Pensamiento Político en el Caribe: Ramón Emeterio Betances

De nuestro Dr. Betances, no nos olvidamos un punto, porque él en el corazón de su país con el que el de Cuba se hermana y abraza, y porque son pocos los hombres en quienes como en él, el pensamiento va acompañado de la acción, la superioridad del desinterés, y el mérito extraordinario de la mansa modestia.

(1 de 3)

De nuestro Dr. Betances, no nos olvidamos un punto, porque él en el corazón de su país con el que el de Cuba se hermana y abraza, y porque son pocos los hombres en quienes como en él, el pensamiento va acompañado de la acción, la superioridad del desinterés, y el mérito extraordinario de la mansa modestia.
José Martí. Patria, 1892.

Con estas palabras describe el escritor y político cubano José Martí el 3 de septiembre de 1892 en el periódico Patria, a su gran amigo Ramón Emeterio Betances, figura clave en la historia de Puerto Rico y una de las figuras más representativas del antillanismo, anticolonialismo y antianexionismo del siglo XIX.

Médico, ensayista político y poeta, novelista, abolicionista de renombre, promotor del Grito de Lares, antillanista e internacionalista, filántropo decidido y diplomático incansable, Ramón Emeterio Betances es una de las figuras cimera del patriotismo puertorriqueño. Nació en Cabo Rojo, Puerto Rico, el 8 de abril de 1827. Tras el fallecimiento de su madre, su padre decidió enviarlo a estudiar a Toulouse (Francia). Allí permaneció hasta completar sus estudios de Bachillerato en Letras y en Ciencias en 1848. Regresó por breve lapso a Puerto Rico, pues en el mismo año retornó a Francia y se instaló en París, donde siguió estudios de medicina. Regresó en 1856 y se instaló en Mayagüez, donde ejerció la medicina al servicio de toda la población, sin hacer distinciones de condición social o raza. Se ocupó de atender a los esclavos negros durante la feroz epidemia de cólera que azotó a Puerto Rico, razón por la cual se lo reconoce como el médico de los pobres.

Betances fue un abanderado del abolicionismo. Junto a su amigo Segundo Ruiz Belvis fundó una sociedad secreta que ayudaba a liberar a los esclavos; en unos casos mediante el pago de una tasa de veinticinco pesos en el momento del bautismo, en otros casos proveyéndoles medios para escapar a otras islas vecinas o a Nueva York. De 1858 a 1869 fue desterrado varias veces. Su primer destierro respondió a la fundación de la sociedad abolicionista en el oeste de la isla. El siguiente destierro, en 1864, fue por apoyar a los dominicanos durante la Guerra Restauradora contra los españoles; y el tercero, en 1867, con el pretexto del amotinamiento de los soldados del Primer Batallón de Artillería de San Juan, el 7 de junio de ese año.

En 1868 tomó parte activa en el movimiento independentista conocido como Grito de Lares, del cual quedó convertido en el primer presidente independiente del gobierno provisional surgido de dicho levantamiento contra la soberanía española. Pero el fracaso de esta acción envió de nuevo al exilio a Betances, quien pronto pasó a vincularse con las luchas en favor de la independencia de Cuba.

El fracaso del Grito de Lares no significó el fin de la revolución para el pertinaz luchador. En Saint Thomas se reunió con Gregorio Luperón y le dio su apoyo para la lucha contra Buenaventura Báez, que planeaba la anexión de la República Dominicana a Estados Unidos, pues Betances consideraba que la independencia de República Dominicana era absolutamente necesaria para lograr la de Puerto Rico y Cuba.

Expulsado en 1869 de San Thomas, se estableció en Nueva York donde continuó su quehacer a favor de la libertad de los pueblos caribeños. Observando las aspiraciones anexionistas que permeaban asociaciones y que defendían algunos políticos en las Antillas Hispánicas, los combatió abiertamente, bajo el seudónimo de El Antillano, en el periódico El Federalista y La Opinión Nacional. A través del periodismo, vinculó el proceso libertario de la mayor de las Antillas con el de su nación; denunció los atropellos y persecuciones llevados a cabo por las autoridades españolas luego del Grito de Lares y repudió el régimen anexionista de Báez en República Dominicana. Su presencia en la República Dominicana y su obra en pro del progreso de los dominicanos y el afianzamiento de la independencia ha sido analizada por el historiador Santiago Castro Ventura, quien en el año 2011 publicó la obra Betances en la Historia Dominicana.

En 1880 fue designado primer secretario de la Legación de la República Dominicana en Francia. Durante los primeros años de la década de los 90 del siglo XIX se dedicó a labores diplomáticas a favor de la causa antillana como delegado del Partido Revolucionario Cubano y en 1896 dicho partido lo nombró agente diplomático en Francia. En el país galo, además de cumplir como diplomático, desempeñó otras funciones: periodista, reclutador de combatientes, comprador de armas y pertrechos, recaudador de fondos, alimentista de prisioneros de guerra y políticos, y conspirador y promotor por excelencia de la libertad de Cuba y Puerto Rico.

Tras una larga y dolorosa agonía, falleció en Francia el 16 de septiembre de 1898. El mismo año de su muerte como consecuencia de la victoria en la Guerra Hispanoamericana, Cuba y Puerto Rico quedarían bajo control de Estados Unidos.

En el plano intelectual es necesario destacar que en la historiografía caribeña a diferencia de Eugenio María de Hostos y José Martí el tema del pensamiento de Ramón Emeterio Betances ha recibido menos atención de parte de los estudiosos, en cambio ha sido su vida y acción política la que ha dado motivo de importantes trabajos historiográficos.

Si bien es cierto que Betances no fue un intelectual o pensador como Eugenio María de Hostos o José Martí quienes dedicaron la mayor parte de sus esfuerzos a escribir y filosofar sobre las realidades educativas, políticas, sociales y culturales de nuestra América y el Caribe y luchando contra el colonialismo español y reflexionando sobre la federación antillana también es cierto que podemos encontrar en Ramón Emeterio Betances un pensamiento político revolucionario y antillanista. El conocimiento de sus ideas políticas proviene de su numerosa correspondencia, de sus proclamas, hojas sueltas, discursos, poemas y artículos escritos en los periódicos de los luchadores independentistas en New York y en París, de sus discursos en mítines y entrevistas para la prensa.

Las ideas políticas de Betances se forjaron en su propia praxis política, la cual privilegiaba la liberación de Puerto Rico y Cuba de las guerras del colonialismo español, el mantenimiento de la independencia de Haití y República Dominicana y la construcción de una Confederación en las Antillas.

Con esta reseña inicio una serie de artículos analizando los temas centrales del pensamiento político de la figura más radical del independentismo puertorriqueño del siglo XIX: Ramón Emeterio Betances.
_________________________________________________
Carlos Rojas Osorio, “Puerto Rico: Humanismo y soberanía”, Puerto Rico, Ediciones Abacoa, 2013, p. 32.

Posted in Cultura, OpinionesEtiquetas

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas