El valor del turismo

El turismo continúa siendo quizás el sector más dinámico de la economía y sólo cuando se viaja a las regiones donde se concentra el mayor movimiento, o se tiene noticias de una nueva inversión o el inicio de una infraestructura, se percibe esa realidad.

El turismo continúa siendo quizás el sector más dinámico de la economía y sólo cuando se viaja a las regiones donde se concentra el mayor movimiento, o se tiene noticias de una nueva inversión o el inicio de una infraestructura, se percibe esa realidad.

Vimos ayer el anuncio de una inversión de RD$750 millones de la empresa Bio Investment Grupo, con la presencia del presidente de la República Danilo Medina, para construir el hotel “Hampton by Hilton Punta Cana Airport más Comercial Center” con 150 habitaciones, en La Altagracia.

Con el dato, reflexionamos acerca del papel del turismo en la economía, a la luz de algunas informaciones contenidas en el documento “Importancia y Evolución del Turismo en la República Dominicana 2012-2017”, que recoge el contenido de un discurso del gobernador del Banco Central Héctor Valdez Albizu del año pasado.

República Dominicana aumenta su visibilidad en el mapa de los países receptores de turistas. Naturalmente, no nos acercamos ni por asomo a los más grandes, como Estados Unidos, España, Francia, Tailandia, Reino Unido, Italia, Alemania o China, pero si nos focalizamos por regiones, descubrimos que lideramos en Centroamérica y el Caribe, de manera muy significativa, en recepción de visitas y divisas. Y si nos comparamos con Sudamérica, nos situamos en una respetable cuarta posición en número de turistas recibidos o en el primer lugar en ingresos de divisas.

Quizás con una mayor aceleración en el propósito de lograr diez millones de visitantes por año en un período no mayor de otros cinco años, se podría alcanzar un fuerte liderazgo en este sector.

Es importante, y lo será cada vez más, que los dominicanos entendamos el valor de una actividad que representa un porcentaje que se aproxima a más de una cifra del PIB si se mide por su impacto en la construcción, en la agropecuaria y en los servicios colaterales.

También habría que pensar en su desempeño en la generación de divisas, la multiplicación de empleos, su aporte al fisco y su papel relevante como destino de Inversión Extranjera Directa.

Quizás faltaría que esa gracia llegara a otras regiones, ajenas a esa vitalidad que genera la actividad turística.

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