El metal se prueba en el fuego

Desde hace 8 días se han estado produciendo en Haití violentas protestas, en principio como consecuencia de la indignación de muchos haitianos por lo establecido en informes de auditorías realizadas por el Tribunal de Cuentas

Desde hace 8 días se han estado produciendo en Haití violentas protestas, en principio como consecuencia de la indignación de muchos haitianos por lo establecido en informes de auditorías realizadas por el Tribunal de Cuentas, divulgados recientemente y contentivos de evidencias de desviaciones de fondos de Petrocaribe y que señalan ex funcionarios y empresas, incluyendo una que fue encabezada por el actual Presidente Jovenel Moise.

Con más de una decena de muertos, numerosos heridos, diplomáticos recluidos en sus embajadas y con miedo a salir, negocios cerrados, paralización del transporte, barricadas, quema de neumáticos y mucho más, el panorama es grave y caótico, lo que ha permitido que algunos se aprovechen de la situación, ya sea para capitalizar las manifestaciones en favor de sus causas, como la oposición política, o cubrir delitos con el desorden, como bandas criminales que están saqueando muchas de las tiendas, oficinas y locales que están cerrados por la situación.

Otro ejemplo de lo anterior es lo ocurrido hace 2 días en la cárcel de la ciudad de Aquin, ubicada en el sur de Haití. En el calor de las protestas afuera del recinto y posiblemente con cierta connivencia y complicidad (presumidas, pues aún no hay resultados de investigaciones difundidos), se produjo un incendio que a su vez generó un alboroto en el penal y esto dio lugar a que se escaparan de prisión 78 criminales. A pesar de que van más de 48 horas transcurridas desde el incidente, aún no se ha logrado ubicar uno sólo de los prófugos.

Partiendo de que se trata de 78 delincuentes que necesitan esconderse para no ser atrapados, sin dudas la República Dominicana puede parecerles un destino atractivo, especialmente porque Aquin se encuentra aproximadamente a 4 horas de la frontera con Jimaní.

En lugar de entretenernos con temas de poca importancia como los conflictos internos de los partidos políticos, la chismografía de las redes sociales o las inoportunas declaraciones de algún servidor público, debemos estar atentos a lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el vecino país de Haití y pedir a nuestras autoridades que extremen las medidas de seguridad en la frontera por los potenciales peligros que esto representa para los dominicanos, pero también debemos exigir a la comunidad internacional y a las organizaciones y personas que tanto dicen preocuparse por los haitianos que vayan a ayudarlos en su país en este momento crucial en que más los necesitan. El metal se prueba en el fuego. Haití los espera.

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