El Real Madrid doblegó ayer al Valladolid en un partido en el que los madridistas sufrieron mayor turbación e inquietud de lo que hace pensar el marcador (1-4), ya que los vallisoletanos “gobernaron” la primera parte, aunque acabaron sometidos ante la pegada del Madrid tras la reanudación.

El dirigente Solari salió con todos los ingredientes disponibles en su alineación, que tampoco eran muchos habida cuenta de las bajas, y dispuso un ataque con Marco Asensio y Benzema, más un centro del campo muy poblado, aunque todo el equipo empezó “desenchufado”, falto de ritmo y muy lento en el repliegue.

Llegó más y mejor el Valladolid durante los primeros minutos. Sus integrantes salieron insolentes. No era el partido esperado durante los primeros veinte minutos, el Valladolid estaba zarandeando claramente al rival, un Madrid que no tenía ni tiempo para pensar.

Fueron dos acciones prácticamente consecutivas las que revolucionaron el partido, aunque el Madrid no sufrió daño en el marcador. Primero, un penalti fallado por Rubén Alcaraz (min 11), que es el quinto que ha desperdiciado el Real Valladolid esta temporada, y un gol anulado a los locales por el VAR, tras detectar un fuera de juego de Keko Gontán (min. 13).

En la reanudación todo se volvió del revés. Un penalti claro sobre Odriozola de Óscar Plano permitió a Karim Benzema adelantar al Madrid (min. 51 1-2). Con la ley del mínimo esfuerzo, los madridistas se veían ganadores y el castigo para el Valladolid era muy duro. Fue todavía peor para los locales, ya que Benzema remató a placer en una indecisión defensiva de los vallisoletanos y endosó el 1-3 al filo de la hora de encuentro.

El croata Luka Modric marcó el cuarto gol en una jugada “de seda” del actual Balón de Oro.

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