Brumadinho, Brasil.- La catástrofe causada por la ruptura de una represa de la minera Vale en la ciudad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, deja ya un balance de al menos 34 muertos y cerca de 300 desaparecidos, mientras los equipos de rescate se afanan para buscar más supervivientes en medio de la lluvia.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sobrevoló este sábado la zona afectada en helicóptero y dijo que su Gobierno «hará todo lo que esté a su alcance» para «pedir justicia» y «prevenir nuevas tragedias» como esta o la ocurrida hace tres años en Mariana, de características similares y en la que murieron 19 personas.

«Es difícil estar delante de todo ese escenario y no emocionarse», subrayó Bolsonaro, quien aceptó la ayuda ofrecida por Israel en las labores de rescate.

En medio de la conmoción y un vaivén de cifras sobre desaparecidos y rescatados, los bomberos mantienen la esperanza de hallar a más personas con vida, a pesar de que el número de víctimas mortales pasó de 11 a 34 en cuestión de horas.

Las autoridades no han aclarado si entre los 34 fallecidos se encuentran los ocupantes de un autobús localizado entre el lodazal y en el que viajaban algunos empleados que no sobrevivieron.

«Está todo el mundo desolado. Aún no dan informaciones sobre si está vivo, si está muerto y queda esa ansiedad enorme. No se sabe qué va a pasar y la espera es muy angustiante», dice a Efe André Luis Dutra, psicólogo voluntario, de 34 años y que también trabajó asistiendo a las víctimas de Mariana.

Dutra se encarga de transmitir a las familias un «pensamiento positivo» y la idea de que «por más que las posibilidades de sobrevivir sean pequeñas, tienen que agarrarse a ellas» .

Para él, lo ocurrido en Brumadinho, «no es un accidente, es una negligencia y un crimen» y alerta de que hay unas 400 represas similares en Minas Gerais que son auténticas «bombas de relojería».

 

Con el drama aún no dimensionado, la Justicia cercó este sábado las cuentas de Vale y determinó, en dos procesos distintos, el bloqueo de 6.000 millones de reales (unos 1.621 millones de dólares) de la compañía para el «inmediato y efectivo amparo a las víctimas y reducción de las consecuencias» de la catástrofe.

El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), por su parte, aplicó a la minera una multa de 250 millones de reales (alrededor de 67,5 millones de dólares) por el desastre, según confirmó el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, quien hoy visitó la región afectada.

El presidente de la mayor productora mundial de hierro, Fabio Schvartsman, pidió disculpas por lo sucedido y recalcó que Vale «es una empresa muy seria, que hizo un esfuerzo para dejar las represas de la mejor forma posible» después del desastre ocurrido en 2015 en Mariana.

La Fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, afirmó tras visitar la región que el Ministerio Público «actuará firmemente» para que los «riesgos sean prevenidos» y que ese tipo de tragedias no se repitan.

«Las medidas que se aplicarán a Vale do Rio Doce están siendo examinadas de forma conjunta», recalcó. EFE

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