa de crecimiento promedio anual del PIB durante los últimos veinticinco años ha sido de 5.5%. Recientemente, en el periodo 2014-2018 el crecimiento del PIB real se ha situado en promedio en 6.5%. En cuanto al tamaño de la economía, medido por el valor del PIB nominal en dólares, se ha multiplicado por ocho.

Expansión económica y el mercado laboral

El BCRD dice en su análisis que la expansión de la economía ha generado empleos. En la actualidad, la tasa de desempleo abierta según la Encuesta Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central, se sitúa en torno a 5.6%, por debajo del promedio de América Latina. Esta tasa de desempleo excluye a los trabajadores desalentados, es decir, a aquellos que a pesar de tener la edad para emplearse legalmente no están buscando trabajo de forma activa.

Por el lado de la inflación, el crecimiento promedio anual del Índice de Precios al Consumidor en el periodo 1992-2017, excluyendo los años de la crisis financiera, ha sido de 6.0%. Sin embargo, desde la implementación de la estrategia de metas de inflación por parte del Banco Central a partir del año 2012, la tasa de inflación promedio se ha situado en 2.7% en torno al límite inferior de la meta del Programa Monetario. “Cabe destacar que la inflación al cierre de 2018 se estimó en 1.3%, una de las más bajas de América Latina”, enfatiza el documento.

16,997 dólares
Fue el PIB per cápita dominicano al cierre del 2017, colocando la economía dominicana en la sexta posición de América Latina.

5.6%
Es la tasa de desempleo abierta del país según la última Encuesta Continua de Fuerza de Trabajo elaborada por el Banco Central de la Repúbllica Dominicana.

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